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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Cuando era niña, usaba vestidos coloridos y pomposos, asemejándose, según ella, a un «pastel», mientras relucía su extrovertido ser.

Esa pequeña también se distinguía como una alumna ejemplar, que conseguía calificaciones perfectas. Así recuerda sus primeros años Saraí Espinal, reconocida periodista hondureña.

Espinal se ha convertido en los últimos años en una de las comunicadoras más profesionales y talentosas de todo Honduras.

Cuenta con más de una década de trayectoria en los medios y, además, es amante de los deportes y los estudios.

En pleno marco del Día de Las Madres, la joven reveló varios secretos en una plática exclusiva con TIEMPO Digital.

¿Por qué la despidieron de HCH?, ¿Cómo terminó en la radio?, ¿Cómo va el amor? ¿Quiere más hijos? Se destapó.

Su infancia, una inolvidable época

Espinal vino al mundo hace 33 años, nació en la capital de Honduras, en una familia trabajadora y que la cuidaron siempre.

La comunicadora asegura que su niñez fue maravillosa y que su familia la acobijó incondicionalmente.

«Fue una infancia muy bonita, una infancia de niña, realmente. Mi familia nunca permitió que el mundo me absorviera», relató la periodista.

«Me vestían como niña, con medias, con zapatitos de chongo, con esos vestidos todos pomposos que una parecía pastel, y que por dentro le picaban porque tenían saya, con unas vinchitas», describió.

Alumna estrella

En la escuela nunca pasó desapercibida, pues no solo participó en todo tipo de deportes, desde ballet hasta karate, también era fanática de actuar en festivales infantiles de poesía.

Entre tanto, asegura que era tan buen alumna que expresó que a ella jamás la castigaron por no hacer las tareas.

«En los estudios nunca tuve problemas. Por eso, en mi casa, siempre me permitían hacer muchas cosas, porque fui aplicada», aseveró.

«No había manera de que me podían imponer un castigo, ya que por lo general los castigos cuando uno está pequeño son tipo ‘ah, bueno, no vas salir porque no hiciste la tarea o porque sacaste malas notas o no te voy a dar esto por tal cosa’. Conmigo funcionaban otras cosas porque yo en ese aspecto de la escuela siempre he sido aplicada», ahondó.

Adolescencia, rebeldía tardía

A diferencia de muchas jovencitas, a los 17 Saraí Espinal admite que nunca fue una chica rebelde, pero todo cambiaría una vez consiguiera su primer empleo.

Ella comenta que fue a esa edad que ingresó a la universidad, mientras también trabajaba. Aunque, esa dualidad de quehacer no era tan mala, pues «invertía» en lo que quería.

«Yo ganaba mi dinero, no pagaba la universidad, no pagaba la casa, no pagaba servicios públicos, no pagaba alimentación. El dinero que ganaba lo utilizaba para mí», expresó.

Se divertía

Era así que, al no tener una «vida de adulta», Espinal se compraba vestidos, zapatos y comida sin preocupación alguna.

Eso sí, también guardaba un poco de dinero, pues cuenta que su madre le enseñó desde pequeña la importancia de ahorrar, y gracias a esa lección, Saraí ahorró dinero y a sus 21 años pudo comprarse su primer automóvil.

Sin embargo sus padres le dijeron que ya era tiempo que ella aportara en los gastos de la casa, lo que ayudó a tranquilizar y enderezar el espíritu rebelde de Espinal.

Por casualidad terminó en HCH

El primer trabajo de la periodista fue para un banco capitalino, mismo que dejó para dedicarse al área de su estudio, uniéndose a una empresa de telecomunicaciones.

En esa empresa ella era la asistente de relaciones públicas. Como parte de su trabajo, tenía que visitar varios canales de televisión.

Un día llegó a un canal llamado Hable como Habla (HCH) y estuvo un par de días haciendo un poco de mercadeo.

En ese corto tiempo, el jefe, Eduardo Maldonado, vio que tenía potencial para su casa televisiva y le propuso trabajar allí.

Esa oportunidad cambiaría el destino de Espinal para siempre. Ella aceptó la propuesta, renunció a la compañía telefónica y en unos días ya estaba incorporándose a sus actividades para el medio de comunicación en mención, donde se daría a conocer en toda Honduras.

Avalancha de críticas

Pero el convertirse en una presentadora de televisión de la noche a la mañana no fue nada sencillo para Saraí Espinal.

Ella realmente no contaba con experiencia periodística y a eso se sumó la dura crítica de los televidentes de HCH en aquel momento.

Pero con todo eso en su contra, Espinal no conoce la palabra «rendirse». Día con día se esforzó para presentar de una mejor forma las noticias, y fue en ese aprendizaje que se fue «enamorando» del periodismo.

