TEGUCIGALPA, HONDURAS. El sacerdocio es un servicio para toda la vida, tanto a Dios como a la comunidad católica, por tanto, son pocos los hombres que toman la determinación de irse por ese camino.
Sin embargo, existen valientes que abandonan la rutina con la gran disposición de entregar su vida al sacerdocio, tal es el caso del joven Abraham Gálvez, quien dejó el mundo de las comunicaciones y el Periodismo para estudiar y ser sacerdote en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa (SMNSS) de Tegucigalpa.
Además, Abraham fungió algunos años como docente de la carrera de Periodismo en una universidad privada. Pese a su trayectoria profesional, acudió al llamado de Cristo y hoy se prepara para recibir su orden sacerdotal.
A través de Suyapa Medios, se compartió que dos seminaristas casi listos para convertirse en sacerdotes recibieron una nueva orden. Ellos son los jóvenes Abraham Gálvez y Alejandro Samuel Salgado.
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¿En que consiste la orden?
Abraham Gálvez cursa el sexto año de formación sacerdotal en el seminario, es decir, segundo de Teología. En una conversación con Diario Tiempo, el joven dio a conocer en qué consiste la orden que acaba de recibir.
«A partir de finales del quinto año de formación, los seminaristas debemos ir dando ya pasos concretos con miras a la futura ordenación sacerdotal. Allí es donde se recibe la candidatura a las órdenes sagradas y los ministerios laicales», dijo Abraham.
Además, dio a conocer que las órdenes sagradas ocurren cuando el seminarista, de manera voluntaria, manifiesta su deseo de comprometerse a finalizar sus estudios en el seminario para convertirse en sacerdote.
Con esa arden, el obispo admite al seminarista de manera oficial como candidato a la orden sacerdotal. Existen dos ministerios laicales: el lectorado y el acolitado.
En el caso de Samuel Salgado, él recibió la institución como lector. Consiste en una bendición especial y entrega de la Biblia, facultándolo para proclamar las lecturas en las misas y demás actos oficiales.
Los dos seminaristas asumieron una gran responsabilidad al recibir sus órdenes, sellando un compromiso previo a ser sacerdotes.
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