YORO, HONDURAS. La vocación por enseñar no está en todos pero aquellos que la tienen la muestran sin importar lo difícil de la situación. Es así como una maestra yoreña inundó de orgullo a los ciudadanos por el sacrificio para educar a sus estudiantes en la comunidad de El Achotal, municipio de Victoria, Yoro.
María Teresa Gutiérrez, es una maestra de El Achotal, que va más allá de su labor como docente. A raíz de la pandemia, decide movilizarse por largas horas, para hacer entrega de los cuadernos de trabajo a sus estudiantes.
Tras conocer su sacrificio, Diario TIEMPO Digital contactó a la ejemplar maestra, y en exclusiva contó que muchos niños que visita viven bastante retirados. Para llegar a sus hogares debe recorrer kilómetros y kilómetros.
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La docente labora en la Escuela Luz y Vida, de la misma comunidad. Según comentó, justo en estos momentos, se encuentra a cargo de 16 alumnos de 5 grados diferentes. Además, en años anteriores ha estado a cargo de toda la escuela.
Rompiendo cualquier barrera, María Gutiérrez visita a sus estudiantes en una mula.
Si, el medio de transporte en su comunidad ese ese, y debido a la pandemia, en el lugar, la recepción de internet o señal no es muy buena. Algunos de sus estudiantes, lamentablemente, no cuentan ni con teléfonos celulares para contactarlos.
Su deseo de educar es tan grande, casi tanto como el de sus estudiantes de aprender, por eso emprende una larga ruta.
“Aquí no hay buena cobertura para mandar tareas a los alumnos por la falta de la señal, porque hay que buscarla. Algunos padres no tienen teléfonos para enviar las tareas”, explicó la maestra yoreña.
Su dedicación y pasión por enseñar la lleva a no quedarse de brazos cruzados, y decide ella misma trasladarse a dejar las asignaciones a sus alumnos.
Mensajes en redes sociales
Después de conocerse la historia de María, las redes sociales se abarrotaron de felicitaciones y mensajes de admiración hacia la docente. Destacando su vocación, amor y entrega hacia su trabajo.
Ante ello, la maestra envió “muchas gracias” a las personas, por tomarse el tiempo de conocer su historia y enviarle mensajes de ánimo.
No cabe duda que estas acciones merecen darse a conocer. Y así como María, hay algunos docentes más que los mueve la pasión de la enseñanza y el deseo de ver un país mejor.
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Especialmente en las zonas rurales, donde recibir la educación se vuelve un poco más complicado, hay guerreros que no se darán por vencidos. ¡Admirable y ejemplar labor!
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