La comunicadora resalta que sin el apoyo de «don Eduardo», ella no hubiera podido con tantas críticas y ofensas hacia su persona.

Fue así como Espinal fue creciendo, mejorando y ganándose el respeto, no solo de Maldonado y Ariela Cáceres, sino también del público.

Abrupto despido

Así pasaron cuatro años, cuando, de repente, las cosas se empezaron a salir de control entre Espinal y los ejecutivos de HCH.

Según ha contado Espinal a varios medios locales, ella empezó a comportarse mal con «don Eduardo» y exigía un aumento de salario.

«Las cosas con don Eduardo se fueron saliendo fuera de lugar cuando yo me gradué de mi maestría. Ellos me aumentaron el sueldo y era un muy buen salario. Yo ganaba súper bien, pero empecé a pedir más. Mis compañeros de la maestría estaban en empresas multinacionales e internacionales, yo comparaba el sueldo con el de ellos y con el mío y miraba que me faltaba más. Me daban más de 25 mil lempiras, pero empecé a presionar y ellos me decían que ya me habían dado el aumento y que tenía que esperar», historió la comunicadora en 2016.

Ante la negativa por parte de la empresa en darle un aumento de sueldo, la periodista empezó a descuidar sus labores en HCH. Llagaba tarde, ignoraba los llamados de atención, hasta que un día le dieron el famoso «sobre blanco». No seguiría un día más en el canal.

Reconoce que fue un error

Saraí admitió que nunca pensó que la podrían despedir. Lloró un poco y reconoció que su actitud no estuvo bien y que le había fallado a Eduardo Maldonado.

Ahora han pasado varios años y ella tiene buenos recuerdos de su paso por la televisora en mención.

«Fue una experiencia muy bonita. Aprendí demasiado; aprendí a tener un caparazón de tortuga como me lo inculcó siempre don Eduardo, a que nadie estropeara mis sentimientos, mis maneras de sentir. Me forjó como ser humano, yo era un poco débil y el me enseño a tener carácter, a ser una mujer de carácter, no me le quedo callada a nadie, trato de decir siempre lo que pienso, no permito en ningún momento la maldad. Entonces tuve una buena escuela», manifestó la presentadora.

Su llegada a TVC

Sin embargo la vida le daría otra oportunidad, pues no pasó ni un mes de su despido, cuando otra empresa la estaba buscando.

«A mí me llamó la vicepresidenta de Televicentro, Ana María Villeda, me dio la oportunidad de ser parte de esa casa, estar en Televicentro y Emisoras Unidas. Aquí ha sido mi segunda casa, luego de HCH. Me acogieron y he aprendido demasiado; mi nivel de profesionalismo creo que ha aumentado en los últimos años», acotó Espinal.

Pero en este nuevo medio de comunicación Saraí no solo tendría que enfrentarse a un ambiente laboral totalmente diferente, también se adentraría en un nuevo tipo de periodismo, el radial.

Espinal se integró al noticiero «La Tarde», donde dijo que tuvo dar más que el 100% para estar a la altura de sus compañeros.

«Yo trabajo para HRN, ya voy por los 7 años y también ha sido difícil, igual que en HCH, debido a que es una escuela. Es una radio de puros hombres que se ha venido cambiando a lo largo de estos años. Por lo tanto, mi competencia ha sido mayor; mis esfuerzos fueron redoblados, tuve que ponerme o trato de ponerme en el mismo nivel del de mi jefe, Rosendo García o Juan Carlos Barahona, personas que llevan años en el periodismo, que llevan más de 35 años en esto», argumentó la también reportera.

Saraí Espinal junto a Rosendo García.

La periodista mencionó que la Corporación Televicentro la ha ayudado para mejorar sus capacidades como comunicadora.

El Periodismo no es una profesión para cualquiera

Ante la interrogante sobre si considera que ser periodista es algo fácil, aseguró que la profesión de un comunicador es todo menos sencilla.

«Es difícil, porque no hay hora de entrada ni hora de salida. No hay problemas familiares, no existen las tristezas, estamos expuestos a que la gente nos denigre las veces que quiera sin podernos defender», enfatizó Espinal.

«Si nos defendemos nos catalogan de manera arrogante o caemos mal; no podemos decir lo que expresamos porque nos dicen ‘tarifados‘. Si dejamos de decir lo que pensamos dicen que tenemos miedo», sentenció.

Relación con Ariela Cáceres

Desde que Espinal trabajó en HCH, se decía que entre ella y Cáceres existía una gran rivalidad y que hasta se odiaban; sin embargo Saraí niega esas versiones e incluso afirmó que entre ambas existe una gran amistad.

«Ariela es la madrina de mi boda. Entonces ya se imaginarán el concepto que tengo de ella; explicarlo creo que sería demasiado largo», expresó.

