MÉXICO. Con un bebé de 40 días de nacido en brazos y apenas recuperándose de una cesárea, captaron a una migrante hondureña caminando por la frontera entre Guatemala y México, con la esperanza de alcanzar el sueño americano.
La compatriota María Argueta habló con un reportero de Univisión Noticias. Ella contó que viajaba junto a un grupo de migrantes centroamericanos aferrada únicamente a su fe.
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De acuerdo con la información del medio, la mujer y sus acompañantes llevaban más de 24 horas caminando desde que cruzaron de Guatemala hacia México y apenas habían avanzado unas 30 millas.
«Desde Guatemala venimos caminando, comenzamos temprano», relató Johnny Argueta, primo de María. Al mismo tiempo la compatriota comentó que los demás le ayudaban a cargar al bebé.
Todos los migrantes iban con un solo objetivo, llegar al país norteamericano, sin embargo, para María Argueta el camino era más difícil al llevar en brazos a su pequeño recién nacido.
«Yo me detuve porque el niño se me puso bien moradito y una señora me ayudó ahí», contó la hondureña, pues ella aún iba convaleciente por la cesárea que le practicaron para que naciera Ángel Alexander.
Iban cansados pero con esperanza
El reportero de Univisión le consultó a la migrante cómo decidió arriesgarse a emprender el camino con su bebé y ella le respondió contundentemente que «por la situación».
Conforme avanzaban en la carretera, el camino se presentaba más arduo y el cansancio se apoderaba de ellos. El primo de María expresó que sentía como fuego en los pies, le ardían e incluso no sentía el pavimento.
Los demás compañeros también iban agotados y hasta llegaron a señalar que les importaba ser detenidos por la migración mexicana. Revelaron que únicamente los acompaña la fe, pues es el segundo intento que hacen.
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