CORTÉS, HONDURAS. Varias pulgadas de lodo apestoso que cubren casi por completo las patas de los pupitres, puertas y ventanas que no se pueden abrir ni cerrar porque están atestadas de sedimento, además del «área verde» que ya no es verde, sino que más bien parece un pantano, así es como luce, actualmente, un centro básico de la colonia Filadelfia de La Lima.
Específicamente, se trata de la escuela y colegio República de Suecia, la cual, según la evidencia gráfica, no ha recibido ni un tan solo trabajo de limpieza luego de las inundaciones provocadas por los huracanes Eta e Iota.
Ya pasaron más de cuatro meses desde que La Lima quedó sumergida hasta cuatro veces producto del desborde de los ríos. La colonia Filadelfia fue abandonada, dejada por último para ser limpiada, y prueba inequívoca es la situación actual del centro educativo en mención.
¿Clases presenciales?
El ministro de la Secretaría de Educación, Arnaldo Bueso, anunció que ya hay «Luz verde» para que inicien los procesos que permitirán el retorno a clases semipresenciales en algunos centros educativos a nivel nacional, pero, en La Lima, y específicamente en la colonia Filadelfia, será imposible.
La escuela República de Suecia, además de tener toneladas de lo aún, no cuenta con agua potable para que los niños puedan lavar sus manos y así no contagiarse de COVID-19. Tampoco tiene energía eléctrica, indispensable para que los educandos puedan tener claridad en las aulas más oscuras.
Entre tanto, los residentes de la colonia Filadelfia se quejan de la problemática, pues cuestionan que ya pasaron más de cuatro meses, pero sus calles y escuelas continúan como si los huracanes hubiesen ocurrido ayer.
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