TEGUCIGALPA, HONDURAS. “Recuerdo que en mi niñez jugábamos al aire libre, una generación que podía jugar en los árboles, en el patio, en la calle, algo muy extraordinario”, rememora con nostalgia el historiador Edgar Soriano Ortíz, remontándose a su niñez en su oriunda Pespire, en Choluteca.
Eran aquellos tiempos en que hizo su primaria en la Escuela María Auxiliadora, ubicada en la comunidad de Cacautare. De donde salió para comenzar su secundaria en el Instituto Mateo Molina.
Desde entonces, la Historia, esa ciencia que ahora ejerce como profesión, ya le simpatizaba. “La Historia me apasionó desde niño, aunque estaba en la duda sobre estudiar derecho o artes y me quede con Historia”, contó Soriano.
Con sus sueños de niño, pero con las inquietudes de adolescente, Soriano recuerda que se trasladó a la capital y terminó sus estudios en el colegio Alfonso Guillén Zelaya, en donde egresó de perito mercantil y contador público.
Además, estudió por tres años el bachiller de arte dramático en la Escuela Nacional de Arte Dramático.
Del Guillén Zelaya pegó el salto a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Ahí realizó su licenciatura en Historia durante cinco años. Además, ha realizado varios trabajos.
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Basta experiencia
Al hablar de Soriano, uno puede destacar muchas versiones del historiador como profesional. “He hecho mucho trabajo comunitario, he trabajado en organizaciones no gubernamentales, profesor de teatro, docente universitario en públicas y privadas”, indica.
El conocimiento adquirido a lo largo de los años, han permitido que Soriano incursione hasta en el mundo del periodismo. Como analista, por supuesto.
“Últimamente he incursionado mucho en Periodismo de Opinión, también soy gestor cultural, investigador en el tema de la historia del teatro, guerras civiles, independencia, proyectos de investigación y hasta consultor; son algunas de las cosas que me acuerdo”, confiesa el experimentado maestro.
Realidad de país
Tras contarnos algo de su vida y de su amplio recorrido, al menos de lo que se acuerda, Soriano responde a esa pregunta a la que todos, aparentemente, tenemos una respuesta. Sin embargo, él lo hace desde un punto de vista profesional, con frases que sin lugar a duda, dejan titulares.
“Honduras está cruzando una crisis extremadamente profunda, probablemente de las más profundas que se ha vivido”, señaló.
Posteriormente, el catedrático recuerda aquel episodio en la historia, en donde hubo un golpe de Estado, un suicidio en Nueva York y varios funcionarios manchados con la destructiva corrupción.
“El Bananagate sacudió a la sociedad, pero no al extremo de lo que ha sucedido hoy en día, donde el tema de la corrupción se ha ensanchado más en el imaginario colectivo y esto obedece a varios elementos en nuestra época”, explica Edgar.
Y prosigue: “Por un lado esa importación que se ha hecho de los Estados Unidos de esa moralidad en torno al tema de la institucionalidad y el manejo mediático; y, a través de las ONG (Organización No Gubernamental), que se le ha hecho al tema de la corrupción que se ha instalado en América Latina ya como una estrategia de injerencia del Departamento de Estado”, profundiza.
En ese sentido, el máster precisa que este es el momento en que el pueblo hondureño debe reflexionar y cambiar la historia que ha marcado al país.
“Esta crisis que está atravesando Honduras yo creo que debería de servirnos a los hondureños para reflexionar si es el momento de dar un giro en la historia. Y así dejar atrás el tradicionalismo político y esas mañas construidas en los siglos pasados. Para tratar de construir una democracia participativa donde las comunidades tengan voz en cuanto a sus derechos”, remarca.
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Dos escenarios diferentes
Por otra parte, Soriano planteó dos escenarios en los que, uno: el actual mandatario cese y deje el poder. Dos: que se llegue hasta las elecciones de 2021.
“Un escenario posible si se llegara a generar una interrupción de este segundo mandato de Juan Hernández, me imagino que el Departamento de Estado estaría viendo la manera de cómo generar una sucesión tutelada por ellos. Lo que abre la posibilidad de una Constituyente con reformas electorales”, explica.
Para el maestro de teatro, el Partido Nacional es sólido. “Está muy bien estructurado, pese a que hay un descontento a nivel nacional”.
Comparte que el titular del Ejecutivo no pasará del 2022 en caso de que cumpla con su actual mandato. “Si llega a las elecciones, el más fuerte es el Partido Libertad y Refundación”.
La marca del Golpe de Estado
En 2009 se dio paso a uno de los hechos históricos que, probablemente, más han golpeado al país. Precisamente en junio de aquel año, el presidente de ese entonces, Manuel Zelaya, era cesado del poder a través de un golpe de Estado.
“Hemos tenido desde el golpe de Estado distintas estéticas de protesta social. Las del 2017 en comparación a las anteriores es que ya es una estética más confrontativa al orden establecido”, dice el sureño.
Enfatiza en que “el golpe de Estado demostró la fragilidad institucional en Honduras y la incapacidad de su élites de llegar a un acuerdo y garantizar la estabilidad social”.
Asimismo, recuerda que en el nutrido pasado de Honduras, estas luchas gremiales ya se habían reportado. Sin embargo, reconoce que nunca vio a tantos sectores unidos en contra de un gobierno.
“Honduras ya ha tenido varios ciclos de protestas, de movimientos gremiales o populares, sin embargo esta acumulación de fuerzas y de participación política en distintos sectores, sobre todo los territoriales, me parece a mí que eso ha sobrepasado cualquier expectativa”, subraya.
Empero, que a pesar de existir una masa considerable insurreccionada, esta carece de un líder o movimiento que logre conjuntar todas estas fuerzas.
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Influencia de los Estados Unidos
Otro tema en el que recae Soriano, es en la influencia de los Estados Unidos en Honduras. Desde temas económicos, como la inversión, hasta la extradición.
“Estados Unidos ha tenido una influencia clarísima en Honduras desde hace 100 años. Por ejemplo, en esta acción disciplinaria de Washington en 2013 en que la Corte Suprema diera paso a la extradición, algo que está prohibido en el artículo 102”.
Añade que “luego vienen las extradiciones. A pesar de que tanto el gobierno de Pepe Lobo como el de Juan Orlando, han siempre planteado el tema de la seguridad y la lucha contra el crimen organizado, esto claramente es una sacudida que le están dando a las élites políticas y económicas de los Estados Unidos a Honduras mediante este tema”, asegura.
Así los mira:
- Manuel Zelaya: puso el dedo en la llaga. Es el personaje que movió el tapete de la dura situación que vive el país.
- Juan Orlando Hernández: un político hábil que aprovechó la crisis del golpe de Estado.
- Salvador Nasralla: intentó ser un outsider. No logró constituirse en una figura de arrastre popular a nivel nacional. Veo a un político en declive.
- Luis Zelaya: Vemos a un personaje con poco carisma que no cuajó
- Partido Nacional: una estructura muy bien organizada.
- Partido Liberal: un partido que se mantiene gracias a los municipios. Veo muy difícil que puedan regresar al poder.
- Partido Libre: una fuerza nueva, con un gran empuje y con mucho potencial de crecimiento. Tiene fuertes posibilidades de ganar las elecciones.