Redacción. Autoridades nicaragüenses liberaron este viernes al monseñor Óscar José Escoto, vicario de la Diócesis del municipio de Matagalpa, luego de que fuera «secuestrado» por la policía de Nicaragua.
De acuerdo con la información de la revista Mosaico, de la localidad antes mencionada, lugareños vieron al sacerdote caminando solo hacia la Residencia Episcopal de Matagalpa, misma que sigue rodeada por la Policía.
Por otra parte, la investigadora en temas religiosos, Martha Patricia Molina, confirmó a medios locales que monseñor Escoto ya estaba en libertad.
El religioso estuvo retenido más de 12 horas en una estación policial de Matagalpa. Además, Molina aseguró que la noticia de su liberación provenía de una fuente confiable del municipio.
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¿Por qué lo detuvieron?
Medios como el diario La Prensa, El Confidencial y 100%Noticias, que trabajan desde Costa Rica, dijeron que el arresto de Mora ocurre después que el martes manifestara en una misa en Matagalpa, de cuya diócesis es obispo Rolando Álvarez, que los miembros de la Conferencia Episcopal están «siempre unidos orando por monseñor Rolando».
Álvarez, de 57 años, fue arrestado en agosto de 2022 y condenado el pasado 10 de febrero a 26 años de cárcel.
Según el régimen de Ortega, el obispo cometió los delitos de traición a la patria, propagación de noticias falsas y desacato, un día después de que rechazara marcharse a Estados Unidos junto con 222 opositores presos expulsados del país.
En febrero, el presidente Daniel Ortega tildó a Álvarez de «soberbio» y «desquiciado».
Las relatorías de Derechos Humanos de la ONU pidieron en noviembre al gobierno de Ortega que libere «inmediata e incondicionalmente» a Álvarez, en «detención arbitraria».
El gobierno respondió diciendo que «cumple los protocolos de atención médica» al obispo y que este gozaba de condiciones «preferenciales» de reclusión.
Álvarez ha preferido la cárcel al exilio. En julio estuvo libre unas horas, pero volvió a prisión tras rechazar irse del país.
Tampoco estuvo entre los 12 sacerdotes liberados en octubre y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano, por lo que era el único obispo aún encarcelado en Nicaragua.
Nicaragua endureció las leyes sobre las oenegés y ha cerrado casi 3,500, entre ellas organismos y órdenes religiosas, tras las protestas de 2018, que en tres meses dejaron más de 300 muertos, según la ONU.
Una investigación detalló que desde 2018 hubo 740 ataques contra la Iglesia. Agregó que 176 sacerdotes y religiosas están expulsados, desterrados o se les prohibió ingresar al país.