TEGUCIGALPA, HONDURAS. Su pasión es ayudar a los demás, el Periodismo su vida y su familia el mejor equipo de trabajo. Patricia Arias se define como una mujer positiva y guerrera a lo largo de su vida.
Tuvo la idea de estudiar Periodismo desde muy joven. Su padre fue su modelo a seguir. Llegó a Tegucigalpa para emprender nuevos caminos. Tras finalizar sus estudios, incursionó en un mundo de las relaciones públicas.
Fue forjando su vida profesional paso a paso, pero tenía la chispa en mente de fundar su propio negocio. El sueño se volvió una realidad y hoy es la gerente de una prestigiosa empresa de relaciones públicas.
Patricia Arias es madre de tres hijos, Marisa, Camila y Miguel, a quienes ha sacado adelante con esfuerzo y dedicación. Hoy, sus tres «cachorros», como les dice, son el mejor equipo de trabajo en su empresa.
Además de ser madre, empresaria y amiga, es toda una impulsadora. Con sus capacidades y amor a los demás ha ayudado a personas a salir adelante. La vida también la marcó cuando le detectaron cáncer de mama, pero por su fe en Dios nunca se doblegó, de hecho, se volvió más fuerte.
En esta ocasión, Patricia Arias abrió su corazón a TIEMPO Digital y contó interioridades de su vida.
Lea además: LA ENTREVISTA| Francy Orellana: En HCH «nunca he permitido que hablen mal de nadie»
¿Cómo entró Patricia Arias al Periodismo?
La decisión de estudiar Periodismo fue cuando vi un perrito donde esperaba el autobús del colegio. Yo estaba en último año de bachillerato en Choluteca, en el instituto Santa María Gorretti.
Miré el perrito y lo atropelló un carro. Yo había decidido estudiar Veterinaria, y resulta que allí no podía hacer nada. Miré el animalito tirado, se murió casi en frente mío, y yo empecé a llorar.
Cuando regresé en la tarde a mi casa, mi papá ya estaba en ahí. Le conté la experiencia y le dije «no me veo, yo soy para cuidar animalitos, no soy para operarlos, no quiero verlos morir».
Mi papá me quedó viendo muy fijamente y me dijo «¿Qué es lo que más te gusta hacer?» – Ayudar a las personas – «¿No crees que a través de los medios de comunicación vas a poder».
Él era uno de los tres únicos periodistas allá en Choluteca. Me llevaba desde pequeña a los distintos municipios donde iba a reportear. Entonces allí le dije que quería estudiar Periodismo. Empecé a ir a la radio con mi papá, a darle más fuerte a las historias, a cubrir con él y me metí más para ver si me gustaba.
¿Cómo recuerda su primera experiencia laboral en el periodismo?
Entrar al mundo periodístico, en mi caso, fue con las Relaciones Públicas. Me tocó hacer programas de radio en el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), me tocó hacer la revista mensual de la institución. Yo era la responsable de los comunicados de prensa y la comunicación organizacional.
Tenía más miedo a la exposición pública que a equivocarme en las situaciones que estaba trabajando. Recuerdo que fueron 12 meses de entrenamiento bien fuerte, después, comencé a adquirir la experiencia.
Tenía muy buenas ideas y todos mis jefes me lo decían. Creo que el COHEP fue para mí una escuela interesante, porque pude, a través de las Relaciones Públicas, hacer uso de los medios tradicionales de divulgación.
Tras la experiencia, ¿Cómo surge la idea de crear su propia empresa, ComunicArte?
Lo cierto es que en el 2004 yo hice la escritura de ComunicArte a raíz de un sueño, en el cual vi ese nombre y le dije a mi mamá «Me gustaría crear una empresa». Ella me contestó «¿Para qué quieres una empresa si estás trabajando muy bien en el COHEP?».
Le respondía que a mí me gustaría comenzar a hacer capacitaciones para niños, jóvenes y adultos en el arte de la oratoria. Mi mamá me dijo «hacélo, anúnciate en la empresa y preguntá si te permiten hacer ese trabajo».
No hubo necesidad de anunciarlo en la empresa, porque como a los dos meses, yo estaba siendo despedida del COHEP. Me comunicaron que habían presidido de mis servicios. Solo estuve un mes vacante, porque luego me contrataron en la fundación Ronald McDonald.
En ese mes, durante cuatro semanas, impartí capacitaciones a niños y adolescentes sobre el arte de hablar en público. La verdad es que ComunicArte nació en el 2011, producto de una necesidad de finanzas más estable. No me ajustaban los salarios.
