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TEGUCIGALPA, HONDURAS. El general Romeo Vásquez Velásquez aseguró que el histórico suceso del 2009 le marcó la vida, además, señaló que no considera a Manuel Zelaya como un enemigo, “yo solo seguí una orden de la Corte Suprema de Justicia (CSJ)”, dijo.

El originario de Siguatepeque me recibió en su oficina en la sede del Partido Alianza Patriótica. El lugar lucía impecable. El suelo de cerámica blanca brillaba tanto que hasta daba temor pisarlo.

A lo lejos se escuchaba la voz del General en condición de retiro, eran cerca de las 10:35 de la mañana. “Pase, el general lo está esperando”, me dijo la secretaria.

En la entrada de la oficina se encontraba el ahora candidato a la presidencia. De camisa azul, remangada, pantalón beige oscuro y botines café que, dicho sea de paso, hacían juego con su faja.

“Quiere un café”, me consultó. Yo le respondí que sí y me invitó a pasar a una mesa con cuatro sillas que está en su oficina. Tras una pequeña conversación, típica de un político, el general me dice “y cuénteme, Rodolfo, en qué le puedo ayudar”. Procedí a encender mi grabadora.

“Tengo los mejores recuerdos de la escuela primaria en donde yo estudié, la Luis Landa. Me acuerdo de mis profesores, don Juan de la Cruz y la profesora Digna. Ellos fueron las personas que me guiaron cuando salí de mi hogar”, inició.

Romeo Vásquez proviene de un hogar con escasos recursos. Con padres que debían trabajar duro para poder sostenerlo a él y a sus otros seis hermanos. “Yo soy el quinto”, me aclaró.

Desde los siete años, Romeo Vásquez comenzó a trabajar. “Vendía nacatamales y alborotos. Teníamos que luchar para salir adelante”.

En el colegio siempre se destacó por ser aplicado. “También tengo recuerdos bonitos del instituto Genaro Muñoz. Me acuerdo del profesor Sosa que era el director y la profesora Bertha de Castañeda que era una de las profesoras preferidas en el colegio. Ellos lo impulsaban a uno”, mencionó.

Y agregó: “También se me viene a la mente el Padre Juárez que además de ser el sacerdote de la ciudad era también el entrenador de fútbol y el profesor de inglés”.

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Decisión de convertirse en militar

“Allá por 1969, mis hermanos y yo nos sentíamos como valerosos y todos queríamos ser soldados. Cuando ya saqué el plan básico yo tenía dos opciones, o estudiaba agronomía o me unía a la escuela militar”, rememoró.

En ese tiempo, la guerra de las cien horas contra El Salvador estaba a flor de piel. Asimismo, recuerda Vásquez, las Fuerzas Armadas se encontraban en el poder y ofrecían muchas becas para que los jóvenes se unieran a las escuelas militares.

“Mandaban oficiales a motivar a los jóvenes y así es como llegó un teniente y yo fui uno de los que llegué a hacer exámenes de admisión, entonces escogí la carrera militar. Quise estudiar agricultura, pero no había mucha propaganda y no me daba cuenta de cuándo se hacían las admisiones en la escuela agrícola”, destacó.

“Una misión muy difícil”

Habían transcurrido aproximadamente 10 minutos de conversación con el general, la recepcionista nos interrumpió sigilosamente y con una sonrisa discreta extendió la bandeja en la mitad de la mesa y nos largó los cafés a ambos.

Antes de la amigable interrupción, por los cafés claro, Vásquez se disponía a contarme de la forma en que conoció a su amada esposa, Licida Zelaya Lobo.

“A mi esposa la conocí acá en Tegucigalpa, en una boda. Un compañero me la presentó y de ahí me le pegué porque era muy linda y sigue siendo muy linda. Pero me costó, fue una misión muy difícil, pero me casé con ella”, recordó entre risas.

De igual forma, el general nos reveló que entre sus pasatiempos se encuentran la lectura y ver documentales sobre personajes que han marcado la historia. “Me gustan también los libros de Andrés Oppenheimer”, agregó.

“Los fines de semana me voy para Olancho porque yo trabajo en el campo. Me gusta montar a caballo, reunirme con la familia y comer juntos al menos una vez a la semana. Y también viajo a mi pueblo natal donde nos reunimos con mis hermanos. Cuando mi madre estaba viva nos reuníamos más seguido”, añadió. Cabe resaltar que la madre de Romeo falleció en enero de este año a sus 91 años.

