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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. El Estado hondureño estaría enfrentando tres demandas internacionales por la muerte de Keyla Martínez, el médico Yasser Cuellar y el empleado de una ferretería Erick Barrientos.

En los tres casos hay irrespeto de derechos humanos, y ante la falta de justicia nacional, los familiares deberán agotar instancias para lograr esclarecer las muertes.

En los crímenes contra Keyla Martínez y de Erick Barrientos están envueltas las fuerzas de seguridad del Estado. Entre tanto, Yasser Cuellar murió por falta de atención en un centro asistencial luego de que su salud se complicara a causa del COVID-19.

Los padres de los tres jóvenes se han pronunciado, diciendo que irán hasta donde sea necesario. En los medios de comunicación han dicho que no permitirán que las muertes queden impunes.

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Muerte de Keyla Martínez

La muerte de la joven estudiante de Enfermería Keyla Martínez conmocionó a Honduras y traspasó las fronteras. La estudiante pereció de una manera muy misteriosa al interior de una celda policial en La Esperanza, Intibucá.

Keyla iba en compañía de su amigo, el médico ginecólogo Edgar Velásquez, el sábado 6 de febrero a eso de las 11:00 de la noche por La Esperanza. De pronto, una patrulla policial los sorprendió y se los llevó hasta la posta. A ambos se les ubicó en celdas diferentes. De acuerdo con los relatos, en horas de la madrugada del domingo 7, escucharon ruidos que provenían de donde estaba la muchacha.

Los policías aseguraron que corrieron a revisar qué pasaba y miraron a Keyla intentando suicidarse con su suéter. Entonces, la subieron a una patrulla y la llevaron al hospital de la localidad, donde se confirmó su descenso.

Presión social, «justicia para Keyla»

La ciudadanía hondureña no creyó la versión de la Policía, por tal razón, presionó para que el Ministerio Público (PM) realizara una autopsia. Fue así como se confirmó que a Keyla la mataron: había muerto por asfixia mecánica.

Luego de la revelación, ese mismo ente comenzó un proceso investigativo contra varias personas, como, por ejemplo, varios de los policías de turno en la UDEP de La Esperanza.

De su lado, la madre de Keyla, doña Norma Rodríguez, en conjunto de su apoderada legal, aseguró que agotará todas las instancias para que haya justicia, incluso, demandar internacionalmente, si es necesario.

Muerte de Yasser Cuellar

El joven Yasser Cuellar, de 27 años, era un estudiante de la carrera de Medicina que hacía su servicio social, pero tuvo que firmar una carta de exoneración de responsabilidades al Estado en caso de contagiarse de COVID-19.

Durante su servicio, se contagió de coronavirus. La enfermedad avanzó en él aceleradamente, y por lo tanto, su madre quiso llevarlo hacia un hospital.

La angustiada madre, al ver que su hijo no podía respirar, lo trasladó hasta el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) de San Pedro Sula, lugar donde no recibió atención por no estar afiliado. Murió el lunes 15 de febrero.

«Yo le hecho la culpa al Estado, porque no apoyó a mi hijo”, dijo la madre. Doña Nidia dijo que iba a agotar instancias y demandaría internacionalmente al Estado de Honduras.

Muerte de Erick Barrientos

Erick Barrientos era un joven de 21 años, casado y padre de familia que salía a trabajar día a día como fletero de una ferretería de Tegucigalpa. El muchacho venía de Talanga, Francisco Morazán, de hacer un viaje cuando murió a manos de las fuerzas policiales.

Barrientos conducía una volqueta en la que trasladaba material al lugar que le solicitaran. El pasado lunes 15 de febrero falleció luego de recibir varios recibir disparos por parte de un agente de la Fuerza Nacional de Seguridad del Transportes (FNST).

Y es que, Erick, por accidente, golpeó un cono de tránsito, de los que había en el retén.  Desde ese momento, comenzó una discusión entre las autoridades y el muchacho. Posteriormente, hubo varios disparos, mismos que le quitaron la vida.

Luego de herirlo de gravedad, los mismos policías lo subieron a una patrulla, enchachado, para llevarlo hasta el Hospital Escuela, donde lo tenían custodiado, pero a las horas murió.

El padre del joven, quien lleva su mismo nombre, lo acompañaba el día del suceso, y acusa directamente a los uniformados de la institución. Anunció, además, una demanda de carácter internacional para hacer justicia a su hijo.

“Es lamentable porque vivimos en un país de injusticia, no hay justicia. Aquí de qué sirve denunciarlos. Es como que estemos echando el dinero al río. Voy a proceder con la demanda, pero internacionalmente”, advirtió don Erick Barrientos.


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