ESTADOS UNIDOS. La jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, murió a los 87 años en su casa de Washington, debido a complicaciones con el cáncer pancreático que padecía, según informaciones emitidas por la más alta instancia judicial del país.
Ella ostentaba el cargo desde hacía 28 años. La popular juez fue nombrada por Bill Clinton en 1993. Para algunas personas se va una auténtica leyenda de la justicia estadounidense, un icono del feminismo, y representante del sector progresista del tribunal.
Se maneja que su voto ha sido decisivo en algunos de los temas sociales más divisorios del país, incluidos el derecho al aborto, el matrimonio igualitario, la inmigración y la sanidad pública.
La juez es la segunda mujer nombrada para el Supremo en la historia de Estados Unidos. Se convirtió en una auténtica figura de culto entre el progresismo estadounidense.
Cabe mencionar que, su rostro ilustraba camisetas y chapas, que se exhibían con orgullo por jóvenes de todo el país. Muchos de sus fans se referían a ella como Notorious R.B.G., en un guiño al famoso rapero Notorious B.I.G.
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“Nuestra nación ha perdido a una jurista de talla histórica”, ha escrito el presidente del tribunal, John Roberts.
“Nosotros en el Tribunal Supremo perdemos una querida colega. Hoy lloramos, pero con la confianza de que futuras generaciones recordarán a Ruth Bader Ginsburg como la conocimos, una incansable y resulta campeona de la justicia”, dijo.
Trump consolidaría mayoría en el Tribunal
La vacante que deja Bader Ginsburg en el Supremo ofrece a Donald Trump la oportunidad de consolidar aún más la mayoría conservadora en el tribunal. Eso a menos de dos meses de las elecciones.
Cuando se produce una vacante, el presidente tiene la competencia exclusiva de nombrar a los jueces del Tribunal Supremo. Eso debe ser aprobado luego por el Senado.
Los nueve magistrados ocupan su cargo de manera vitalicia. La sustitución de Ginsburg por un juez conservador colocaría a ese sector con una muy sólida mayoría de seis votos contra tres. En un momento en que el Supremo tiene por delante importantes decisiones relacionadas, entre otros asuntos, con el aborto o los derechos de los inmigrantes.
La posibilidad de nombrar a más jueces conservadores fue uno de los motivos que pesó en muchos votantes republicanos a la hora de votar por Trump. Un candidato cuando menos heterodoxo.
Fuente: El País.
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