Redacción.– El camino hacia la inmunidad global frente al coronavirus continúa: más de 5.400 millones de personas -el 69,5% de la población mundial- ya están vacunadas con al menos una dosis.
El cómputo mundial de dosis administradas supera ya los 12.900 millones de inyecciones y la media diaria ronda los tres millones, según los datos recogidos por Our World in Data sobre la vacunación en el mundo.
El mundo alcanzó el primer millón de personas vacunadas con al menos una dosis a finales de diciembre de 2020. Pocos días después la cifra ya superaba los 20 millones. Una de cada 100 personas ya había recibido al menos un pinchazo en febrero de 2021. Esta cifra se elevó a una de cada diez en abril.
A finales de octubre de ese mismo año, la mitad de la población mundial ya contaba con al menos una dosis. Sin embargo, existe una gran diferencia entre continentes.
El objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) era llegar al 70% de la población mundial vacunada en el 2022. Esto, después de que la meta del 40% que se había planteado para el 2021 no se cumpliera.
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En este contexto, son muchos los que se vuelven a plantear cuáles son los efectos secundarios de estas nuevas vacunas Covid-19 adaptadas a las variantes. Entre los principales, se encuentra un síntoma que ya era común a las vacunas iniciales de Pfizer y Moderna: la linfadenopatía.
¿Qué es la linfadenopatía?
Los ganglios linfáticos, también llamados glándulas linfáticas, juegan un papel muy importante en la capacidad de nuestro cuerpo para combatir las infecciones. Según publica Clínica Mayo, funcionan como un filtro para atrapar virus, bacterias y otras causas de enfermedades antes de que puedan infectar a otras partes del cuerpo. “Las áreas comunes en las que se podría notar inflamación de los ganglios linfáticos incluyen el cuello, debajo de la barbilla, en las axilas y en la ingle”.
Otro efecto de la vacuna
Otro de los efectos secundarios de la vacuna es la Pirexia. La pirexia no es una enfermedad en sí misma, es un indicativo de que algo sucede en el organismo, ya que es una reacción defensiva de nuestro cuerpo ante una agresión externa. La pirexia derivada de la vacuna, como sería con el caso de las vacunas del covid, suele aparecer horas después del pinchazo, y normalmente dura un máximo de dos días.