TEGUCIGALPA, HONDURAS. Al menos cinco familias resultaron afectadas luego de un pavoroso incendio que se registró la mañana de este jueves en la colonia Arturo Quezada de Tegucigalpa, ciudad capital de Honduras.
No se reportaron personas muertas o lesionadas, aunque varios de los habitantes tenían su cuerpo con manchas de color negro producto de la humareda.
El Heroico y Benemérito Cuerpo de Bomberos (HBCBH) se personó al lugar y controló la situación. Según el reporte inicial, contabilizan que fueron unas 10 viviendas las que estuvieron a punto de ser consumidas por las llamas.
Empero, un teniente de la institución confirmó que el fuego nada más afectó la fachada, es decir, la parte de afuera de las casas. Él comentó que el punto inicial de ignición habría sido un solar baldío que está ubicado en la zona.
La institución designó cuatro unidades para la labor de contención y posterior enfriamiento. Para ello, contaron un suministro de unos 10 mil galones de agua.
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Se abrió paso con el niño entre brazos
Nancy Reyes, una de las afectadas, relató que ella y su esposo estaban preparándose para ir a trabajar cuando, de repente, escucharon los sonidos del incendio.
Al principio, creían que no les daría tiempo para salir. Sin embargo, su esposo se aventuró hacia la parte de enfrente con el propósito de mover el vehículo; entre tanto, ella se quedó alistando a su hijo de siete meses para una huida desesperada.
«Cuando yo quise salir con mi bebé, ya no pude. Tuve que buscar otra opción y salí por la parte de atrás, por donde los vecinos, y así evitar las llamas», expresó con consternación.
Asimismo explicó cómo hizo para proteger al infante tanto del incendio como del humo. «Metí una cobija gruesa al agua y después lo envolví para que no lo afectara», relató la mujer.
Un elemento bomberil que examinó al pequeño dijo que está estable pero que será llevado a un centro asistencial para descartar alguna afectación que podría manifestarse a largo plazo.
«¡Gracias a Dios!»
Otra mujer contó que toda su familia estaba dormida al momento del suceso. Un guardia fue quien les tocó la puerta y les alertó de lo que ocurría.
«Cuando salimos corriendo, el fuego ya estaba ahí. Gracias a Dios no nos quemamos, porque salimos por encima de las llamas», expresó entre sollozos.
Un hombre, cuyo rostro y demás partes de su cuerpo estaban repletas de humo, apuntó que en una bodega abandonada en el sector habían unos cartones, mismos que habrían propiciado la voracidad del fenómeno.
Hubo personas que tuvieron que subir a los techos para protegerse del fuego y el excesivo calor. Sin embargo, agradecen que solo quedará en anécdota, pues no hay pérdidas irreparables.
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