Necesidad de ingresos y de ayudar a los demás
Yo tenía tres hijos, la mayor en la universidad y los pequeños en colegio, privado ambos, y además, divorciada. Yo quería ayudar mucho la gente y no sabía cómo hacerlo. En las empresas casi nunca tenían la capacidad de permitirme formar parte de un departamento de Responsabilidad Social. Fue allí donde dije que, con mi propia empresa, iba a poder lograr dar mucha ayuda a la gente. Lo seguimos haciendo a través del Hospital Escuela.
ComunicArte nació de una necesidad financiera, pero al mismo tiempo, con el objetivo de ayudar mucho más a las personas, más organizados y con autoridad. Siendo la dueña de la empresa es más fácil hacerlo.
¿Cómo es la fusión de trabajar en familia en ComunicArte, es decir con sus hijos y yernos?
Es un reto, porque la línea divisoria entre la mamá y la suegra es muy delgada, tenerles que decir «ahorita son tu jefa, no tu mamá, no lo autorizó». Y por otro lado, tengo que ser más flexible para darme cuenta que, en la medida que mi personal esté motivado, mis hijos y mis yernos, podrá producir más para la empresa.
Un gran equipo
No es fácil, porque llega un momento en que esa autoridad de jefa no es vista de la misma forma, porque piensan diferente. Por ejemplo, la reticularidad, yo no nací con redes sociales, entonces, hay cosas que yo hago como periodista en las redes, pero mis hijos me dicen «No, mamá, eso no es lo correcto».
De hecho, para que yo aprendiera la diferencia entre las redes personales y profesionales, le pidieron a Claudia Hernández que nos diera una capacitación.
Se podría decir que no es fácil, pero en este tiempo hemos logrado un 90 % de la cohesión, es decir, en las áreas de respeto, manejo de las jerarquías, flexibilidad y contenido de todo lo que hacemos y en lo que nos tenemos que poner de acuerdo. Antes de la pandemia, a pesar que pensaba que andábamos muy bien, creo que andábamos en un 50 %.
¿Cómo ha sido seguir con las actividades de la empresa de manera virtual a causa de la pandemia?
Ha sido buenísimo, porque todos, sin excepción, en mi familia amamos la creatividad. La innovación, para nosotros, era un tema que probablemente no lo hacíamos como hasta ahora.
Somos un equipo: la CEO tiene la experiencia, las relaciones y, hasta cierto punto, el conocimiento general de qué es la empresa; Marissa, mi hija, como sub-gerente, tiene la parte ejecutoria; Camila, es creativa; y Miguel Roberto es el mejor administrador de nuestra página web.
A lo largo de su vida, ¿Patricia Arias ha ayudado a personas a salir adelante?
Yo diría que sí, pero con el mensaje de Dios a través de mi boca. Ha sido tan impresionante ver cómo la gente se levanta, que un poder humano no podría ser suficiente. En redes sociales se ve a la gente agradecida.
Otras dicen «Yo dejé la depresión porque Patricia me dio una palabra de aliento». Sé que soy muy buena comunicadora, que he estudiado mucho, sé que lo sigo haciendo, sé que me capacito, pero nada de lo que he hecho podría ser tan importante como que una persona cambie en tres días lo que no ha podido en 25 años.
Hay una chica en Siguatepeque, me dice mamá, y cuenta cómo pudo salir de la depresión producto de que conoció a Patricia Arias en las redes.
¿Cómo fue la experiencia en la vida de Patricia Arias pasar por el cáncer de mama?
Fue una prueba de ‘shock’ por las cosas que les podían suceder a mis hijos, pues en ese momento los tres dependían de mí.
Había un poquito de incertidumbre de qué podía pasar con la parte económica, porque, incluso, cuando se me anunció que me debían operar, tuve que hacerlo en un hospital público. Tenía muchas situaciones de preguntas en mi interior: «¿Qué va pasar con mis hijos si el Señor ya me está llamando?». Fue un ‘shock’. Yo estuve así unas dos semanas, pero intensifiqué mis tiempos de oración.
Al final, la experiencia me hizo más fuerte, más humana, más dependiente de mí misma y me provocó una nueva oportunidad que he aprovechado al máximo para poder dar lo mejor de mí.
Es una nueva oportunidad de vida, que si me dijeran que la podría volver a pasar, diría «aquí estoy», la puedo volver a pasar y la voy a superar con esta capacidad de agradecimiento a Dios. Soy una guerrera.
Nota para nuestros lectores:
Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp haciendo clic en el enlace: http://bit.ly/2LotFF0.