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viernes, noviembre 22, 2024

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HONDURAS. Pactó una entrevista exclusiva con TIEMPO Digital a las dos de la tarde, hora en la que saldría de trabajar; no obstante, ese día, terminó antes sus quehaceres laborales.

Quizá esa salida antes de lo previsto podría haber frustrado los planes de platicar con ella y conocer más de su vida. Sin embargo, Erika Williams, por voluntad propia, acudió a las oficinas del diario en búsqueda del equipo que se encargaría de la entrevista.

Podrá parecer un acto insignificante, pero muestra el valor de su palabra y su responsabilidad. Además, demostró que es una persona dispuesta.

Aunque no sería difícil, nuestro objetivo no es elogiar a la entrevistada. Queremos que usted la conozca más, y se forje su propio criterio. De antemano, sólo diremos que la señorita, de ascendencia foránea, es mucho más que otro rostro agraciado de la televisión.

Y, vale aclarar, no sólo de la TV. Sí, es un elemento estelar de Todo Deportes Televisión, pero ya incursionó también en radio, la redacción y hasta como comentarista de Liga Nacional. Además, es modelo.

¿Qué significa el periodismo para ella? ¿Fama? ¿Está soltera? ¿Qué ama de la vida? La chica que alguna vez soñó con ser paleontóloga, que detesta el reguetón y habla mucho, se sentó, con una gran sonrisa en su semblante, a platicar con TIEMPO.

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«Cualquier niño quiere estar con su papá…» 

Nació en San Pedro Sula hace 23 años. Cuando ella estaba muy pequeñita, sus padres se separaron.

Producto de esa ruptura, vivió con su mamá, Dinora Díaz; considera que la mujer en la que se convirtió, es gracias a su progenitora. Le dolió no pasar sus primeros años con su padre biológico, pero encontró una figura que suplió ese vacío.

Tiempo después, su madre se casó con Neptalí Sagastume, un maestro originario de Santa Bárbara. Profesor por elección, gran padre por vocación.

«Hubo un hombre que se atrevió a estar con mi mamá, a pesar de que ella ya tenía hijas. Es un gran ejemplo en mi vida», opinó Williams sobre su padrastro.

Erika recuerda con gozo sus años más despreocupados, más inocentes.

«Mi infancia fue linda, no me faltó nada, pese a que cualquier niño quiere estar con su papá original, por así decirlo», inició confesando.

Y añadió: «Me gustó lo que viví y cómo lo viví. Uno de pequeño disfruta andar descalzo, rasparse, cosas así. Tuve la típica niñez que te gusta».

¿Sufrió bullying?

¡Qué va! Aunque asegura que en su tiempo no era algo común, si algo se presentaba, ella era… ¡quien ponía orden!

«En mi entonces los niños se defendían. Era una niñez bonita donde te dabas tu lugar. Yo, como niña era bien machona (ríe); ayudaba a otros, porque también soy bien regañona», contó.

De niña se empolvaba…pero quería crecer, y desempolvar ¡dinosaurios!

Luego de relatar un poco de aquellos tiempos, hicimos que remembrara un poquito más. «A uno de chiquito siempre le preguntan que qué quiere ser de grande. ¿Usted que respondía?», le consultamos.

De inmediato, nos lanzó una pregunta: «¿Vieron la primera película de Jurassic Park (Parque Jurásico)?» Y prosiguió: «Cuando vi esa película afirmé que quería ser paleontóloga, me gustaba ver cómo descubrían un dinosaurio nuevo, pese a que yo decía que sólo estaban escarbando en la arena».

De igual manera, tenía el gusto por instruir; quería ser maestra, y pasó así. Por ahí, también encontró su inicio en los medios de comunicación.

Tres años en Santa Bárbara: un cambio de vida – inicio en la TV

«Me fui a Santa Bárbara. Mi padrastro es maestro, entonces mi mamá quería que nosotras (las hijas) fueran maestras. Viví tres años allá, me hice maestra en educación primaria e inicié en los medios de comunicación», inició relatando Williams sobre esa otra etapa.

Cabe aclarar que, en base con la narración de la joven, cuando llegó al noroccidente del país, le costó acoplarse. Pero, cuando ya era su último año de colegio y le tocaba marcharse, ya se había encariñado. Quería dejar un rastro y participó en toda actividad que se le presentara.

«El último año en la Normal Mixta de Santa Bárbara fue muy emotivo, porque me costó adaptarme pero, cuando me tenía que ir, no quería hacerlo. Me metí a todo: concursos de oratoria, política y estuve en un concurso de belleza..¡lo gané!», detalló.

