Honduras.- Miembros de la «Iglesia en las calles», en Tegucigalpa, ha expresado que agentes de Transporte, no les están permitiendo movilizar a migrantes a su albergue.
Los feligreses comentaron que ellos tienen un albergue dentro del local que usan como iglesia. El lugar lo usan para cuidar a migrantes que buscan lograr el “sueño americano” .
Sin embargo, ese gesto se ha visto truncado por varios agentes de Transporte, quienes solo los detienen para impedir que ayuden a los extranjeros.
Siempre buscan arruinar sus planes
El coordinador de esa actividad, Kenneth Rovelo, expuso que ellos solo buscan ayudar a los migrantes. No obstante, dijo que por lo visto no todos ven con buenos ojos ese asunto.
“Hemos tenido un problema en horas de la noche, al momento de ir a traerlos en nuestro carro propio, los de Transporte nos detuvieron”, señaló a un medio local.
Manifestó que ellos usan un bus para trasladar a los migrantes, pero en las últimas ocasiones que han salido a la calle a buscar migrantes, las autoridades de Transporte los han amenazado con decomisarles el bus.
“Necesitamos disponer de los buses para poder trasladar a las personas al albergue”, aseveró.
Por último, Kenneth Rovelo catalogó como una actitud desagradable el querer detener una labor social que beneficia a muchos migrantes.
35 % de migrantes que pasan por Honduras son venezolanos
Entre enero y el 15 de octubre del presente año ingresaron a Honduras 124,865 migrantes en condición irregular, procedentes de Asia, África, del Caribe, Centro y Suramérica, informó el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), que califica la situación como una «crisis migratoria sin precedentes».
De acuerdo con un informe presentado por el CONADEH, unos 44,315 de esos migrantes son de nacionalidad venezolana y representan el 35 % del total.
Al respecto, Ricardo López, director del despacho del CONADEH, declaró que el Estado hondureño debe garantizar los derechos humanos de las personas migrantes que transitan por Honduras, porque en la medida que se ponen trabas y restricciones a la movilidad humana, lo que se genera es que usen rutas alternas que muchas veces son más peligrosas para la integridad y la vida de las personas.
«El Estado debe garantizar que las rutas que utilizan sean seguras y que se brinde protección a las personas en movilidad humana. Asimismo, no hacer cobros ilegales desde todo punto de vista”, recomendó.
