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TEGUCIGALPA, HONDURAS. La resistencia a no aprobar las reformas electorales de cara a la próxima contienda electoral agravará y prolongará la crisis social en Honduras, así lo analizó el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

A través de un planteamiento que publicó ayer, miércoles, el IUDPAS cuestionó que la clase política ha tenido poca voluntad para atender la nueva realidad democrática de Honduras.

Para contextualizar el planteamiento, el pasado domingo 13 de septiembre, el Consejo Nacional Electoral (CNE), convocó a elecciones primarias, proceso que se celebrará el 14 de marzo de 2021.

Durante dos años, equipos técnicos nacionales e internacionales trabajaron en una propuesta para una nueva Ley Electoral. Sin embargo, según refiere el documento, esa legislación no la aprobó el Congreso Nacional (CN).

En ese sentido, IUDPAS señaló que el sistema político hondureño evidencia un desfase entre los problemas del país y el interés nacional. Mientras que los partidos tienen conveniencia o beneficio de sus dirigentes, la institucionalidad y normativa electoral.

Asimismo, el planteamiento de IUDPAS recordó que en 2009, los hondureños pagaron un alto costo por los conflictos entre las élites políticas. Y ni el diálogo interpartidario o la institucionalidad del país, fueron capaces de responder y resolver en el marco de la ley. “La fractura social persiste”, aseguró el documento.

Nota relacionada: FOSDEH: Honduras desembolsaría L269 millones para elecciones 2021

Creación de partidos políticos y desplome de confianza en instituciones

Según el IUDPAS, el desencanto con la democracia no mejoró con la creación de nuevos partidos políticos. Señaló que en 2013 se amplió la oferta electoral, pero los electores no acudieron a las urnas en los porcentajes que lo hicieron entre 1,980 y los 90.

De igual forma, aseguró que el desplome de la confianza en las instituciones es constante. Eso debido a que solo 20 de cada 100 hondureños confían en el Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo.

Mientras que solo entre 35 y 40 de cada 100 valoran positivamente a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional. Aunque dichas instituciones del Estado son las mejores calificadas en la Encuesta de Percepción IUDPAS 2019.

Además, el pronunciamiento indica que el bipartidismo se terminó en 2013, pero los partidos históricos se niegan a reconocer y aceptar que la nueva realidad política requiere de una legislación electoral incluyente y que garantice la representación, equidad, transparencia. Y sobre todo que restablezca la confianza institucional.

En su análisis, también considera que el control partidario de las instituciones electorales es un modelo agotado. Según indican, funcionó durante la vigencia del bipartidismo, pero las elecciones de 2017 expusieron las debilidades de las instituciones electorales.

Igualmente, agregó que “la incorporación del partido LIBRE a la dirección de esas instituciones, no ha producido, hasta ahora, la confianza entre las tres fuerzas políticas mayoritarias. Ni tampoco entre partidos políticos minoritarios que reclaman inclusión en igualdad de condiciones”.

Modelo político impide reformas electorales

En resumen, las conclusiones del planteamiento del IUDPAS indican que el modelo político hondureño creó un sistema de partidos basado en la exclusión y la inequidad.

Por su parte, el partido que gobierna se constituye como hegemónico y excluyente. Este asume la supremacía del proceso electoral a través del control de las instituciones electorales.

Asimismo, el organismo sostiene que a lo interno de los partidos políticos se reproduce la misma inequidad y exclusión. “La corriente oficialista y hegemónica de cada partido asume el control del proceso electoral primario”, enfatizó.

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