TEGUCIGALPA, HONDURAS. Amante de la avicultura, un destacado empresario, expresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), y defensor de los intereses de Honduras, así se describe don Eduardo Facussé.
Ante las medidas de distanciamiento social por la pandemia del COVID-19, don Eduardo tuvo que atender a los periodistas de Diario TIEMPO Digital, vía teléfono. La llamada estaba establecida para horas de la tarde, puntual, él atendió la llamada para compartir un poco de su vida tanto privada como profesional.
La amena conversación se extendería por poco más de una hora; en ella, Facussé, nos contó varias de sus vivencias durante sus años de juventud. Además, la plática no solo se centró en su aspectos de su vida, el empresario, también brindó a TIEMPO, su pensar sobre la actual crisis, no solo sanitaria, sino también política de Honduras.
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Hace 77 años Eduardo Facusse vio la luz de este mundo
Don Eduardo, comenzó a relatar que él hace 77 años vio la luz de este mundo en la ciudad Tegucigalpa. Precisamente, su natalicio es el día de niño. Además, agregó que nació en la zona de la calle peatonal, «allí tenía encima del almacén de Mina F. Maomar, había una partera y allí tuvo mi mamá a sus hijos, somos cuatro varones y una mujer, mi hermana que es la mayor».
Eduardo contó que sus padres siempre trabajaron duro para darle el mejor ejemplo a él y a sus hermanos. Comentó que le tocó asistir al kínder María Auxiliadora, luego estudió en el Instituto Salesiano San Miguel. «Allí estuve 11 años, seis años de primaria y cinco años de secundaria».
Además, relató que durante sus años de estudio en San Miguel, tuvo la oportunidad de llevar un proceso de amistad con varios hondureños que «han sido de gran hidalguía».
Comentó que este año, están cumpliendo 60 años de graduados de bachilleres del San Miguel. Sobre sus anécdotas de estudio comentó que tuvo un proceso que le ayudó a definir la personalidad que él tiene. Además, don Eduardo, habló durante su relato sobre su etapa educativa y no olvidó a los profesores que lo ayudaron a forjarse como estudiante y persona. «Tantos maestros que pasaron por esa época desde juventud. Guardo gratos recuerdos de ellos», externó.
También, nos contó que antes de la pandemia con varios excompañeros de su etapa educativa se reunían a almorzar una vez por mes. Relató que se sentaban a comentar las vivencias de cada de uno de ellos.
Eduardo Facussé: Cuando estaba pequeño cultivé gallinas y mi mamá las vendió al crédito
Sobre la relación con sus padres y hermanos en la niñez, detalló que con ellos convivían permanentemente. «Mis padres después hicieron un edificio donde teníamos que convivir todos los hermanos. Nos llevábamos muy bien. Cada uno tenía su peculiaridad», contó.
Facussé, reveló que desde pequeño le gustó la avicultura. En ese sentido, relató que compró una incubadora de 150 huevos y llegó a tener en la azotea de la casa de sus padres 150 gallinas.
Pero, un día se fue de vacaciones y su mamá ya no aguantaba el olor de las gallinas y las vendió al crédito. Entre risas, don Eduardo, recordó que le tocó andar detrás de la señora que compró las gallinas para que le pagara.
No obstante, su gusto por la crianza de animales, no quedó allí y luego se dedicó a criar conejos. Según explicó, llegó a tener entre 50 y 60 conejos. Además, él le construyó sus respectivas jaulas a cada conejo.
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Mis padres construyeron su capital con mucho esfuerzo, nosotros les ayudábamos
Para navidad, durante vacaciones «mi obligación era ayudarles a mis padres en la tienda, armando bicicletas, atendiendo clientes y todos nosotros les ayudábamos a nuestros padres que hicieron su capital con mucho esfuerzo».
Relató que su padre durante su juventud pasó vendiendo en el mercado Los Dolores. Por otra parte, dijo que su madre nació en Comayagua y su padre en Tegucigalpa. Sobre ella, contó que «mis abuelos se la llevaron pequeña a Palestina, y mi padre en época de casarse se fue a Palestina, se casaron allá.