Además, el líder de la Alianza Patriótica confirmó ser un fiel creyente de Dios. “El principio de la sabiduría es el temor a Dios. Creo en un lema -Dios, Patria y familia-”.

De igual forma, recordó que es seguidor del Olimpia gracias a su padre. “Mi papá me trajo a Tegucigalpa por primera vez cuando tenía 6 años y estaban jugando Olimpia vs Motagua. Ganó el Olimpia, entonces desde ese día me hice Olimpia”.

28 de junio de 2009

Romeo Vásquez también ha sido formador de jóvenes en la Academia Militar. Por lo que explicó que “a un militar lo forman para servir a su país y tiene una misión que cumplir que es la de cumplir con la defensa de la soberanía”.

Y prosigue: “Cuando yo llegué a ocupar la posición de jefe de Estado Mayor Conjunto, me tocó hacer una misión complicada, muy compleja. Misma que fue dándose por esa ambición desmedida de poder de nuestros políticos tradicionales”.

“En un momento determinado, confrontaron a la sociedad y había un grupo de personas que estaban montadas en un proyecto fuera de un concepto de una patria para todos porque lo estaban haciendo fuera de ley”, aseveró el general.

Debido a eso y tras el fallido intento de los políticos en ponerse de acuerdo, alguien debía poner orden, manifestó.

“Existían dos opciones, apoyar el proyecto del presidente Zelaya o no apoyarlo. Si lo hubiera apoyado, yo sería un hombre poderoso porque todavía estuviéramos en el poder. En una dictadura igual a la de Venezuela. Se venía el socialismo del siglo XXI”, reveló Romeo.

En ese momento, el militar tomó una postura más seria, siempre manteniendo el contacto visual casi sin parpadear.

“Aunque ellos digan que no (la oposición), eso es cierto. Inclusive Chávez se daba el lujo de llamarnos directamente para que apoyáramos a su comandante vaquero, como él le decía a Zelaya”, recalcó.

Para el presidenciable, la decisión que tomaron en aquel entonces fue la mejor. “La historia nos va a juzgar, pero todavía es muy reciente, después los hondureños se van a dar cuenta que eso fue lo mejor que se hizo”.

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Reunión con Manuel Zelaya

La última vez que Romeo y Zelaya se reunieron oficialmente fue el 19 de junio de 2009. Mel llegó a la casa del general. La reunión la había solicitado el uniformado para intentar convencer al gobernante de que desistiera de realizar la consulta ciudadana sobre una cuarta urna, relató. Sin embargo, Vásquez se llevó una sorpresa.

“Mi sorpresa fue que él no llegó solo. Él llegó acompañado de Porfirio Lobo Sosa, yo le dije que yo lo iba a apoyar pero que había que buscar una salida política. Pepe le decía: mira Mel, vos te querés quedar (en el poder) y Zelaya le respondía que no”.

El máster en defensa y seguridad sostiene que el coordinador del Partido Libertad y Refundación, en aquel entonces estaba haciendo las cosas de forma ilegal. Así como también, había logrado enemistarse con todos los sectores del país.

“La decisión de capturar y sacar del país a Manuel Zelaya vino de la Corte Suprema de Justicia. Los militares determinamos que, en vez de dar un golpe de estado militar, había que acatar la orden de la Corte”. Y, agregó “para nosotros fue una sucesión presidencial”.

Opina Romeo Vásquez:

¿Por qué con Mel las FFAA si actuaron y con JOH, no?

“Es difícil de explicar, son otros momentos y sobre todo que son otras las personas que están en las Fuerzas Armadas. No sé qué pasó, no encuentro explicación alguna porque, por lo menos, hubieran tenido la valentía de decirle a Juan Orlando Hernández de que hiciera las cosas bien”.

¿Se uniría en una alianza con Mel?

“Él es muy astuto por eso en un principio no me uniría a él. El lema de él es Patria, socialismo o muerte y esos no son proyectos para Honduras. Sin embargo, Mel no es enemigo mío. Todo fue a título profesional, no era una cosa personal”.

¿Cómo nace Alianza Patriótica?

“Quisimos hacer una alternativa para Honduras, sabíamos que no iba a ser fácil. Vimos que la única forma de poder luchar era en el marco de ley. Haciendo colectas entre todos formamos un partido, pero no ha sido fácil ya que enfrentamos a partidos infiltrados por el narcotráfico. Es una situación no fácil, pero posible y consideramos que debe iniciar y en un momento determinado va a romper el sistema corrompido”.

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