«Me han quedado pocas cosas materiales, pero han quedado vivencias en mí que las guardo y me las llevaré conmigo siempre«, reflexionó Jonathan Mazzola, quien dejó su pueblo en Argentina a los 12 años para cumplir su sueño de ser futbolista profesional.
Enamorado de la pelota desde muy pequeño, el talentoso mediocampista pasó de ver en televisión a Juan Román Riquelme y Martín Palermo, máximos ídolos xenienzes, a compartir mates, pláticas y entrenar con ellos.
El exfutbolista del Vida está por empezar una nueva etapa con el Huracán Las Heras del Torneo Federal A de Argentina, pero desea regresar a Honduras, tener su revancha y poder mostrar más de su talento en Liga Nacional.
Sus diez años en Boca, representar a la selección de Argentina y jugar en el extranjero le han dejado a Mazzola muchas satisfacciones, las que relató para CRONÓMETRO en exclusiva.
¿Cómo fue tu infancia en El Arañado, Argentina?
La verdad que fue una infancia bastante cortita porque a los 12 años me tocó irme de mi pueblo para Buenos Aires a la inferiores de Boca. Fue muy corto todo y no recuerdo muchas cosas. Fue bastante difícil despegarme de mi mamá y papá, el desarraigo fue muy grande y yo estaba convencido que quería jugar a la pelota, eso hizo un poco más fácil todo. Una vez que estuve en la pensión de Boca, que vivía con 100 chicos, estábamos en lo misma y eso lo hizo más fácil.
¿Cómo inició tu pasión por el fútbol?
Mi carrera arranca a los cuatro años. Recuerdo de esa etapa vivir con la pelota bajo el brazo y era un placer que hasta el día de hoy lo es, «bajo el brazo» la tenía, pero vivía con la pelota en el pie en realidad. Era patear todo el tiempo en mi casa, patear contra la pared con una pierna y con otra. A los cuatro años mi mamá me llevó al club de mi pueblo y así comenzó todo. A mí me daba mucho placer jugar, de hecho, cuando me portaba mal en la escuela mi mamá me castigaba con no dejarme ir a jugar a la pelota, no dejarme ir a entrenar.
¿Por qué te hiciste hincha de Boca?
Hincha de Boca me hicieron en mi casa. Mi papá no tanto porque no le daba mucha pelota al fútbol, pero me hicieron creo mi hermano o mis tíos, no lo recuerdo. De chiquitito miraba a Boca, me encantaba Boca y me hice hincha después.
A los diez años cuando voy a probarme a Boca y River, entre otros clubes de primera, quedó en los dos clubes y termino eligiendo Boca porque era hincha y era una pasión muy grande la que tenía. Recuerdo que hasta puteaba al tele de chiquitito, era un fanático terrible.
Les cuento a mis amigos que viendo la tele, puteaba a los que terminaron siendo mis compañeros que eran los mejores en ese momento y habían ganado todo como Riquelme, Palermo, Battaglia. Ahora me doy cuenta que no es tan fácil jugar al fútbol, ni hablar con la presión de representar a Boca.
¿Cómo llegaste desde tu pueblo de Córdoba a Boca Juniors?
Llego a Boca por medio de una persona que era buscador de talentos. Un día golpea la puerta una persona que no conocía y era algo raro porque mi pueblo tiene mil habitantes y era una persona que nunca había visto. Tenía siete – ocho años y me estaba yendo a dormir porque al día siguiente me levantaba temprano al colegio. Luego viene mi madre y me dice «Jony, te buscan», y le dije «¿Quién, mami? ¿A esta hora?» y era esta persona, que había buscado antes a un amigo y él me recomendó.
Así empezó todo, por esta persona que terminó siendo gente de fútbol en clubes grandes. Es una persona que ahora es la mano derecha del «Pupi» Zanetti en el Inter hoy, se llama Piero Floglio.
¿Cuándo y cómo descubriste tu posición? ¿Jugaste en algún otro puesto antes?
A mí me gustaba siempre tener la pelota, me encantaba tener la pelota. He pasado por todos los puestos de mitad de cancha porque la pelota siempre pasa por ahí y me gusta tener la pelota.
Me terminé quedando ahí porque era el puesto que más me gustaba y mejor me sentaba, tenía la cancha de frente y era todo lindo porque las personas pasaban por ahí. Desde chiquitito siempre jugué en el medio, pero jugué de nueve, enganche, de ocho, de volante por izquierda.
Fueron solo unos minutos, pero ¿qué se siente representar a Boca?
