SAN PEDRO SULA. Honduras está más que bien representada en el extranjero, así lo demostraron dos muchachos, orgullosos de sus raíces, cuyos conocimientos van más allá de este planeta, literalmente, pues ganaron un concurso en Perú orientando a la tecnología aeroespacial.
«Creamos un solución para construir, generar y poner en órbita satélites de forma escalable, rápida, eficiente y económica», dijo a TIEMPO Digital el joven David Enamorado, quien reside en Argentina.
Y es que, cuando uno piensa en satélites artificiales, automáticamente se imagina millones y millones de dólares invertidos para exploración espacial. Y es verdad, resulta que es bastante costoso. Por tanto, suele ser muy difícil para países en vías de desarrollo, como Honduras, lanzar uno de dichos artefactos fuera de la tierra.
Gran parte de lo oneroso que resulta poner satélites en órbita se debe al tamaño de éstos, pues, a mayor volumen, mayor peso, lo que se traduce en mayor cantidad de combustible en los cohetes que los llevan fuera de la atmósfera.
Sin embargo, con su investigación, los jóvenes hondureños demostraron que sí es posible reducir el tamaño de los satélites y que aún así sirvan para grandes y ambiciosos proyectos de exploración.
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Giskard
Su propuesta está basada «bajo los lineamientos del cubesat«, que es un tamaño estándar de diseño de nanosatélites, cuya estructura es escalable en cubos de 10 centímetros.
«Nosotros diseñamos un satélite capaz de realizar múltiples tareas y adaptarse a distintas soluciones con base a este sistema», comentó Enamorado. «Efectivamente. Y al reducir dimensiones, también se reducen costos. Así se permite que en un mismo cohete envíes muchos cubesat en un solo viaje», agregó su compañero Carlos Bustillo, ingeniero en Mecatrónica.
El proyecto fue bautizado como Giskard, y ganó de forma nacional en Perú. «Ahora competimos de forma internacional en un programa de desarrollo espacial auspiciado por CNES, ESA, Aerospace Valley y Boeing», dijo David.
«Nuestra solución brinda el desarrollo de algo más rápido, y eficiente y con un costo muchísimo menor. Creamos bloques prediseñados, como bloques legos, listos para ser ensamblados y puestos en órbita», dio a conocer Carlos.
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Oportunidad para Honduras
Según dijeron los hondureños, enviar un satélite al espacio tiene un costo de entre 50 y 500 millones de dólares, «dependiendo del tamaño y las características de este». Sin embargo, con su método «podrían lanzarse satélites desde 65,000 y 800,000 mil dólares», lo cual, es una gran rebaja.
«Nos damos cuenta que es un precio mucho más accesible para un país en vías de desarrollo, como Honduras. Así existe la oportunidad de acceder a investigaciones que antes eran imposibles de soñar», dijo Carlos.
«Con un satélite orientado a la observación del suelo y cambios meteorológicos se pueden rastrear y crear una prevención de desastres naturales más exacta», comentó David, refiriéndose a los dos huracanes que golpearon a Honduras.
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