“Te quiero Emily Neyra. Contigo compartí muchas cosas lindas y malas”, dijo Wilson Gómez Tito en Facebook días antes de ser acusado de asesinar a su pareja y madre de tres niños. “Doy gracias a Dios por estar con la mujer que amo”, dijo.
“Gracias por darme tres hijos maravillosos”, escribió en Facebook la tarde del 16 de agosto. A las 7:00 a.m. del 18 del mismo mes, Gómez acuchilló a Emily Neyra Beltrán delante de sus tres hijos. Su vivienda, ubicada en la zona de San Genaro, en Chorrillos de Perú, fue el escenario del crimen.
“Eres una mamá ejemplar. A tu edad eres una mujer bien madura”. Según la agencia Andina, el asesinato se produjo luego de una fuerte discusión. La pelea habría iniciado porque Gómez Tito no quería trabajar. Pero los celos también habrían sido otro motivo.
“Te admiro mucho porque sé como eres”. Una vecina declaró que escuchó los gritos de la pareja durante varios minutos. También escuchó el llanto de los hijos de estos de diez, ocho y seis años de edad. Los pequeños le pedían a su padre que dejara de golpear a su mamá.
“Como dice mi hijo, somos una familia”. Voceros de la comisaría de San Genaro explicaron que Neyra Beltrán murió desangrándose por una herida de corte.
Pese a las palabras de amor que Gómez Tito escribió en Facebook, los vecinos de la pareja comentaron que ellos siempre discutían. Se agredían de forma física y verbal. Alguna vez, incluso, el ahora acusado de asesino fue echado de la casa por las constantes peleas.
No es la primera denuncia. El agresor fue denunciado por su víctima hace tres años. En aquella ocasión, Gómez Tito intentó matarla con un martillo. Esto habría el resultado de los constantes maltratos, los cuales no cesaron.
Antes de esto, el sujeto cerró su mensaje en Facebook escribiendo:
“Aparte de ser madre de mis hijos, eres una buena compañera. Juntos jugamos como niños. Como, aun así, también discutimos. Tantas cosas que hemos vivido juntos con nuestros hijos, para mi son lindos recuerdos que nunca me olvidaré. Y seguir compartiendo Muchas cosas más contigo. Bueno los quiero mucho”.
Fuente: El Comercio