Lo tomo como algunos minutos oficiales, pero el tiempo mío en Boca fueron diez años, casi una vida ahí adentro. Representar a Boca en primera división fue algo fantástico y maravilloso, no sé si al punto de algo que no se puede explicar. Representar esa camiseta en Argentina y en el mundo es algo genial y maravilloso y más siendo hincha del club fue un sueño cumplido. Me han quedado pocas cosas materiales, pero han quedado estas vivencias en mí, las guardo y me las llevaré conmigo siempre.
¿Con qué jugadores reconocidos coincidiste y compartiste en tu etapa en Boca?
Compartí con los históricos que han ganado todo en Boca, Ibarra, Schiavi, Battaglia, Palermo, Riquelme, entre otros. Todos los fenómenos que miraba por tele. En el día a día me juntaba a tomar mates, íbamos a comer y ni hablar de entrenar juntos, era una cosa increíble. Fue un sueño cumplido y hay cosas que me guardo para mí y no cuento, pero sí compartí cosas y momentos divinos tanto fuera como dentro de la cancha.
En Argentina es muy normal que los futbolistas tengan apodo, ¿nunca tuviste uno?
En Argentina nos ponemos muchos apodos, pero con la mejor, sin maldad. Acá me llamaron de muchas formas, pero la que más quedó fue «aceite» porque hay una marca reconocida.
Hablando de escudos importantes, ¿qué se siente portar la camiseta de Argentina?
Lo de la selección Argentina fue otro de mis sueños. La verdad que, uno mira un poquito para atrás y todas las cosas que ha vivido en un lapso de corto tiempo y pasaron cosas hermosas. Representar ese escudo en un montón de lugares del mundo es difícil porque es muy grande. Hemos tenido jugadores muy grandes, ni hablar de Maradona y Messi, pero tenemos jugadores que nos han representado de la mejor manera y han dejado la vara altísima. Representar a mi país fue de lo más lindo que me pasó en la vida.
En esa generación estaba Pezzella por ejemplo, ¿cómo te llevabas con tus compañeros de selección? ¿quiénes estaban allí?
Fue una generación que hoy está jugando en Europa como Pezzella, Iturbe, Araujo, Andrada. Una generación hermosa porque teníamos un grupo excepcional, nos llevábamos de maravillas y tengo una buena relación y sigo hablando con todos.
¿Por quién y cómo llegaste a Honduras?
Un día me suena el teléfono, era un número desconocido y era Fernando Araújo, quien fue el técnico del Vida y ahora de El Progreso, me llama y me dijo «quiero que seás mi cinco, mi volante» y le dije «no hay problema, arreglemos», a los días estaba en Honduras. Fue él quien me llevó y de hecho ahora me quiso llevar a El Progreso, pero no llegamos a un acuerdo, pero no cierro la puerta porque sé que en algún momento voy a volver.
¿Cuál club crees que ha visto la mejor versión de Mazzola? ¿Alguno de tus clubes en Argentina o Ranger de Talca de Chile o Vida de Honduras?
Creo que cuando era más chico fue Boca, pero más en juveniles e inferiores. En lo profesional creo que Sportivo Belgrano y mi paso antes de irme a Honduras con Huracán Las Heras, donde peleamos todo hasta el final.
En Honduras tuve la posibilidad de andar bien, pero siempre pienso que si me hubiera quedado un año más hubiera sido mucho mejor de lo que me pasó porque estuvimos en medio de una pandemia y seis meses parados. Podría haber sido y no sabemos. En algún momento sé que voy a regresar y volver, ojalá sea pronto, y si no se vuelve Dios sabe por qué.
Has vuelto a Huracán Las Heras, ¿cuáles son tus objetivos? ¿a dónde esperas llegar?
He arreglado en Huracán Las Heras en estos últimos días acá después de haber de sonado en Marathón y algunos clubes más. Por suerte y gracias a Dios tuve abundancia y la posibilidad de elegir.
Huracán Las Heras vio mi mejor versión y uno quiere volver, este un club grande, de mucha gente y en una ciudad muy bonita. Como vio mi mejor versión y solo pude estar seis meses, quería volver porque pienso que puedo dar mucho más y acá en el club me quieren mucho. Estoy agradecido con el club que volvió a confiar en mí y quiso contar con mis servicios.
Pretendemos ascender el equipo y que nos vaya muy bien. Es un lindo grupo, un lindo equipo y es muy importante para los objetivos.
PREGUNTAS RÁPIDAS:
Banda/cantante favorito: Mona Jiménez (cuarteto cordobés)
Película favorita: Contratiempo
Jugador favorito: Messi
Club de fútbol favorito: Boca Juniors
Sino hubieras sido jugador serías: Abogado
Jonathan no se imaginó que ese buscador de talentos abriría la puerta para pasar de los campos de El Arañado a estar en la Bombonera y otros escenarios más. Hoy está de vuelta en su país y con las mismas ganas e ilusión de aquel niño de Córdoba.
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