ESTADOS UNIDOS. La agencia espacial norteamericana ha tenido que publicar un comunicado desmintiendo los «numerosos rumores» que se han ido extendiendo en Internet sobre la aproximación de un asteroide que impactaría en la Tierra en septiembre.
«No hay una base científica ni ninguna prueba de que un asteroide u otro objeto celestial vaya a impactar en la Tierra en esas fechas», ha aclarado la NASA.
Según la NASA, la información errónea se ha ido difundiendo en Internet a través de blogs en los que se afirmaba que un asteroide chocaría contra la Tierra entre el 15 y el 29 de septiembre de este año.
Según estos rumores, el impacto se produciría cerca de Puerto Rico y causaría la destrucción de la parte costera de Estados Unidos y México, además de zonas de América Central y del Sur.
«No hay ninguna base científica – ni una pizca de evidencia – de que un asteroide o cualquier otro objeto celeste vaya a impactar la Tierra en esas fechas», asegura Paul Chodas, gerente de la oficina de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA en el comunicado.
Además, la agencia añade de que no se ha identificado ningún asteroide o cometa que pueda chocar contra la Tierra en un futuro próximo. En concreto, aseguran que todo asteroide potencialmente peligroso tiene menos de un 0,01% de probabilidad de impactar contra la Tierra durante los siguientes 100 años.
«Si hubiera un objeto con el suficiente tamaño para causar ese tipo de destrucción en septiembre, ya habríamos visto alguna parte de él», insiste Chodas.
Según cuenta la NASA, ya en 2011 se dispararon rumores sobre el cometa Elenin, que nunca llegó a suponer un peligro real para la Tierra y que acabó descomponiéndose en pedazos en el espacio.
También recuerdan que los rumores sobre el final del calendario maya incluían predicciones sobre el fin del mundo mediante un asteroide para 2012.
La agencia asegura que ellos detectan y siguen la pista a asteroides y cometas que pasen por un radio de 30 millones de millas cerca de la Tierra usando los telescopios situados tanto en la superficie como en el espacio.
El programa encargado de este seguimiento insiste en que, hasta el momento, no hay amenazas conocidas y creíbles que puedan acabar en un impacto, solo la continua e inofensiva caída de meteoritos y pequeños asteroides que se desintegran en la atmósfera.