Además de ser un analgésico potente que te ayuda con ese dolor de cabeza aturdidor o con una molestia en la espalda, los médicos de la actualidad recetan rutinariamente un régimen diario de aspirina para prevenir apoplejías e infartos. Además, varios estudios indican que también puede reducir las probabilidades de que padezcas ciertos tipos de cáncer.
Pero no todos deberían tomar las pildoritas blancas. Habla primero con tu médico sobre tomarla diariamente. Los médicos coinciden en que una dosis baja (de hasta 75 miligramos, que es menos que la aspirina infantil) puede ayudar a los pacientes que ya tuvieron (o tienen riesgo elevado de tener) un infarto o una apoplejía. Para quienes tienen un riesgo bajo de padecer una enfermedad cardíaca, los efectos secundarios potenciales, tales como hemorragias internas o úlceras estomacales, podrían superar a los beneficios preventivos.
Aunque los beneficios de la aspirina parecen sólidos, siempre debes consultar a tu médico antes de consumirla diariamente.
Aunque se descubrieron las cualidades preventivas de la aspirina hace apenas unas décadas, la cualidad analgésica de la aspirina se ha usado desde hace miles de años. Como escribió el difunto escritor de temas médicos, Berton Roueché, en su antología, El médico detective, «no hay un país en el que no se conozca, aprecie o consiga».
Sin embargo, las noticias sobre la aspirina han evolucionado desde que los méritos del popular analgésico se dieron a conocer hace muchos años.
De hecho, la palabra aspirina proviene del nombre Spiraea, el género de arbustos que son fuente natural del ácido acetilsalicílico, el ingrediente analgésico del fármaco. De acuerdo con Dairmuid Jeffreys, autor del libro Aspirina. La extraordinaria historia de una droga maravillosa, los antiguos egipcios usaban cortezas de sauce para aliviar sus malestares y dolores sin saber que el ácido acetilsalicílico (la versión natural de la aspirina) era la que reducía la temperatura corporal y la inflamación. Hipócrates, el famoso médico griego, escribió sobre el uso de hojas y corteza de sauce para aliviar el dolor y la fiebre.
No fue sino hasta el siglo XIX que los investigadores entendieron cómo funcionaba el ácido acetilsalicílico. En 1874, Hermann Kolbe descubrió el ácido acetilsalicílico sintético, pero descubrió que en dosis elevadas causa náusea y vómitos.
1915: La aspirina alivia el reumatismo
En la década de 1890, el químico Felix Hoffmann, de Bayer, usó el ácido acetilsalicílico para aliviar el reumatismo de su padre; para 1899, Bayer había empezado a distribuir una versión en polvo del fármaco a los médicos. Para 1915 ya se vendía sin receta.
1948: Una aspirina al día reduce los infartos
La aspirina empezó a usarse por sus beneficios preventivos en 1948. Un médico de California, llamado Lawrence Craven, empezó a recomendar a sus pacientes que tomaran una aspirina al día para reducir el riesgo de infarto con base en sus observaciones. Los investigadores entendieron por qué la aspirina podía hacer esto hasta varias décadas más tarde.
1982: Agreguen la prevención de apoplejías a los beneficios de la aspirina
En 1982, el premio Nobel de medicina se otorgó a los investigadores que descubrieron que la aspirina inhibe la producción de una hormona llamada prostaglandina, que es la responsable de formar los coágulos que provocan infartos y apoplejías.
1993: La Asociación Estadounidense para el Corazón recomienda la aspirina
En 1993, la Asociación Estadounidense para el Corazón recomendó el uso de la aspirina como medida preventiva de riesgos cardiovasculares. Cuatro años después, estimaron que la vida de unos 10,000 estadounidenses podría salvarse cada año si todos tomaran una tableta de 325 miligramos de aspirina al primer síntoma de un infarto grave.
2010: Una aspirina al día puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer
Tras un vasto análisis de 2010, se descubrió que el uso diario de aspirina podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer en al menos 20% a lo largo de 20 años. El riesgo que más se redujo fue el de los cánceres gastrointestinales.
2015: La aspirina es buena para algunos cánceres pero no para todos los corazones
Aunque la aspirina sea un excelente analgésico, aún no hay un veredicto respecto a sus otros beneficios.
Las décadas de recomendaciones de usar aspirina para prevenir los infartos terminaron en mayo de este año, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos advirtió que no todos deberían usar la aspirina como medida preventiva. La dependencia señaló que el uso diario solo debería limitarse a las personas que ya padecen una enfermedad cardiovascular.
Además, aún no se ha llegado a un consenso en el tema del cáncer, aunque parece que la aspirina tiene beneficios particulares en los casos de cánceres digestivos.
Un nuevo estudio que se publicó esta semana en la revista Annals of Internal Medicine lo respalda: se descubrió que el uso diario de dosis bajas durante cinco años o más se relaciona con una reducción del 27% en la probabilidad de padecer cáncer colorrectal.
Eric Jacobs, epidemiólogo de la Sociedad Estadounidense para el Cáncer, dijo que el beneficio más importante parece presentarse en el caso de los cánceres del tracto digestivo. «Las pruebas son bastante sólidas en los cánceres de esófago y de estómago. Pero en el caso de otros cánceres, como el de seno o de pulmón, hay indicios, pero los datos aún no son concluyentes».
CNN Expansión