TEGUCIGALPA, HONDURAS. Un maestro de español le asignó a él y a sus compañeros de colegio un trabajo que consistía en realizar un programa radial. Eso detonó en él una chispa interna que lo condujo hacia el periodismo.
Aquella asignación también llamó la atención de otros jóvenes. Algunos tomaron ese rumbo, y hoy en día son locutores. No obstante, sólo él continuó para graduarse de la profesión.
Nelson Sorto, reportero del canal de televisión Hable como Habla (HCH), de manera muy amable tomó un espacio, en medio de su atareada jornada laboral, para conversar con TIEMPO Digital.
¿Necesita un remiendo en un pantalón o un saco? Tal vez no, o puede que sí, pero eso ya lo sabe. Lo que quizá no sabía es que Nelson Sorto podría sacarlo de un apuro de ese tipo. La vida lo llevó a aprender sobre sastrería y peluquería.
Y no es que se dedique a eso, pero su humildad le permite no desprestigiar ningún quehacer. ¿Quién es su modelo a seguir? ¿Cómo se siente al cubrir las notas rojas en el periodismo?
En una amena plática, el oriundo de Intibucá habló sobre su niñez, su familia, su día a día y hasta el deporte que le apasiona.
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Tal palo, tal astilla: un origen trabajador
Nació en una tierra rodeada de montañas, Jesús de Otoro. Y, tan activo como lo ve usted en búsqueda de la noticia, nuestro entrevistado desde siempre tuvo el ejemplo del trabajo sin descanso.
«Mis padres siempre trabajaron. Mi mamá, en la época de nuestra niñez, laboraba para el Ministerio de Salud Pública; mi padre trabajó un tiempo para el Ministerio de Recursos Naturales. Nunca nos faltó nada, ni ropa, ni estudio, ni comida, ni casa, ni medicamento», relató Sorto sobre sus primeros y más inocentes años.
Asimismo, nos contó que, desde que era niño, ya tenía obligaciones. Con el tiempo, incluso aprendió de esos oficios que alimentan día a día a miles de hondureños.
Le tocó la administración de un pequeño negocio de sastrería; esa etapa le ayudó mucho pues, afirma, hoy en día no tiene ningún problema en realizar trabajos así. De manera similar, adquirió habilidades de peluquería. Sorto, en definitiva, no se «moriría de hambre».
No obstante, su juventud no sólo la dedico a los quehaceres más productivos. También apartó tiempo para divertirse. No bailaba, pero sí acudía a las fiestas.
«Me gustaba ir a las fiestas pero a ver bailar y especialmente cuando habían conjuntos en vivo y grupos musicales. A veces iba solo por ver los grupos», recordó.
¿Por qué el micrófono y no la chinola o las tijeras?
Nelson Sorto reconoce que en la escuela nunca fue un alumno estrella, pero considera que fue «cumplidor» en la academia.
Como uno de sus hobbies (pasatiempos), remembró que le gustaba escuchar la radio, en especial, si se trataba de eventos deportivos.
Pero, quien, sin intención, lo terminó de guiar en búsqueda de elegir qué quería ser de grande, fue el docente Pablo Osorio. Él les asignaba, según cuenta Sorto, tareas para que aprendieran a hacer programaciones, entrevistas y diálogos.
Como proyecto final de ese período, el maestro les pidió que conformaran grupos de seis y cada uno creara un programa radial.
«El programa tenía un noticiero. Lo armamos bien bonito todo y desde ahí me entró curiosidad por la radio», narra el comunicador.
¿Cómo describiría a su jefe?
Ahora que ya se posicionó bien en el rubro, es una pieza importante en el ensamblaje del canal que dirige Eduardo Maldonado.
De él, considera que es una «excelente persona», pero un «jefe exigente». No obstante, sus palabras para referirse a ese empresario no se quedan ahí. Maldonado es, al menos a nivel local, su modelo a seguir en el periodismo.
«El licenciado (Maldonado) es una persona de éxito. Yo lo conocía a él cuando hacía noticiero en Radio América. Sé de su trayectoria, hasta dónde lo ha llevado Dios. ¿Cómo no identificarse con él? ¿Cómo no tenerlo como una referencia a seguir?», explicó, con convicción.
Además, especificó que en el ámbito internacional admira a los periodistas Jorge Ramos y López Doriga.
Hablando de descripciones y entrevistadores, ¿quién es Nelson Sorto? Para sí mismo, es nada más un comunicador temeroso de Dios.
¿Enemigos por su trabajo? Quizá, pero no laborales
La cobertura periodística en su actual casa laboral es bastante intensa, según considera. Relató que sólo ve a sus compañeros cuando arriba al canal entre 4:30 y 5:00 de la mañana y a la salida del trabajo.
Pese a la falta de mucha cercanía, asegura que: «Somos compañeros, todos nos llevamos bien. Casi no tenemos un contacto de permanecer mucho tiempo juntos».
Así que, en la «chamba» todo tranquilo. Pero, ¿qué hay de otros aspectos? Cree que, por alguna razón, sí hay personas que podrían tener algún disgusto con él, y explica por qué.
