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viernes, noviembre 22, 2024

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REDACCIÓN. –  Todo parecía una película de ficción dentro de la cabeza de Jairo Castro, hijo de Gricelda James, al ver las imágenes tan catastróficas y saber que su madre se encontraba en el piso 79 dentro de las Torres Gemelas.

Lo que simulaba ser un día más de colegio para Jairo, se tornó color gris, pues en la cafetería que asistía como de costumbre, vería el impacto de aviones terroristas, que cambiarían su vida y la de su familia.

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Jairo Castro, habló en exclusiva a Diario Tiempo, en conmemoración de los 20 años del atentado a las Torres Gemelas, y relató todos los hechos por los que tanto su familia como su madre, atravesaron en esas horas de crisis y horror.

Contó la desesperación de estar en países diferentes y no saber nada de su madre, los agónicos minutos que su madre tuvo que atravesar, un último adiós que dejó al correo de voz despidiéndose de sus dos hijos y la esperanza de encontrar a su mamá incluso años después del atentado.

Su ocupación

Gricelda James, natal de la ciudad de Tela, en Honduras, era madre de dos hijos, los cuales, por razones económicas, dejó para poder darles una mejor calidad de vida.

Griselda, residía en Nueva York. Debido a su habilidad con las artes plásticas y proactividad, comenzó a trabajar en los monumentos más grandes del comercio.

«Ella trabajaba en Centros de Oficinas Internacionales en el piso 79 de las Torres Gemelas y se dedicaba a hacer decoraciones en grandes eventos. Ella era una de las administradoras, de hecho, secretaria de Administración, ese era su trabajo en esa empresa y tenía varios años laburando en ese lugar», expresó Jairo.

Relató Jairo que él viajaba a ver a su madre y estuvo en reiteradas ocasiones en el World Trade Center, recuerda de manera vívida que la gerente, le asignaba trabajos con el fin de que pudiese estar más tiempo con mamá.

A pocos meses de que el menor se fuera a vivir con Gricelda, tras tramitar papeles legales, recibieron una visita muy especial.

Se trataba de Gricelda, quien fue a su natal ciudad de Tela, un mes antes del atentado, donde pasarían momentos agradables junto a su familia y amigos.

Pero según Jairo, sería la última vez que la verían, ya que el viaje que hacía de manera “rutinaria”, acabaría siendo una especie de despedida a toda su familia. La comunicación entre madre e hijo era constante, hasta que llegó un imprevisto que cortaría el contacto para siempre.

Hondureña murió torres gemelas
La hondureña trabajaba desde hace varios años en el piso 79 del World Trade Center.

11 de septiembre de 2001

«Recuerdo que el día del 9/11 yo estaba en el colegio, salí afuera del colegio a buscar comida, iba a comprar unas baleadas y en eso, vi en la televisión de la cafetería que unos aviones habían chocado en las Torres Gemelas, yo le pregunté a Carlos, el dueño de la cafetería: ‘¿Esa es una película?’. Él me dijo que no, que eran las noticias y que varios aviones habían chocado en las Torres Gemelas», dijo Jairo ante lo sucedido que pareció imposible para él.

«Yo solo le dije: ‘Guao’, y me quedé callado. Le dije ‘después regreso’, fui hacia mi colegio a traer mi bicicleta y me fui para la casa, porque yo sabía que algo estaba pasando», añadió Jairo con palabras entrecortadas.

Jairo, quien vivía con sus abuelos, llegó rápidamente a su casa y para su sorpresa encontró llorando y angustiados a los adultos mayores al no tener noticia alguna de su hija.

Al existir poco uso de celulares en ese tiempo, no podían contactarse con Griselda, pero a pesar de ello, la intuición familiar les decía que algo malo había ocurrido.

Por otra parte, su hermano mayor, Jacobo Castro, residía en Estados Unidos, fue tanta la angustia que tenía por lo ocurrido, que viajó inmediatamente junto a un amigo para ir en búsqueda de su madre y tener noticias positivas de ella.

Recorrieron la zona cero y todos sus alrededores, por días e incluso semanas, Jacobo se negaba a dejar de buscarla hasta encontrar una señal.

Correo de voz de despedida

Después de buscar a Gricelda hasta el “último rincón” de Nueva York, les vino la notica que nadie quería recibir, sin embargo, ya daban por hecho.

Luego de intensas horas de agonía, incertidumbre y sufrimiento, llegó un correo de voz desde el piso 79 que jamás esperarían.

«Ella nos dejó un mensaje al correo de voz, mientras estaba tratando de escapar de las Torres Gemelas. Lo guardé en un casete y nunca lo escucho porque no me hace bien».

Hondureña murió torres gemelas
Luego de que fueran impactadas las Torres Gemelas, muchas personas quedaron atrapadas.

