TEGUCIGALPA, HONDURAS. En la oscuridad se perdía cada uno de sus sueños, mientras yacía su cuerpo maniatado e inmerso entre maleza de una zona solitaria de Tiloarque y en las cercanías de una terminal de buses.
La vida de José Omar López Ramírez se apagó a los 17 años de edad. Resultó engañado cuando vio unas fotografías; le sedujo el escultural cuerpo de una mujer y tenía la intención de admirarla de cerca, viéndola con sus propios ojos.
Se engalanó con una camisa azul, un pantalón tipo jean del mismo color, pero más oscuro y unos tenis blancos con detalles negros. Sería su última vestimenta.
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Se fue a una cita
Su madre relató que el viernes, cinco de febrero, José Omar se cambió para lo que él creía sería una gran ocasión. Una vez que pulió cada centímetro de su apariencia, salió de su casa en la colonia Alemán de la capital, para conocer a la dama.
El joven se dirigía a un reconocido centro comercial en la salida a Olancho. «Antes de irse me dijo que lo llamara en un ratito. Le hablé como a los 10 minutos, pero su celular ya sonaba apagado», contó la consternada progenitora.
Horas después él ya estaba muerto, había sido atacado a disparos. Según la Policía, él nunca estuvo realmente conversando con una mujer, sino que todo fue una treta de una estructura criminal con el propósito de asesinarlo.
Con pesar, deja un consejo
La madre reconoció que su hijo se dejó llevar por las fotos que recibía, donde aparecía una sensual mujer en ropa interior; aunque, no precisó cómo fue que descubrió lo que ocurría.
Entre sollozos, ella confesó que tomó el valor de revelar que él murió por ese «encuentro» con una mujer ficticia, con la intención de que otras madres y sus hijos, no crean en lo que se dice en las redes sociales.
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