También conocidos como quistes, bultos de grasa o tumores adiposos, los lipomas no son más que un crecimiento de masa grasa bajo la piel. De hecho, son los tumores del tejido blando más comunes del sistema músculo-esquelético y su incidencia aumenta con la edad, principalmente entre los 40 y los 60 años, y más en mujeres que en hombres.
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Síntomas y claves para no alarmarte
A pesar de que este tipo de quistes son habituales y que no suelen esconder nada grave, es normal que provoquen cierta inquietud.
Sin embargo, son tumoraciones benignas, no cancerosas. Raras veces un lipoma se transforma en maligno. Dicho de forma coloquial, son bultitos de grasa inofensivos.
- La mayoría no producen síntomas. Los lipomas son, generalmente, asintomáticos y no duelen (a no ser que se aprieten). Son masas o bultos redondeados, de consistencia blanda o gomosa, que aparecen debajo de la piel y que se pueden mover con el dedo sin dificultad. Suelen ser superficiales y se palpan fácilmente.
- Se caracterizan por su lento crecimiento. Al contrario que otro tipo de tumores, los de grasa suelen tener un crecimiento muy lento.
- A veces incluso tardan años en hacerse visibles y no se notan simplemente palpándolos.
- Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Suele ser así, aunque tienen preferencia por determinadas localizaciones como la espalda, las extremidades (brazos sobre todo), el cuello y la parte de atrás de la cabeza. También aparecen en glúteos y muslos aunque con menor frecuencia.
- Pueden alcanzar gran tamaño. Habitualmente, el lipoma mide aproximadamente entre 1 y 2 cm pero hay casos en los que alcanzan grandes dimensiones, mayores de 6 cm. No es posible predecir qué tamaño van a alcanzar en un futuro. Algo importante y que deja tranquilo al afectado es que el tamaño no está relacionado con la malignidad.
- Suelen aparecer aislados. Lo más frecuente es que aparezca uno aislado, pero es cierto que un 2-3 % de los pacientes presentan varios al mismo tiempo.
Otros tipos de bultos de grasa
Los más frecuentes son los lipomas comunes (que aparecen de forma aislada), aunque hay excepciones:
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Bultos más profundos
Hay bultos de grasa que no están justamente debajo de la piel sino que se localizan profundamente, debajo del tejido que envuelve el músculo (fascia).
Son menos habituales, pero cuando salen pueden alcanzar gran tamaño. Esto suele ocurrir más en hombres que en mujeres y aparecer sobre todo en las extremidades, especialmente en las piernas.
Cuando los tocas su consistencia es más firme que la de los lipomas comunes, por lo que pueden generar dudas en el diagnóstico y, por eso, siempre requieren atención médica para descartar que no sea realmente un liposarcoma, otro tipo de patología tumoral que se forma en los tejidos blandos y que sí que es maligna.
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Lipomatosis: múltiples quistes
Es una enfermedad hereditaria que provoca que aparezcan múltiples bultitos de grasa por todo el cuerpo. El tratamiento no es fácil: suelen extraerse las lesiones que provocan más molestias cuando se mueve la zona afectada, pero pueden aparecer de nuevo.
Posibles causas de los bultitos de grasa
- No se sabe por qué aparecen. Son de origen desconocido y muchas veces no se llega a saber la causa última que los origina, pero a veces hay una tendencia familiar al crecimiento de lipomas, por lo que se cree que existe un componente genético. En ocasiones coincide su aparición con traumatismos previos en la zona, sobre todo tras recibir un golpe en los muslos o en las piernas.
- El peso puede influir. La obesidad aumenta la probabilidad de desarrollar lipomas, precisamente por tratarse de tumoraciones grasas. Se ha encontrado también una relación entre el consumo excesivo de alcohol o las enfermedades hepáticas y el desarrollo de este tipo de quistes.
- Los lipomas no se pueden prevenir. No hay ninguna forma de impedir que aparezcan, aunque lógicamente si no hay factores de riesgo como la obesidad o el consumo de alcohol tendrás menos probabilidades de que surjan.
Ante la duda, pide opinión médica
Ante cualquier quiste o inflamación que aparezca en el cuerpo se debe acudir al médico de familia para que realice un diagnóstico certero. Aunque a simple vista parezca un bulto de grasa, el profesional sanitario es quien tiene que verificar que lo es.
El diagnóstico se realiza palpándolo. Por lo general, el médico puede establecer de qué se trata realizando una exploración física del quiste graso sin necesidad de hacer otras pruebas complementarias. Solo se recurre a métodos más agresivos, como la biopsia, si se tienen verdaderas dudas.
¿Cuándo debe tratarse?
El tratamiento de los lipomas es, normalmente, quirúrgico, pero solo en casos muy concretos se aconseja eliminarlos.
- Se extirpan aquellos cuya localización produce algún tipo de alteración funcional (dificultad o dolor al mover una articulación). También pueden extraerse por motivos estéticos (suele ocurrir en el caso de las mujeres).
- La intervención es sencilla: se trata de una cirugía llamada menor o ambulatoria que precisa solo anestesia local. Si el lipoma se extirpa por completo no se vuelve a reproducir, en su lugar queda únicamente una cicatriz.
- Hay técnicas de inyección de corticosteroides o liposucción que también se usan para tratar los lipomas, sobre todo en tumoraciones de menos de 2,5 cm, pero no son tan efectivas como la extirpación porque pueden reaparecer.
Fuente: Saber Vivir
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