ESTADOS UNIDOS. Un hondureño, junto a su hija, de 4 años, decidió emprender el duro viaje a los Estados Unidos luego de que Iota y Eta los dejará prácticamente en la calle , pero jamás imaginó que la verdadera pesadilla la viviera en el camino hacia el «Sueño Americano».
Se trata de David Sanabria, quien relató a la cadena de noticias Telemundo la dura travesía que vivió y los actos más crueles que tuvo que presenciar cuando fue secuestrado en México por una organización criminal.
Los «Coyotes» con los que viajaba David lo entregaron a él y a su hija, llamada Ximena, al cartel «El Golfo» en el estado de Reynosa, México. Estos criminales llamaron a su hermano, Denis Sanabria, quien lo iba a recibir en EE.UU. y le pidieron la cantidad de 7 mil 400 dólares (183 mil lempiras) para poder libéralos.
«Cuando mi hermano les decía que él no tenía dinero me golpeaban, me tiraban al suelo y me ejecutaban pues», relató.
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«Los desmembraban»
Además, David contó que fue testigo de lo que les pasaba a los inmigrantes que sus familiares no podían pagar el rescate. «A puro machete los desmembraban, los mataban» indicó el hondureño, al mismo tiempo que reveló que los obligan a comer la carne de las víctimas.
David, llamaba a su hermano y le rogaba que consiguiera el dinero, pero Denis pese a que vendió todo lo que tenía solo pudo ajustar la mitad. Cuando habló con los secuestradores, estos le insistieron que debía pagar la cuota completa si quería ver a sus familiares con vida.
Con el paso de los días, la salud de David comenzó a deteriorarse. Tenía debilidad, fatiga, dolor de cabeza, síntomas de deshidratación. Cada vez que los secuestradores llegaban con su teléfono, sabía que era momento de llamar a su hermano para presionarlo y pedirle que pagara.
Su hermano, Denis se vio obligado a pedir dinero en las calles de Nashville, Tennessee y en una semana reunió los 3 mil 500 dólares que necesitaba para que liberaran a su hermano y a su sobrina. David y Ximena fueron liberados a mediados de abril de 2021 a las afueras de Reynosa, México, después de 25 días de cautiverio.
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