«El mensaje solamente decía: ‘No sé si voy a poder salir de aquí, los quiero mucho, decile a Jairo que lo quiero mucho‘. Se escuchaba cómo lloraba y mientras estaba bajando por las escaleras dijo en el mensaje. Esa fue la última vez que supimos de ella», expresó Jairo, después de unos segundos de silencio debido a tan impactante despedida.

No pudieron dar el último adiós

Jairo, lamenta junto a su familia, no poder haberle dado un sepelio ni la oportunidad de verla por última vez, pues jamás encontraron su cuerpo.

«A mi tío lo llamaron para hacerle una prueba de ADN, para ver si encontraban algún rastro de mi mamá, había familias que encontraban alguna parte del cuerpo de sus familiares, pero para nosotros no lo tuvimos. No hay un lugar donde velamos a mi mamá, ni un lugar donde decir que fue enterrada, aunque el cuerpo solo es carne, porque el alma está en otro lado, pero no tuvimos la oportunidad de verla una última vez», relató Jairo, con la cabeza baja y tristeza en sus ojos.

Tras largas semanas de recoger escombros y reconocer personas que habían quedado atrapadas dentro de las Torres Gemelas, solamente por una muestra su madre fue anunciada como una de las víctimas.

Tras 20 años de la caída de las Torres

Familiares de Gricelda, planean recordar la manera en la que dejó huella en sus corazones, yendo al evento en Nueva York de conmemoración del 9/11.

Posteriormente, se dará paso a una celebración para refrescar la vida de una mujer que fue un ejemplo en todo momento, afirmó Jairo con positividad.

Además, Jairo añadió que este año fue elegido para participar en la ceremonia de nombramiento de las víctimas, entre ellas, el de su madre.

Hondureña murió torres gemelas
Griselda, viajaba de manera seguida a ver a sus familiares de Tela, Honduras.

El entrevistado menciona que este es un día muy difícil para él, siempre reflexiona sobre el atentado y el lidiar con la ausencia de su madre. Pero tiene a sus hijas y esposa que le ayudan a sobrellevar el dolor y dar paso a la aceptación.

«Todos los 11 de septiembre son bien difíciles, mis hijos me chequean para saber si estoy bien, porque desafortunadamente ninguno de mis hijos la conoció. Solo tienen las memorias de lo que yo les he contado sobre ella», expresó Jairo, mientras entrelazaba los dedos mostrando su inquietud de que su madre no pudiese conocer sus nietos.

«Me levanto, difícil porque pienso más en ella, me baño, me cambio, asisto a la conmemoración, nunca voy a trabajar ese día. Luego comemos con mi familia, ya que es muy importante porque a los seres vivos los recordamos siempre con tristeza, pero lo mejor es recordar siempre su vida».

También menciona, que sus hijas asisten con él en Boston a la conmemoración, incluso, su hija mayor ha participado en la lectura de los nombres de las víctimas incluyendo el de su abuela.

Secuelas del pasado

Jairo dijo que inclusive después de muchos años, ya con el fallecimiento confirmado de su madre, no perdía la esperanza de que estuviese viva.

Siempre tenía fe de que en las calles de Nueva York la encontraría y tendrían un reencuentro soñado, que todo solo fue una simple pesadilla y que James había salido con vida del World Trade Center.

Hondureña murió torres gemelas
Gricelda junto a sus dos hijos, los cuales crio con esfuerzo propio.

«Cuando iba a Nueva York y me iba manejando, yo miraba por las calles porque tenía la fe de verla por las calles y eso que habían pasado años y todavía pensaba que se había perdido o había perdido la memoria y tenía la esperanza de encontrarla».

Dada a su corta edad, no había salido del shock que esta pérdida irreversible le había ocasionado, tanto así, que veía a sus familiares desconsolados, sin embargo, él no podía externar emoción alguna.

Fue hasta años después que pudo aceptar el fallecimiento de su madre. «No había asimilado lo que había ocurrido, hasta después de un tiempo es que pude llorar y resignarme que ya no vería a mi mamá», reflexionó Jairo.

Su legado imborrable

«No es porque sea mi mamá, pero era una mujer intachable, creo que la vida que mi mamá vivió dio lo máximo de ella y vivió una vida de rectitud», dijo con orgullo su hijo menor.

Además, Jairo menciona que, todos los días piensa en su madre, y esto a su vez, le ha dado la fuerza para ser un mejor padre, hermano e hijo.

Hondureña murió torres gemelas
Su nombre fue grabado en la piscina norte del 9/11 Memorial.

«He tratado de hacer algo todos los días para que ella pueda sentirse orgullosa, siempre trato de dar mi mayor esfuerzo, mi mayor empeño, yo sé que ella se siente orgullosa y esa es mi meta», añadió.

Asimismo, mencionó que él siempre le dice a su papá: «Esto es algo que no se supera, sino que se aprende a vivir con ello», finalizó con un profundo suspiro y aceptación, Jairo, hijo de la víctima del 9/11, Gricelda James.


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