«Por nuestra carga periodística, tenemos una gran cantidad de personas que están al pendiente de nuestros informes y resúmenes, entonces debemos de ser muy responsables», comenzó diciendo.
«Muchas veces uno se gana enemigos, gente que te reclama, porque no le gustó cómo salió el reportaje o cómo salió alguna cosa», describe.
Además, comentó que en la profesión que ejerce se debe investigar plenamente una noticia y no «irse con datos preliminares», pues, después «la gente reclama con toda autoridad».
Nota roja: sinónimo de mucha tristeza
Una de sus labores más conocidas es la cobertura de los sucesos criminales. Consiguiente, se afronta a escenarios lamentables y que podrían herir la susceptibilidad de cualquiera.
«A veces me siento triste cuando hay mucha personas que muere violentamente especialmente jóvenes», expresó Sorto, evidenciando pesar.
«No voy a mentir. Han habido veces que llego a la escena del crimen y me tengo que concentrar y tratar de ser lo más profesional, porque sé el público que tenemos y en ese momento la persona que está viendo puede ser familiar de quien asesinaron, encostalaron o qué se yo», amplió.
Sin embargo, sus ideales y lo que aprendió en la escuela de Periodismo le han dado la pauta para presentar los incidentes con profesionalismo y no dejarse llevar por las emociones.
Considerando esos fuertes «encontronazos» con las emociones, le preguntamos directamente, ¿Volvería a elegir estudiar Periodismo? Su «sí» fue casi tan contundente como cuando le preguntaron que si quería estar con su ahora esposa por siempre.
Su familia
Bueno, no falta remarcarlo, aún con todas las mujeres que le podrían llegar por su exposición en los medios, no está disponible. Ester Lazo Velásquez lo tiene bien «amarradito». Con ella, procreó al pequeño «Nelson Jr».
Su núcleo inicial lo forjaron Adalina López, su madre, y su padre, Adam Sorto.
Producto de esa relación conyugal nacieron seis hijos. Por lo que, Nelson Sorto desveló que tiene cuatro hermanos y una hermana.
Ahora bien, el desprendimiento de su pueblo natal no fue a plenitud. Con su amada pareja y sus vástagos visitan ese lugar en sus vacaciones o durante algún fin de semana. En Navidad es tradición.
Aún así, su mamá es visita habitual acá en Tegucigalpa. Es más, cuenta que, como una gran progenitora, y a pesar de su longeva edad, se «divide» para ver a todos sus hijos.
«Ella se divide, puede ir primero donde mi hermana Reina, después dónde mi hermano Wilmer, después queda en mi casa una o dos semanas y así sucesivamente. Siempre estamos en constante contacto con ella y con mi papá», afirmó.
Además, sobre su vínculo familiar, agregó que son «humildes, unidos y bien conformados en las cosas de Dios».
Virtudes y defectos
Hablando de humildad, no podíamos pasar la oportunidad en nuestra conversación con Nelson Sorto y no preguntarle cuáles considera que son sus fortalezas y sus defectos.
Sobre sus virtudes fue claro, pero no dijo ninguna. ¿Cómo así?
«Decir cuáles son mis virtudes no sería adecuado decirlo porque las virtudes de uno las tiene que destacar otra persona», aseveró.
Referente a aspectos en los que considera podría mejorar, dijo: «Defectos uno tiene muchos, de pronto alguien se puede molestar porque uno no lo saludó, y de repente uno no le respondió porque está haciendo alguna noticia, está pendiente de una entrevista o de una comunicación telefónica de tus superiores o un contacto».
«Ese puede ser un defecto en uno y a la gente a veces le molesta», añadió.
Como buen catracho: un gran fanático futbolero
Entre otras pasiones que tiene este dedicado personaje es el fútbol. Le gusta «mucho» y es un gran hincha del Olimpia; cuando estaba más joven, se dedicó a jugar «las buenas potras».
Nos reveló que se desempeñó en su momento como defensa y también como volante.
No obstante, pese a su amorío con el conjunto albo, siempre profesa que debe prevalecer el amor al prójimo; insta a cesar la violencia vinculada con ese deporte.
«Soy aficionado de Olimpia pero no de esos que me voy a pelear con otros. Igual me llevo bien con los motaguas, con los marathones y con los españas; de todos los equipos», aclaró.
Además, desveló que es un devoto cristiano y profesa la religión evangélica. En ese sentido también dijo que la mayoría de la música que escucha es religiosa, pero igual degusta la romántica.
Para concluir, Nelson Sorto envió un mensaje a la juventud hondureña que aspira a seguir sus pasos en el periodismo hondureño.
«Sigan luchando. Esto es periodismo y no termina saliendo de la universidad; más bien cuando uno sale de ahí es cuando comienza la carrera. Y no desmayen, porque es cierto que hay un montón de medios, pero las oportunidades no son muchas. Cuando uno llega a un lugar, debe darlo todo», finalizó.
Más de otra vez usted volverá a ver a Nelson Sorto corriendo, trepando cerros, y haciendo todo tipo de maniobras por conseguir una noticia. Es un gran ejemplo de dedicación y humildad. Ahora usted ya lo conoce más y sabe que no fue pura casualidad que triunfó, y seguirá dando de qué hablar.