AFP. Las lluvias volvieron a golpear este viernes Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, mientras los pronósticos de más precipitaciones prolongan la situación ya crítica y sube el número de desalojados.
Las torrenciales lluvias que cayeron desde fines de abril provocaron crecidas de ríos en el estado del sur brasileño. Afectaron a casi dos millones de personas, con un saldo de 126 fallecidos y 756 heridos, informó Defensa Civil.
Con 141 personas aún desaparecidas, las autoridades temen que el total de víctimas siga aumentando. La región se prepara para precipitaciones «intensas» el fin de semana.
El número de personas obligadas a abandonar sus hogares por la catástrofe -que expertos y el gobierno brasileño vinculan al cambio climático y al fenómeno El Niño -, casi se duplicó en las últimas 24 horas.
Según el último balance de Defensa Civil, 411.000 personas salieron de sus hogares, de las cuales más de 71.000 están en centros de abrigo. En algunos de ellos, las autoridades tratan de instaurar el orden tras denuncias de robos y violencia.
Las autoridades temen lo que pueda ocurrir en los próximos días, luego de que las lluvias volvieron la mañana del viernes a la capital Porto Alegre y a otras áreas ya afectadas del estado, como el norte y los valles.
Para el fin de semana, la región espera precipitaciones «fuertes y persistentes», que se extenderán incluso al inicio de la semana próxima, según el Instituto Nacional de Meteorología.
Deslizamientos en Brasil
La meteoróloga Cátia Valente advirtió sobre el riesgo de nuevos deslizamientos en el litoral norte y la sierra ‘gaúcha’: «Esa es nuestra mayor preocupación en este momento».
Varios ríos, como el Uruguay, Jacuí y Guaíba, además de la Laguna de los Patos, estaban desbordados, informó el gobierno del estado.
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Mientras, con colaboración de miles de efectivos federales y de otros estados, las autoridades se apresuraban a distribuir toneladas de donaciones, con víveres, colchones y otros, provenientes de todo el país.
El agua potable envasada seguía siendo un bien muy escaso en Porto Alegre. Ahí refugios, hospitales, edificios y hoteles son abastecidos con camiones cisterna en constante circulación, constató la AFP.