Fue precisamente la coronación en ese certamen que la llevó hacia su primera incursión en un medio de comunicación. Llamó la atención del político Víctor Sabillón, quien recién iniciaba con el primer canal HD (alta definición) en la zona, TV Más.

En sólo unos días, Williams se estrenó en un programa musical. Fue entonces, que se acostumbró a las cámaras y perdió el pánico.

«Esa fue mi primera experiencia y donde vi que no me daba pena estar frente a las cámaras; porque, a pesar de que hablo mucho, soy bien penosa. Prefiero quedarme callada y sólo veo; cuando entro en confianza, la gente realmente me conoce», mencionó.

«Nadie me explicó qué hacer, sólo me dijeron ‘Erika usted vea a la cámara’. Perdí el miedo escénico y generé mi carácter en los medios», amplió.

Es importante conocer que sólo tenía 17 años cuando empezó esa travesía. Sin embargo, era nada más su primera huella en el camino.

«SOY UNA ADICTA AL TRABAJO, LABORO TODO EL DÍA»

Exhaustivo trabajo pero invaluable aprendizaje 

Después de ese escalón, regresó a San Pedro Sula y, aunado a sus estudios de Periodismo, trabajó en Campus Televisión.

Asegura que no fue el pasaje más memorable, pero le dejó importantes enseñanzas.

«No fue una experiencia muy grata. Entraba a las siete de la mañana y en ocasiones salía a las ocho de la noche. Me tocaba salir a grabar, entrevistar, editar, preparar mi material del día siguiente y todo», comentó sobre la gran cantidad de asignaciones con las que debía cumplir.

Mas, ese no fue el único inconveniente que aquejó. «¡Rayos! Fue difícil. También estaba el estigma por ser mujer y a mí peso, porque yo antes era gordita. No me gustó la situación, pero me dejó un gran aprendizaje», consideró.

Luego, llegó a Canal 6 a través de una amiga personal. Esos momentos los recuerda con mucho agrado. Un año y medio dedicó a esa casa laboral.

«Fue la etapa más bonita que tuve. Me abrió puertas. Tenía buenos compañeros, pero el aprendizaje era propio; si me decían ‘corregí este aspecto’ o ‘tenés que hacer esto diferente’, yo lo hacía. Siempre acaparo los buenos comentarios de la gente», precisó, con felicidad.

En ese canal, inició haciendo shows matutinos. Pronto, su enfoque en el periodismo cambiaría de forma drástica; nunca lo esperó, ni lo creyó.

Su actual posición: entretiene un público más masculino

Como muchos hombres -y algunas mujeres también- el padrastro de ésta dulce y risueña sampedrana se sentaba todos los domingos a ver los programas deportivos. Gracias a eso, ella sabía quiénes eran los principales personajes de ese ámbito de la TV.

Sin embargo, no se le habría pasado por la mente, ni siquiera mínimamente, que uno de ellos la llamaría, personalmente, para ofrecer una «chamba».

«Sucedió que se contactaron conmigo; era Mauricio Kawas. Al principio dudé, de mi incredulidad no sabía si en verdad era él, aunque todo el mundo lo conoce. Me preguntó que si me interesaba una oportunidad de trabajo«, recordó.

Seguido, le contó a sus padres; ellos reaccionaron escépticos.

«Creían que estaba bromeando, que era una ‘dundera’ mía», dijo, Williams entre risas.

A ese punto, aún no había terminado la carrera de Periodismo. Sólo le faltaba un período académico más, pero no por eso dejaría escapar tan única oportunidad. Por lo que tomó el «riesgo» y dejó todo atrás.

Ahora, se convirtió en presentadora y comentarista en Todo Deportes Televisión y TDTV+. Un año y tres meses suma en esa nueva aventura.

Empero, no sólo se dedica a esa faceta. También redacta para ese dúo de canales y, con permiso de sus jefes ahí, involucró su voz en sus labores.

Williams
Williams es una mujer muy hermosa, esbelta y escultural; sin embargo, sus atributos son muchos y van más allá de lo que está a simple vista.

«ME ENCANTA LA MÚSICA, PERO SOY CERO REGUETÓN»

Fase radial

Otro sueño que se cumplió para esta personalidad, fue estremecer al pueblo hondureño a través de la radiofonía.

Reveló a TIEMPO que intentó entrar a una casa radial cuando estudió en la capital industrial, pero esa emisora no la aceptó. Ellos se lo perdieron.

