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viernes, noviembre 22, 2024

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Redacción. Organizaciones regionales y defensores de derechos humanos, lanzaron ayer viernes, en Tegucigalpa, un proyecto orientado a impulsar la «resiliencia y justicia» climática en los países que componen el «Triángulo Norte» de Centroamérica, incluido El Salvador y Guatemala.

El proyecto Aporto busca generar conocimientos y fortalecer las capacidades de las comunidades, además de los activistas climáticos y defensores del ambiente, tierra y territorio. La intención es poder mitigar los impactos de la crisis climática en los tres países.

Dicha iniciativa la presentó la organización Red de Desarrollo Sostenible Honduras, en conjunto con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Guatemala y la Fundación Comunicándonos de El Salvador. De la misma manera, contó con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá.

Wilmer Reyes, director regional del proyecto, contó que con la iniciativa se busca escuchar las voces y conocimientos de las comunidades. Ya con esto, luego se van a formular políticas orientadas a alcanzar un desarrollo más resiliente, justo y equitativo.

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Afectación en la región 

De la misma manera, Reyes destacó que el Triángulo Norte de Centroamérica es uno de los más afectados por el cambio climático. Eso se ve agravado por factores ambientales locales, tales como la deforestación y pese a que los países son responsables de solo el 0.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Al mismo tiempo, el representante contó que este proyecto se va a trabajar con defensores del ambiente, tierra y territorio, porque son justamente ellos los que están expuestos y sufren los embates del cambio climático. Son víctimas de la discriminación y muerte.

«Vamos a empoderar (a los defensores del ambiente) para que su voz se escuche en otro contexto, de una manera más fuerte, de una manera más contundente y una narrativa más sólida», enfatizó Wilmer Reyes.

De acuerdo con cifras de organizaciones regionales, unos 300 ambientalistas han muerto de manera violenta en la última década en el Triángulo Norte. En dicha región, también unos 1,200 activistas han sufrido de la criminalización.

Mayor resiliencia frente a crisis climática

También, el director del proyecto señaló que el cambio climático es un problema que no se va a detener. Es por ello que es necesario poder trabajar con las comunidades para que puedan ser más resilientes.

«Eso implica no solo el desarrollo de habilidades y capacidades en general, sino también capacidad de trabajar en equipo, capacidad de movilizarse, de conectarse para que el conocimiento colectivo pueda aportar mejores elementos para una Centroamérica más resiliente», comentó Reyes.

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