COPÁN, HONDURAS. Este lunes, 31 de octubre, se confirmó la muerte de la quinta víctima de la explosión de una cohetería en la comunidad de Vivistorio, municipio de San José, en Copán, según reportes de medios locales.
De acuerdo con la información de medios locales, se trata de Mario Alberto Tábora Rivera, de apenas 16 años de edad.
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El menor se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Sala de Pediatría del Hospital Regional de Occidente. Estuvo luchando por varios días, no obstante, por las quemaduras que sufrió no pudo sobrevivir.
La tragedia aconteció el 26 de octubre, al interior de una vivienda donde se encontraban realizando productos pirotécnicos.
El día de la explosión murieron dos jóvenes: José Renán Humaña y Yester Baide.
Además, varias personas más resultaron heridas. Fue después que se confirmó la muerte de un tercero de nombre Orlin Adalid Álvarez Tábora y luego de José Miguel Pineda.
Los nombres de los que siguen internados son:
- Cristian Ariel Portillo, de 19 años
- Mario Rolando Tábora, de 37 años
- Luis Villanueva (edad desconocida)
- Isaías Martínez, de 18 años
- Jaime Daniel Hernández, de 22 años y
- Suyapa Pineda, de 45.
Tres de ellos, tuvieron que ser remitidos al Hospital Escuela, en Tegucigalpa, en una aeronave de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH).
Por lo momentos no se han dado detalles de qué originó la explosión y las autoridades continúan la investigación.
En el lugar donde ocurrió el hecho todo quedó devastado. Algunos vecinos se acercaron para ayudar con la limpieza y constataron que todo estaba en cenizas.
Asimismo se observaban paredes caídas, pedazos de madera, entre otras herramientas que utilizaban para la elaboración de la pirotecnia.
Este hecho provocó pesar en la ciudadanía hondureña y las redes sociales «explotaron» de comentarios enviando resignación a los familiares.
«Pobrecitos es un negocio de alto riesgo, pero la gente tiene que buscar un medio de trabajar y este es el de ellos», indicó una mujer.
«Qué pesar que mueran jóvenes. Con toda una vida por delante. Dios dé mucha fortaleza a su familia», mencionó otra persona.
«Lo siento mucho. Se me destrozó el corazón. Que Dios les dé todas las fuerzas a toda la familia», escribió alguien más.