No se quedó cabizbaja en su anhelo y probó en otra radio; allí, sí le dieron la oportunidad, pero prefirió no envolverse en ese ambiente. ¿Por qué? Ella, de forma sencilla lo aclara: «Me encanta la música, pero soy cero reguetón. No me gusta». De ahí, podemos deducir el tipo de estación que quería contar con sus servicios.

«Mi novio ama a Rosa Alvarado… pero shhh, ¡Qué no me lo diga tanto!»

El círculo laboral en su actual trabajo (TDTV) le permitió coincidir con otra empoderada mujer del periodismo hondureño: Rosa Alvarado. Lo curioso es que el novio de Williams siempre vio a Rosa como un crush platónico, pero ¡¡¡shhh!!! no se lo recuerden a Erika.

«Yo siempre la admiraba. Mi novio la ama y es como que, Ok, pero ¡no me lo diga tanto!» dijo, entre más risas.

Bueno, pero la ilusión del novio de Erika con Rosa no es el tema de más importancia aquí. Resulta que, cuando ambas estaban en TDTV, Rosa salió embarazada (no, no piensen nada malo, ella tiene su propia pareja).

En ese lapso de la gestación de su bebé, le pidió a Erika el favor de hacerle una entrevista en un programa radial de los miércoles. Luego, llegó la oportunidad de estrellato radial para la señorita Williams.

«Sucedió que ella se iba temporalmente de la radio por el embarazo y no quería que se perdiera la plaza de una voz femenina. Entonces, ella me ayudó a entrar y ahora estamos juntas en la Súper 100 del Grupo América», narró.

Fiel a sus ideales, Williams no aceptó ese «ofertón» de trabajo sin antes consultar a sus jefes en Todo Deportes si no había problema con ello. El desenlace está implícito.

Ahora bien, ¿qué diferencias hay entre la Erika Williams en tele, y la de radio?

«En tele soy seria y más directa; en la radio soy más suelta. Ni me preocupo por cómo iré vestida y eso es agradable. La gente que está en periodismo debe probar radio y se enamorará de eso», comentó con entusiasmo.

Con eso, básicamente la comunicadora pasó por las principales áreas del periodismo: redacta, hace televisión, radio y hasta es comentarista de partidos de Liga Nacional. En ese sentido, dice que es «perfeccionista» y siempre «le gusta estar ocupada».

Por el mismo lado, dice que se trabaja bastante en el periodismo, pero ese no es problema para ella, sino una bendición.

«Soy adicta al trabajo, trabajo todo el día», afirma. Además, envía un mensaje a los estudiantes de ésta profesión: «hay un mensaje erróneo para la juventud que busca estudiar periodismo porque creen que es fama y no es eso. Si no te gusta el trabajo y no sabés de qué se trata, estás en nada».

«Nadie me cree ?, pero yo ya soy licenciada»

Como se mencionó antes, nuestra entrevistada dejó todo atrás cuando se fue de San Pedro Sula y se lanzó hacia Tegucigalpa en búsqueda de lo que está logrando, brillar en el periodismo.

Cuando eso sucedió, sólo le quedaban pendientes un par de clases de la carrera. Por lo que, culminó en la Ciudad Universitaria (CU) de Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

«Fue tan bonito porque aquí (en la capital) hay tantas ventajas en la carrera y, aunque no conocía a mucha gente, la gente me conocía a mí. Venir acá fue un plus», expresó Williams.

A su vez, nos cuenta que ya está próxima a emprender una nueva etapa académica.

«Nadie me cree que soy licenciada, pero ya terminé y estoy en inscripciones para mi maestría. Me gusta aprovechar el tiempo», dijo Williams.

Además de ese posgrado, desveló que una posibilidad de ejercer el oficio del periodismo en el extranjero sería lo más «óptimo» para su vida.

Gusto por los deportes

Ya que ahora se dedica a hablar de las diferentes disciplinas deportivas, era más que necesario preguntarle si siempre le gustó esa área, o hasta ahora que le tocó meterse a ese «rollo».

«No voy a fingir. Sí me gustaban pero no era adicta. Vi la clasificación a Sudáfrica y vi el bonito sentimiento que te genera el fútbol pero existen otras ramas. De forma indirecta o indirecta siempre he estado involucrada y me han llamado la atención», esclareció.

Incluso, es a través del hermoso mundo de los deportes que conoció a su actual pareja. Fue hablando de balompié cuando se jugaba el mundial de Brasil en 2014. Aparte del fútbol, ama la NBA y le comienza a agarrar el «gustito» a la Fórmula 1 y al tennis.

