SAN FRANCISCO DE OJUERA, SANTA BÁRBARA, HONDURAS. Tres ciudadanos demostraron a través de un acto bondadoso que todos podemos ayudar a mejorarle la vida a otras personas, incluso en actos que puede ser denominados como «pequeños».
La información revelada respecto a este hecho, destacó que ellos tienen el negocio en un poblado conocido como Santa Fe, ubicado en el municipio de San Francisco de Ojuera, en el departamento de Santa Bárbara.
Ellos trasladaron su barbería a un albergue donde están diez familias que perdieron sus casas por el paso de los fenómenos climáticos Eta y Iota en El Aguacatal, San Francisco de Ojuera, sector fronterizo con Intibucá.
Ahí atendieron a hombres y niños, sin importar la edad, brindaron su servicio para apoyarlos.
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Medidas de bioseguridad
Ellos también cumplieron con las medidas de bioseguridad, para evitar contagios de COVID-19, y así seguir las pautas establecidas en esta pandemia. Las personas en redes sociales sostuvieron que estos actos de bondad deben realizarse de forma responsable debido al coronavirus. Agregaron que, estos ciudadanos son un ejemplo de ello.
Muchos hondureños, luego de las inundaciones y daños de Eta y Iota, han brindado apoyo a personas que lo necesitan. Los actos de bondad «han florecido», demostrando que el catracho es humano, y tiende la mano en los momentos difíciles, sostuvieron varios damnificados.
Otros manifestaron que esta es «una labor noble, digna de imitar», y ante lo visto, incluso sostenían que estos compatriotas «merecen un aplauso».
Eta y Iota azotaron a Honduras en noviembre, y a pesar de que eso sucedió hace varios meses, muchos aún no logran volver a sus hogares. Expertos sostienen que este «golpe» tomará varios años de recuperación a ciertas zonas del país.
Créditos: Alexis Gutiérrez.
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