TEGUCIGALPA, HONDURAS. El pasado viernes se hizo oficial la apertura del Proceso Diocesano de Beatificación y Canonización por vía de martirio del laico delegado de la palabra de Dios José Atiliano Franco Arita.
En el marco del primer encuentro diocesano de los Delegados de la Palabra de Dios, monseñor Darwin Andino hizo oficial la noticia de la canonización de Franco Arita. «Hacemos público y oficial la noticia del Proceso Diocesano de Beatificación y canonización de José Emiliano Franco Arita, para gloria de Dios y bien de toda la santa iglesia», manifestó Andino durante la eucaristía del encuentro.
Hecho histórico para la iglesia católica de Honduras
Este proceso de beatificación es un hecho histórico para la iglesia, debido a que es la primera causa oficial que se abre para iniciar el camino a los altares de un hondureño.
El postulador diocesano de la causa, Fray Carlos Cortéz, párroco de la iglesia de la comunidad de San José de Ocotepeque resaltó que «José Atiliano en su ministerio como delegado de la palabra se caracterizó por su espíritu de fidelidad, entrega y adoración».
¿Quien fue José Atiliano?
José Atiliano nació el 6 de octubre de 1950 en la aldea El Salitre III perteneciente al municipio de Concepción, Ocotepeque. Fue el segundo de 12 hermanos. Desde muy joven Franco Arita cayó en el vicio del alcohol. Para 1971 recibió una invitación de un amigo y decide comenzar el camino para ser Delegado de la Palabra en su afán de que Dios lo ayudara a dejar el alcoholismo.
Para el año 1975 inició su camino como Delegado de la Palabra de Dios, a partir de ese momento José Atiliano se consagró al servicio de la iglesia católica.
La única fortaleza que tenía este siervo de Dios era la fidelidad que le había prometido al creador del universo desde hace quince años, esto debido a que Dios los había ayudado a superar el vicio que lo daño durante varios años.
Servicio a la iglesia
Durante sus años de entrega y servicio a Dios, José Atiliano impulsó proyectos de agua, aun vigentes hasta la fecha de hoy, y se dedicó a evangelizar las aldeas de toda su comunidad.
«No pasará nada que Dios no quiera que pase», era una de las expresiones que siempre decía este siervo de Dios cada vez que salía bajo el sol o lluvia por la mañana.
Beatificación
Han pasado ya 29 años, cinco meses y tres días desde el asesinato de Franco Arita y para su beatificación se necesita demostrar que murió a causa de quienes odian la fe y que la causa de martirio sea aprobada para su glorificación y para esto las pruebas que se presentarán se referirán solo al momento de su muerte.