La entrevistada recalcó que entre ellas siempre ha existido una amistad y que todos esos chimes de supuestos pleitos y rumores son producto del morbo.

«La gente siempre especula y genera ideas a las nosotros nunca le hemos dado pie; el chisme siempre está. Ariela y yo solo nos hemos peleado una vez en la vida y tenemos 12 años de amistad», catalogó Espinal.

Una fuente periodística se convirtió en su príncipe azul

A diario los comunicadores sociales deben realizar todo tipo de entrevistas. Cada quien tiene sus fuentes, las cuales ayudan a los periodistas a obtener declaraciones sobre eventos importantes.

Uno de los ‘miles’ de contactos que tenía Espinal, era José Coello, el militar y vocero de la Fuerza Nacional Interinstitucional (Fusina). La periodista lo entrevistó varias veces, pero no eran amigos, ni tenían nada en común o eso pensaban ellos inicialmente.

Resulta que Coello había sido compañero en algunas clases en la universidad con nada más y nada menos que con Ariela Cáceres.

Fue Cáceres quien los presentó para que pudieran ser amigos, relata Saraí, quien confesó que él es «muy romántico» y desde entonces le conquistaba con flores.

periodista Saraí Espinal
José Coello y Saraí Espinal el día de su boda.

«Él es un persona adulta. Con ello me refiereo a que es maduro, un hombre completo y una persona responsable», detalló.

Espinal enfatizó que la madurez de su cónyuge -con quien selló el vínculo nupcial en diciembre de 2019- es tal que la hace sentir que todas sus exparejas eran unos «niños».

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Dolorosa pérdida

En el marco de tal amorío, en noviembre de 2019, se conoció que la destacada periodista estaba esperando su primer hijo.

No obstante, fue ella misma que, a través de redes sociales, indicó como el castillo de sueños que forjó en su cabeza se derrumbó. Perdió a su primogénito en el quinto mes de gestación.

«Justamente en mi cumpleaños iba a tener el regalo más grande del mundo, quien completaría mi existencia y llenaría de amor nuestro hogar. Hoy, hace una semana, sin previo aviso, perdimos nuestro bebé», escribió la presentadora hondureña.

«Nuestro doctor nos dijo que su corazoncito había dejado de latir. Nos afirmó que no fue algo que hice o dejé de hacer y que de 10 mujeres embarazadas 3 pierden su bebé. Para mi estas frases no fueron un consuelo, al contrario fueron devastadoras. Me llené de enojo, tristeza y hasta sentí ganas de morir», relató Espinal en su momento.

La pérdida de su hijo, provocaría una depresión en la comunicadora, pero aseguró que con el apoyo de su esposo, de su familia, amigos, seguidores y sobretodo la de Dios, pudo salir adelante a pesar de su dolor.

Burlas

Cuando la noticia de que Espinal había perdido a su hijo se hizo pública, algunas personalidades del medio artístico nacional llegaron al grado de darle un tono burlesco a la tragedia de periodista. Por ejemplo, hubo controversiales declaraciones por parte de Miguel Caballero Leiva, ícono de la farándula.

En medio de un programa de chismes, Caballero dijo, en alegada referencia a la muerte del bebé de Espinal, «si se le cayó, se le cayó y no lo pudo recoger». Seguido, el personaje rió.

Algunos de sus conductores se sintieron incómodos y mencionaron que ella estaba «emocionada» al saber que sería madre.

Las declaraciones enfurecieron a la comunicadora, quien comentó que personas con pensamientos así no merecen respeto.

«La sociedad en ningún momento apoyó las palabras del homosexual de Miguel Caballero Leiva, que constituyen un irrespeto a la muerte de un bebé que ni siquiera nació, de un bebé que ni siquiera pudo abrir sus ojos al mundo», dijo Espinal.

La comunicadora aclaró que ella no tiene nada en contra de las personas que tienen «preferencias sexuales diferentes», pero aseguró que lo vertido por Caballero «no tiene perdón de Dios».

Luciana

Como si se tratara de un milagro, meses después de perder a su bebé, Espinal y su esposo anunciaron que buscarían ser padres nuevamente.

En noviembre del 2020 llegó al mundo «Luciana Coello Espinal», algo que le ha cambiado la vida a la comunicadora en todos los sentidos.

La primera foto que la periodista compartió de su hija Luciana.

«Soy la mujer más feliz del mundo. Ahora entiendo lo que es un hogar; ella ha venido a cambiar mi mundo, ahora soy más paciente, más tranquila y así», manifestó.

Hoy se celebra el Día de la Madre en Honduras y para Saraí Espinal, convertirse en mamá lo «es todo» y afirma sentirse plena en todos los ámbitos ahora que ella misma es una dadora de vida.


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