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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. El actual gobernante, Juan Orlando Hernández, se refirió esta mañana al tema del juicio de su hermano Juan Antonio y sobre los señalamientos de que Honduras es un narcoestado.

En Cadena Nacional, el nacionalista rechazó que Honduras sea un estado manejado por el narcotráfico. Asimismo, sostuvo que la lucha contra el crimen organizado durante su mandato, ha disminuido el tráfico de drogas en Honduras.

Además, Hernández recordó que «desde aquel momento fui claro, sobre familiares, amigos, correligionarios o allegados. Luego agregó: «dije: no vengan a pedirme favores al margen de la ley. No lo he hecho y nunca lo haré», señaló.

A su vez, recalcó que «nadie está por encima de la ley». Y, además, subrayó que la lucha de su mandato contra los criminales, seguirá.

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También se refirió a la «foto de un arma con mi nombre» presentada en el juicio de Tony, su hermano.

Dijo que «el narcotraficante y asesino confeso, Ardon, juró que vio el arma en la mano de mi hermano en 2013.

Al respecto aclaró que el «arma entró al país hasta dos años después, el 19 de diciembre del año de 2015». Luego aseguró que el arma «desde ese momento se encuentra en custodia en Guardia de Honor Presidencial».

Momento familiar difícil 

Por otra parte, el mandatario confesó que viven un momento difícil como familia y que dicha situación, no se la desea a nadie.

«Como hermano de Juan Antonio que enfrenta esta proceso y que veo el dolor y la angustia de nuestra familia, de sus hijos, de mi madre, es una situación que no se la deseo a nadie», dijo.

Discurso íntegro de JOH

Como gobierno y como presidente hemos respetado el proceso legal de Estados Unidos contra el ciudadano Juan Antonio Hernández. En muchas instancias aceptando guardar el silencio para evitar cualquier percepción de un injerencia en el desarrollo del juicio.

Sin embargo, ahora que el proceso ha llegado a su fin y el jurado está deliberando antes de emitir su veredicto, me permito dirigirme al pueblo hondureño y a la comunidad internacional en los siguientes términos:

Rechazo contundentemente en nombre del pueblo hondureño los injustos y falsos señalamientos de que Honduras es una estado que patrocina el narcotráfico o es un narco estado, todo lo contrario.

Honduras ha sido víctima del tráfico de drogas que se produce en el sur y se consume al norte del continente. Es el país que ha puesto los muertos en esta sangrienta lucha provocada por esta actividad delictiva de los carteles.

Frente a esta realidad, nos comprometimos y hemos logrado convertir a Honduras en un territorio hostil para estos delincuentes. Como lo expresó el embajador James Nealon en febrero del año 2015.

Así como también lo han reconocido otras autoridades de Estados Unidos como el comando sur, el departamento de estado, la DEA que en varias ocasiones de manera privada y pública han felicitado a nuestro gobierno, a las instituciones hondureñas; por su ejemplar lucha contra el crimen organizado.

Recalcamos que Honduras lejos de ser un narcoestado es el país que pasó de ser el puente del 80 por ciento de las drogas que llegaban a Estados Unidos en el año 2011 a ser el país de Centroamérica donde menos droga transita con solo el 3 por ciento. Esto afirmado no solo por autoridades hondureñas, sino por las agencias de los Estadios Unidos que combaten las drogas.

Ahora, en el plano personal, como hermano de Juan Antonio que enfrenta esta proceso y que veo el dolor y la angustia de nuestra familia, de sus hijos, de mi madre, es una situación que no se la deseo a nadie.

Quiero aprovechar esta oportunidad para reiterar algo que le ofrecí al pueblo hondureño desde mi primer campaña presidencial en el año 2012. Luchar de frente en contra del crimen organizado en todas sus formas. Lo he cumplido y lo seguiré cumpliendo.

No nos van a detener en nuestra lucha por hacer lo que tengamos que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad de nuestro pueblo.

También desde aquel momento fui claro, sobre familiares, amigos, correligionarios o allegados, dije: no vengan a pedirme favores al margen de la ley y que cada uno es responsable de sus actos; no lo he hecho y nunca lo haré. Esa es otro promesa que mantengo frente al pueblo hondureño.

Como lo he dicho repetidamente, nadie está por encima de la ley, pero también nadie puede ser condenado de antemano sin ser vencido en juicio. El estado de inocencia es un principio fundamental de la justicia.

Es por lo anterior que en el primer momento que iniciaron los rumores sobre mi hermano, le pedí a Juan Antonio que fuera a presentarse y diera la cara ante las autoridades de los Estados Unidos.

Para ese fin, le solicité al entonces embajador de Estados Unidos en Honduras, James Nealon, gestionará la cita ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos, sin pedir ninguna condición o garantía para mi hermano.

Confiamos en que la justicia va a prevalecer en este juicio y que el jurado tendrá la capacidad de diferenciar entre la verdad y las muchas mentiras de los narcotraficantes.

Quienes a pesar de ser criminales y asesinos confesos, con afán de vengarse de quienes los han perseguido y sobre todo buscando rebajar sus penas. Y recibir beneficios para sus familias y protección de parte de sus bienes adquiridos a costa de la sangre de muchos hondureños, han servido como testigos en la fiscalía de Nueva York.

En lo que a mi se refiere directamente, hemos oído tantas mentiras tan evidentes.

Por ejemplo, encontraron una foto de un arma con mi nombre. Y el narcotraficante y asesino confeso, Ardón, juró que vio el arma en la mano de mi hermano en el año 2013.

Primero, el arma entró al país hasta dos años después, el 19 de diciembre del año de 2015. Y segundo, desde ese momento se encuentra en custodia en Guardia de Honor Presidencial.

Al pueblo hondureño le hago una pregunta ¿por qué creen que estos delincuentes salieron huyendo del país para entregarse y negociar acuerdos con autoridades norteamericanas?. Eso lo hicieron, como reconoció la Embajada de Estados Unidos, porque nuestro Gobierno, las autoridades hondureñas, hemos convertido a Honduras en territorio hostil para los narcos.

Sabían que si se quedaban en Honduras iban a ser capturados y no iban a tener posibilidad de llegar a ninguna negociación que les asegurara penas leves, que les regresarán sus bienes o beneficios para su familia. La prueba son lo más de 24 extraditados, y otra docena que se entregaron a los Estados Unidos.

Esos delincuentes que eran amos y señores de regiones enteras del país, no iban a tomar esa decisión tan radical si no hubieran estado seguros que su tiempo había terminado. Y no iban a poder negociar nada y además fracasaron en múltiples intentos de quitarme la vida.

En ese sentido, reafirmó que es falso que he recibido o aceptado dinero de estos delincuentes.

Reitero mi rechazo total en nombre de todo el pueblo hondureño, al señalamiento que nuestro país es un narco estado. Porque los avances en la lucha contra este flagelo han sido hechos y no palabras, reconocidos y aplaudidos internacionalmente.

Y por eso mantengo mi compromiso y convicción de seguir luchando de frente contra el crimen organizado en todas sus formas, pese a las consecuencias que en lo personal y en lo familiar tenga que afrontar, porque los hondureños me eligieron para ser su presidente con un mandato firme. Y esto no me va a detener en el cumplimiento y juramento que hice frente a todo un país, de hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño.

¡Dios bendiga a Honduras!

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