SAN PEDRO SULA.- En un hecho sin precedentes, una inmigrante hondureña ha interpuesto una demanda económica contra el gobierno de los Estados Unidos por maltrato recibido durante los cuatro meses en los que ella y su hijo permanecieron detenidos.
Madre e hijo hondureños fueron detenidos por haber cruzado la frontera como lo hacen miles de hondureños cada año: de manera ilegal.
La inmigrante hondureña se llama Suny Rodríguez Alvarado, de 40 años.
«Estoy demandando por tanta injusticia que pasé en el centro de detención», dijo la hondureña a The Associated Press, una agencia internacional de prensa. «Me hacían firmar mi deportación, era un acoso constante», agregó.
En su demanda presentada a la Corte Federal de Nueva Jersey, Suny Rodríguez alega que ella y su hijo de nueve años fueron retenidos de manera ilegal en un Centro de Detención Familiar de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas.
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Además, asegura que los mantenían en cuartos con temperaturas bastante bajas en donde los obligaban a firmar documentos para ser devueltos a Honduras y, en general, que eran sometidos a estrés que devino en sufrimiento psicológico.
«Emocionalmente me trataron muy mal», declaró la inmigrante hondureña Suny Rodríguez.
El propósito de la demana interpuesta por Rodríguez es que el gobierno de los Estados Unidos le de una compensación económica por todos los daños sufridos mientras estuvo detenida junto a su hijo menor de edad.
El monto de dicha compensación económica será estipulada una vez inicie el juicio.
Según The Associated Press, el vocero del Departmento de Justicia de los Estados Unidos no respondió a un mensaje enviado solicitando una declaración respecto a la demanda.
Abogados aseguran que ley ampara a inmigrante hondureña
Según abogados de inmigración, la ley ampara a aquellos inmigrantes que huyen de su país por alguna situación peligrosa y que, en ese sentido, no pueden permanecer detenidos por mucho tiempo.
En la demanda se expresas que Rodríguez huyó de Honduras luego de que su madre y padastro fueran asesinados y de que ella misma acusara a policías de haber cometido el crimen.
Los abogados de la hondureña Suny Rodríguez aseguran que los policías acusados la hostigaron a tal punto que decidió emigrar ilegalmente a los Estados Unidos como un asunto de vida o muerte.
Suny y su hijo Angelo fueron detenidos por agentes de una patrulla fronteriza y llevados a un centro de detención donde recibieron los abusos antes mencionados.
Tras demostrar las razones por las que habían cruzado la frontera ilegalmente, ambos fueron puestos en libertad. Ambos viven ahora de manera legal en Nueva Jersey.