Asegura que hay un equipo de la Liga Nacional que es de su predilección, pero no quiso revelarlo. Mientras tanto, dice que es partidaria de los equipos que tengan nexo (para transmisión de los juegos) con su canal. Eso sí, ama al FC Barcelona y, en la NBA, adora a sus Lakers.

Williams
Su corazoncito no siempre vibró al ritmo de los deportes, pero ahora es básicamente adicta. Hasta en su día libre, mientras disfruta de ver Netflix, de documentales de deportes. Es una reconocida fanática de los Lakers en la NBA.

Un poco más sobre Erika Williams Díaz

A continuación unas preguntas generales para conocer más a detalle a la periodista que tiene tanto nacionalidad hondureña, como chilena, ya que su padre biológico nació allá en Sudamérica.

¿Diferencias entre San Pedro Sula y Tegucigalpa?

«¡El clima es lo primero!» señaló inicialmente, de forma enfática y riendo.

«Me costó adaptarme a la capital, aquí las calles son horribles y la gente maneja como que les vas a hacer un daño, y es feo porque yo soy penosa y miedosa y la gente anda a la ofensiva. La gente en la capital es más desconfiada y más difícil de abrirse», consideró.

«Nosotros de la costa somos más llevaderos y acostumbrados a andar agitados todo el día. Hay muchas diferencias pero soy bien adaptable; ahora me gustó más Tegus«, reveló, decantándose por la ciudad que la hospeda actualmente.

¿Qué ama y qué le disgusta de la vida? 

«Amo a la gente buena, con ellas vos hacés cambios en vos mismo, te hacen mejor. Odio la gente falsa. Hay gente que ha logrado cosas siendo lo que no es o mintiendo a la demás gente. Cuando vos sos falso, mentís, desprestigiás a otros para quedar bien. Ese tipo de personas hay que evitarlas a toda costa», especificó.

¿Qué le relaja y qué le estresa? 

Su amor por la comida data de siempre. Ella misma dijo que antes fue gordita; aún así, el gusto por saborear los platillos se mantiene vigente, aunque ahora se cuida mucho más.

«Me relaja, y por eso odio a la gente flaca, comer. Comiendo soy feliz y tengo una gran sonrisa en mi cara; soy chuca para comer pero lo amo», dijo Williams.

Y sobre lo segundo, otra vez se refirió a la gente que no es real, sincera.

«Me molesta la gente que habla a tus espaldas y luego te trata normal. El que se enoja pierde, entonces en ese sentido ya no lo hago, pero sí cambio. Es mejor alejarse», sentenció.

¿Cómo se describe a sí misma?

En primera instancia, dijo que es «apasionada, trabajadora y enojada«. Dice ella que enojada, porque, al menos durante la plenitud de la conversación, sólo fue risas y sonrisas.

«Más allá de eso, soy muy común y corriente. Cuando ando en la calle, la gente ni me ve, porque soy una más, una chava que está trabajando y tiene muchos sueños en la vida», detalló.

¿Qué pasatiempos tiene? 

«Me gusta dormir. Trabajo todos los días y mi único día libre es el sábado. Lo primero que hago ese día es querer estar encerrada, dormir y ver netflix. Pago por estar encerrada en mi día libre», precisó.

¿Color favorito?

-Amarillo y verde. ¿Por qué? «El amarillo es radiante y chillante así como soy yo. Y el verde por el aguacate, el cual amo», explicó.

¿Comida de su predilección?

-Hamburguesas.

¿Animal favorito?

-El koala y el panda. No tiene mascotas porque dice que es como tener «un bebé», o sea muchas responsabilidades y ella está dedicada a su trabajo.

Al finalizar la charla, Erika accedió a tomarse fotografías con algunos colaboradores de TIEMPO Digital. No las publicaremos por aquí, pero, si usted un día la ve y quiere pedirle lo mismo, no lo dude, tendrá un retrato para la historia.

A su corta edad, Erika Williams ya dejó una marca imponente por todos los lugares donde pasó. Pronto, debido a sus estudios, tendremos que llamarla «máster», pero, así como es su personalidad, seguro ni un doctorado la cambiaría. La próxima vez que la escuche en la radio o comentando un partido de fútbol, o dando su opinión en los programas deportivos, recuerde que su historia es una digna de ser contada y sus logros son más que merecidos.

La siguiente ocasión que charlemos en exclusiva con la «enojona risueña» de Williams, quizá ya se haya casado (lleva seis años de noviazgo con su pareja) o esté representando al país cinco estrellas haciendo periodismo en el extranjero. No lo sabemos, pero lo cierto es que esa sonrisa será radiante donde sea que esté y le enviaremos un abrazo de gol.

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