ITALIA. Sólo se le veía el brazo, estaba muy ensangrentado y no se movía, ero estaba vivo. Así lo encontró un habitante del pueblo de Capodacqua, en Umbría, que recorría los edificios derrumbados en busca de sobrevivientes.
Lo primero que hizo al verlo fue preguntarle si podía respirar, «sólo un poco», le respondió, «Un poco está bien, lo importante ahora es estar tranquilo, los rescatistas están en camino», le dijo el hombre, que buscaba contenerlo.
Pero lo que más le preocupaba a la víctima era otra cosa. «Entiendo, pero necesito ir al baño», le dijo, su interlocutor intentó hacerlo sentir cómodo. «Sé que no es agradable para ti, pero si necesitas orinar, adelante. Mira, me voy a apartar un momento así puedes hacerlo», le dijo.
El poderoso terremoto, de 6.2 en la escala de Richter, afectó a distintos pueblos montañosos ubicados en el centro de Italia. Se produjo el miércoles a la madrugada.
Según el Instituto Geológico de Estados Unidos, el epicentro fue la ciudad de Norcia. En cambio, para su par italiano, el INGV, fue más al sur, cerca de Accumoli y Amatrice.
Capodacqua está ubicado 70 kilómetros noroeste de Norcia y a 110 kilómetros de Amatrice y Accumoli.
Fuertes réplicas
El seísmo, cuyo epicentro tuvo lugar entre Perugia y Riete, está siendo acompañado de numerosas réplicas, como suele ser habitual: «El terremoto se genera por el movimiento de una falla. A este movimiento inicial pueden seguir las réplicas, que son reajustes de las tensiones o esfuerzos tectónicos con el terreno que se siguen produciendo hasta que se recobra un equilibrio geomecánico entre esfuerzos y terreno.
Esas fuerzas se van equilibrando a lo largo de las zonas de fallas. Y eso va generando las réplicas. Cuando algo se mueve, se va recolocando. Es como si tienes algo en equilibrio en una mesa y tocas una pieza, después hay otras piezas que se van reajustando y se caen, hasta que se recobra la estabilidad», relata María José Jurado. Tanto Luis Cabañas como María José Jurado coinciden en señalar que lo normal es que se produzcan más réplicas.
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«Puede haber nuevos terremotos porque las réplicas de un terremoto de magnitud 6 van a ser grandes. Las que ha habido son de 5 y pico, y lo normal es que se vayan atenuando en el tiempo. Los primeros reajustes ocurren más próximos al movimiento principal», señala Jurado. Lo más probable, añade, es que las réplicas se prolonguen durante varias semanas, «pero también podrían ser días o incluso meses».
No obstante, Cabañas cree que la probabilidad de que se produzca un terremoto de magnitud superior a 6,2 es baja: «Lo más probable es que haya réplicas del orden de 5 o 5,4, como las que se están produciendo».»Esta zona seguirá en movimiento. Está cerca de donde ocurrió el terremoto en L’Aquila de 2009, que fue muy parecido a éste. Incluso la magnitud fue de 6,3 y también relativamente superficial», recuerda la geóloga. En 1997 hubo otro en esa zona, del mismo tipo.