Continuó diciendo que su madre ya no hablaba nada de español, sin embargo, cuando regresó a Honduras aprendió español y que no tiene el acento árabe ahora. «Al lado de mi padre trabajaba duramente. Era bien apreciado por la sociedad porque eran personas honradas y transparentes» agregó.
Pero, don Eduardo no solo es amante de la avicultura, sino, que también de la carpintería. Él indicó que hacia las jaulas de los conejos y gallinas. También, recordó que con un compañero siempre se disputaron el primer puesto de la primaria, pero llegó el ingeniero Luis Cosenza y les arrebató el primer lugar.
Comentó que con sus amigos se iban caminando por la peatonal; «eran tiempos más normales y sanos».
Llegué a estudiar en Estados Unidos y no sabía hablar inglés
Cabe destacar que Eduardo Facussé se graduó de bachiller en el San Miguel y sus padres lo enviaron a estudiar a Estados Unidos. Sus hermanos mayores ya habían ido a estudiar al país del norte. Sin embargo, él tendría un contratiempo, no sabía inglés.
El empresario, durante la entrevista relató varias anécdotas que vivió en Estados Unidos. Entre ellas, su hermano mayor que estaba en exámenes finales le indicó un restaurante chino y que allí podía comer, que pidiera un tipo de comida y que casi siempre pedía lo mismo, pues no hablaba inglés y no maneja la moneda del país de las barras y de las estrellas.
«Un día me cansé de estar pidiendo lo mismo y vi a un señor que estaba pidiendo algo diferente y le dije al mesero That y el mesero me respondió What, devuelta a la rutina», contó.
Luego se fue a estudiar inglés a Michigan. No obstante, el director de la escuela les dijo que no los podría recibir el próximo periodo de clases porque con otro hondureño habla mucho español y «nos dijo que estábamos perjudicando al resto de compañeros». Empero, él indicó que ellos ya estaban decididos a ir a junior collage.
Por otra parte, relató que compró un carro Ford de 1954 usado, pero que no sabía manejar, pero en el junior college aprendió. Posteriormente se fue a estudiar a la universidad en Indiana, ingeniería, pero se sentía incómodo; «no me gustaba a mí la ingeniería aparentemente».
Dejé Estados Unidos y me fui a estudiar a Monterrey
Facussé volvió a comprar un carro usado y se fue para Tegucigalpa pasando por Monterrey. «Llegando a Monterrey habían 150 hondureños, tenían pachanga, la pasamos bien, yo andaba en un carro convertible. Me dieron posada y me dije, aquí me quedo, estoy en ambiente», relató.
Siguió contando que continuó su marcha hacía Honduras, pero tuvo un obstáculo, en ese entonces le estaban dando golpe de Estado a Ydigoras Fuentes y no estaban dejando pasar a nadie. Entonces, le tocó quedarse en un pueblito y esperar por un salvoconducto. El día que se lo dieron, le dan golpe a Fuentes y que no los dejaban pasar de la frontera. Don Eduardo, medió para que los dejaran pasar, quedó como héroe.
Antes de llegar a Guatemala fue atacado a balazos, reveló Facussé y él se detuvo porque iba solo. Al instante se le acercaron unos sujetos vestidos de civil y le preguntaron porque no obedeció las señales y él les respondió que no había visto tal señal.
«Me dejaron ir, como a los tres kilómetros me empezaron a temblar las piernas. Bien me pudieron matar y tirar a la carretera. Llegué a Tegucigalpa y mis padres me recibieron con gran jubilo», relató. Don Eduardo volvió a Monterrey y obtuvo su título de economista.
Relató que durante su tiempo en Monterrey jugaba boliche, «tenía un buen promedio y disfrutaba ese juego. Eran bastantes. Me gradué y me vine a trabajar a Honduras con mis padres a textiles Rio Lindo«.
Otra anécdota que contó es que su padre vendía al crédito a comerciantes a nivel nacional, pero para el tiempo de cosecha le tenían que ir a pagar. «Algunas cuentas no sabía él a quien se le estaba dando el crédito, que montos y cuál era la capacidad de pagos. La gente era muy honrada», relató. Él implementó varias medidas en la empresa de su padre.
Durante trabajó con su progenitor, aprendió varias cosas. El empresario recapituló que su padre le dio varias lecciones.
