La lumbalgia es un dolor localizado en la parte inferior o baja de la espalda. Su origen tiene que ver con la estructura músculo-esquelética de la columna vertebral.
Según expertos, los dolores de las personas que tienen ese padecimiento se clasifican así:
- Dolor inflamatorio. Aunque haya descansado, este dolor persiste e incluso se agrava durante la noche. Tanto que le perjudica el sueño. Está relacionado a afecciones reumáticas o viscerales.
- Dolor tipo mecánico: Se agudiza al realizar algún movimiento y disminuye durante el reposo.
- Dolor neuropático: Se localiza en la zona de los nervios lesionados y puede describirse como un hormigueo o quemazón que se potencia con el roce. En algunos casos afecta a las extremidades y no se calma con el reposo.
Cuida lo que consumas
- Evitar el alcohol. Evita el consumo excesivo de alcohol. Esa bebida impide la absorción de micronutrientes como la vitamina B12. Favorece la aparición de la neuropatía alcohólica”, explican expertos.
- Eliminar el tabaco. Especialmente importante en el caso de problemas reumáticos, ya que podría agravar la patología.
- Controla tu peso. De esta manera aliviarán el peso que deben soportar las vértebras y las articulaciones.
Ejercicios eficaces contra el lumbago
Los músculos abdominales y los de la zona lumbar son los dos ‘pilares’ que sujetan la columna. Si los trabajas a diario con los ejercicios que te proponemos los fortalecerás y serán más inmunes al dolor.
Al principio repite tres o cuatro veces cada ejercicio y ve aumentando poco a poco. No deben producirte dolor, si es así consulta con tu médico antes de continuar con ellos.
1. Un masaje para las lumbares: Despega la espalda del suelo poco a poco desde los glúteos hasta las lumbares de forma que quedes apoyada en hombros y pies. Coloca una pelota blanda en la zona lumbar y balancea tu espalda suavemente sobre ella. Hazlo durante 30 segundos.
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2. Estira los músculos y separa las vértebras: Colócate de rodillas sentada sobre los talones. Lleva el cuerpo poco a poco hacia delante hasta que las manos y los antebrazos queden completamente apoyados en el suelo. Deja caer la cabeza entre los hombros. El estiramiento debe durar unos 30 segundos. Incorpórate y repita de nuevo.
3. Arquea la columna y descansa las lumbares: Colócate a «cuatro patas». Agarra aire y, mientras lo sueltas, redondea la espalda con el abdomen apretado y la cabeza entre los hombros. Vuelve a la posición original relajando el abdomen.
4. Lumbares más fuertes: De pie, con las piernas abiertas a la anchura de las caderas, el abdomen apretado y la espalda recta. Levanta los dos brazos y ve inclinando el cuerpo hacia delante. Esto, hasta que el tronco y brazos queden en ángulo recto con las piernas. Sube poco a poco.
5. Alivia contracturas de forma suave: Sobre el suelo, con las piernas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Lleva la pierna derecha hacia el pecho tirando de la rodilla con las manos hacia ti. Aguanta 30 segundos, baja y cambia de pierna.