TEGUCIGALPA, HONDURAS. Luego de salir de la ermita de Suyapa la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro abordó el vehículo en el que haría el recorrido presidencial hasta el Estadio Nacional.
Este lo conducía su hijo Héctor Manuel Zelaya y estaba adornado con el pabellón nacional color azul turquesa. El automóvil era un 4×4, marca Jeep, modelo wrangler Unlimited, color blanco, sin puertas ni techo.
A bordo de el automotor iba la familia presidencial. Xiomara y su esposo, Manuel Zelaya Rosales, iban de pie saludando al pueblo hondureño que esperó con ansias este momento. Mientras que sus hijos iban dentro del vehículo, al igual que sus padres, saludando al pueblo que intentaba tener una reacción de ellos.
A su alrededor iban los miembros de seguridad de la presidenta. Asimismo, cientos de hondureños que intentaron tomarle la mano y recibir un saludo de Xiomara.
El recorrido duró un poco más media hora y durante todo ese tiempo el pueblo hondureño siguió el automóvil. Con piñatas, banderas, bailes y gritos, parte de la población hondureña acompañó a Xiomara en esa ruta.
Llegó al estadio
A eso de las 12 del medio día, Iris Xiomara Castro Sarmiento llegó al Estadio Nacional, en donde sus invitados especiales la esperaban. Inmediatamente se bajó de su vehículo y procedió a ingresar a las instalaciones en donde se desarrollaría el evento.
Seguidamente, Castro ingresó en compañía de sus hijos, nietos y esposo al estadio nacional, en donde caminó hasta el escenario en donde se tomaría su promesa de ley.
Los cientos de hondureños se pusieron de pie para recibirla, además, comenzaron los gritos, aplausos y ovaciones de alegría. Sin duda alguna que este era uno de los momentos más esperados por el pueblo hondureño.
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Orden en el Estadio Nacional
Las puertas del Estadio capitalino abrieron a las 4 de la mañana para que pudieran ingresar los miles de hondureños que llegaron desde temprano. El ingreso se realizó de manera ordenada, en donde las personas debían de presentar su carnet de vacunación. Además, debían de llevar mascarilla puesta y respetar las medidas de bioseguridad.
Poco a poco, las graderías se fueron llenando y el estadio se pintó de color rojo y negro. Miembros de la organización del evento se encargaron que el orden prevaleciera y que cada quien ingresara a la zona que le correspondía.
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