ESPAÑA.- Dicen quienes conocen a Luis Enrique que es un obseso de la preparación física. De hecho, no hay más que verle para verificarlo.
Algunos empleados de la Federación se asombraban este verano de la cantidad de abdominales diarias que hace en el gimnasio; o de los kilómetros que completa cuando sale a correr por los alrededores de la Ciudad del Fútbol o en el gimnasio.
«¡Mira mira!», le dice a su gente de confianza señalándose el abdomen, intercambiable por el de la mayoría de sus jugadores. El caso es que, como cree en ello, este martes fue uno más en los controles médicos.
El Doctor Escribano es el jefe de la Unidad de Nutrición, Metabolismo y Composición Corporal, por la que pasaron todos los internacionales.
Se subieron a una máquina que, en pocos segundos, les decía cuánto medían, cuánto pesaban, cuál era su índice de grasa corporal, el nivel de líquidos, el estado de sus huesos… Pues bien, a esta máquina también se subió el seleccionador y el resultado fue el esperado: tiene unos parámetros similares al de sus jugadores.
«El seleccionador está para jugar. Si algún partido se pone complicado podría jugar perfectamente y lo haría muy bien», bromeó el doctor tras el control.
Escribano destacó el buen momento de todos los internacionales en el inicio de la temporada.
«Este control nos da una idea exacta de qué es lo adecuado para cada jugador, cómo está y si hay que corregir algo. Están impecables todos. Es de las veces que mejor están porque es después de la pretemporada y son la elite del fútbol», destacó.