CORTÉS, HONDURAS. «¡Jeee! Uy, usted viera, aquí fue en cuestión de segundos que se inundó. No nos dio tiempo de sacar nada de la casa, yo creo que abrieron ‘ese Cajón’ sin avisar», así dijo a Diario Tiempo un poblador de la colonia Céleo Gonzáles de San Pedro Sula al consultarle cómo recuerda las inundaciones provocadas por el huracán Eta.
Hoy, justamente hoy, 05 de noviembre de 2021, se está cumpliendo exactamente un año desde que el Valle de Sula quedó casi completamente sumergido por el desbordamiento de los ríos, principalmente Ulúa y Chamelecón. La afectación abarcó El Progreso, Yoro, La Lima, parte de San Pedro Sula, Villanueva y Potrerillos, Cortés.
Una de las colonias más afectadas por Eta fue precisamente la Céleo Gonzáles, vecina de las populosas Planeta y Rivera Hernández. Sus pobladores tienen un amargo recuerdo de este día, y algunos ni siquiera han podido recuperarse económicamente.
A esta hora del día, miles de personas estaban subidas en los techos sus propias casas. Las láminas de zinc ardían, porque si bien había agua por todos lados, el Sol resplandecía como si de Semana Santa se tratara.
No todos pudieron evacuar porque la inundación subió aceleradamente. Desde ese momento, y todavía hoy, 365 días después, hay personas que aún tienen esa pregunta en mente: ¿Por qué se inundó tan rápido el Valle de Sula?
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El Cajón no se abrió durante la tormenta
Para confirmar o desmentir de una vez por todas si la represa El Cajón fue la culpable de la inundación en el Valle de Sula, periodistas de Diario Tiempo se contactaron con trabajadores de la hidroeléctrica.
Alex Godoy, agente de ventas de repuestos eléctricos de la planta y secretario de asuntos laborales de la junta directiva del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE), afirmó que no, El Cajón no fue abierto durante el huracán Eta, sino todo lo contrario, soportó la presión por encima de su capacidad.
«Hubo fuerte crecidas en el embalse. El Cajón hizo descargas controladas antes de las fuertes lluvias, no durante. Pero cuando el Valle de Sula se inundó, la represa sí estaba reteniendo la gran cantidad de agua que bajó de los ríos. Llegó hasta a 292 metros sobre el nivel del mar, pese a que la capacidad máxima es de 285″, dijo Godoy.
«Sabíamos que la ciudadanía estaba inundada y nosotros no podíamos ser irresponsables abriendo las cortinas. El trabajo técnico se hizo» y la represa fue llevada al límite por varios días, agregó.
Fue hasta el 13 de noviembre del 2020 que autoridades de la Junta Interventora de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), dieron a conocer que se harían descargas para disminuir la presión de El Cajón, dado que el caudal de los ríos ya había bajado. Además de eso, se acercaba el huracán Iota y de nuevo iba a ser necesario contener agua e la represa.
Por otro lado, contó que durante las tormentas tropicales Eta e Iota sí había grietas en El Cajón, pero éstas no eran de preocupación. Aseguró que por eso contrataron una compañía para que hiciera «inyecciones» de concretó y otros químicos.
Miles de hondureños recuerdan con dolor este día, pero siempre relucen, sin importar la adversidad. Se levantaron del Fifí 1974, luego del Mitch en 1998,y con Eta e Iota no será la excepción.
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