De la CCIT al Cohep
Por otra parte, recordó que él luego entraría a la Cámara de Comercio. «Entramos. Asumimos y quedé como quinto vocal». Posteriormente, ocupó la presidencia de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT), por cuatro años. Además, fue presidente de los empresarios a nivel centroamericano durante su gestión en la CCIT.
Nos contó que fueron varios cambios los que realizó que durante su gestión una mujer ocupó un cargo por primera vez en la junta administrativa. Luego de dos años de dejar la presidencia de la CCIT buscó la presidencia del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), relató.
Así como en la CCIT, Eduardo Facussé logró varios cambios en el Cohep y relató que durante su administración se pudo tener el primer edificio, que es donde actualmente funciona la institución. También, fue el fundador del Club Rotario Sur de Tegucigalpa.
A su vez, expresó que cuando sucedió el desastre del huracán Mitch, con el expresidente Flores con los rotarios se buscó la ayuda y la condonación de la deuda.
Ya tengo 51 años de casado y tengo varios nietos
Sobre su vida familiar, detalló que él estuvo buscando esposa en otros lados y la tenía frente a la casa de sus padres. «Mi hermano mayor se había casado con Soad, hermana de mi esposa. Dos hermanos con dos hermanas. Nos casamos, nos fuimos de luna de miel a Estados Unidos y México.
Ya estando en New York, él propuso a su esposa regresar a Honduras en carro. Compró un carro y se vinieron desde New York hasta Honduras. No obstante, era el tiempo de la guerra entre Honduras y El Salvador y tocó cruzar la frontera con Guatemala. Durante su trayecto pasaron varios inconvenientes. Relató que les tomó dos meses llegar a Tegucigalpa, desde la Gran Manzana.
«Vinieron los hijos. Alquilé casa, como dicen, el casado, casa quiere. Ya son 51 años de casados que vamos a cumplir en diciembre de este año. Nacieron sus hijos, Eduardo, Alexa, Luis Felipe y Paola; ellos se casaron, vinieron mis nietos y ya tenemos cinco nietos y cinco nietas. Dos de ellos graduados de la universidad».
Contó que tuvo una finca donde le pasaba los fines de semana con sus hijos y que llegó a tener 10 mil «ponedoras, siempre me ha gustado la avicultora. Me acabo de comprar una incubadora de 96 huevos, la tengo en otra finca».
Por otra parte, contó que en su maquila llegó a tener a 1,500 trabajadores y que era un volumen alto. «Les dábamos transporte. Teníamos un comedor para todo el personal y se les daba la comida gratis y el transporte gratis. Éramos la fuente más grande de trabajo que había en el sector de Amarateca«, relató.
No obstante, debido a la crisis financiera del 2008 y el golpe de Estado del 2009, un director ejecutivo me dijo que iban a cerrar la planta, «que iban a dejar de trabajar con nosotros, eso fue un golpe duro para mí», relató don Eduardo Facussé.
El empresario agregó que se fue con su hijo mayor a los Estados Unidos para llegar a un acuerdo. En ese sentido, él les ofreció que ellos se quedaran con toda la maquinaria y que no despidieran a su gente para que no quedaran en la calle. «Cerraron, se quedaron con toda la maquinaria, se pagaron todas las prestaciones, no tuve ni una sola queja de todos mis trabajadores y allí están de testigos, para mí fue un gran alivio», agregó.
«Después mis hijos se fueron a San Pedro Sula y allá montaron sus empresas. Yo me quedé viendo a ver que hacía. Yo viajaba a mi finca para ver que cultivamos. Ya llevamos la vida más relajada. Esa ha sido la historia de mi vida», relató a TIEMPO, Eduardo Facussé.
- Comida favorita: Sopa de olla
- Música favorita: Música de los 60 y 70
- Pasatiempo: Pasar en la computadora y pasar en el campo
Los últimos diez años han sido desastrosos para Honduras
No podíamos desaprovechar la oportunidad y le consultamos al empresario qué le esperaba a Honduras con la actual crisis política que vive. Él respondió: «Estos últimos 11 años han sido desastrosos para Honduras. La manera en cómo han llevado las deudas en estos últimos años es insólito. Me ha dolido lo que le han hecho a mi país Honduras. Lo hemos visto con la pandemia, siguen haciendo actos penosos, son criminales».
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