TEGUCIGALPA, HONDURAS. Una hondureña realizó una donación de hígado de gran complejidad a su madre en un hospital del sur de Florida en Estados Unidos.
El nombre de las mujeres originarias de Honduras es Iris Blanco (la progenitora) y Heidy Lima (hija) que ahora están más unidas por ese órgano vital.
La hondureña Heidy hizo la donación del 60 % de su hígado a su madre, con lo cual se convirtió en ejemplo para la comunidad hispana de Estados Unidos que no se atreven a donar sus órganos por miedo o desconfianza.
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Porcentaje bajo de donantes vivos
De acuerdo a los datos proporcionados por la Clínica Cleveland, solamente el 5 % del total de los trasplantes de hígado en el mundo los ha dado un donante vivo.
Además, concretaron que solo un 14.6 % de los donantes del país son hispanos, aunque constituyen el 18.5 % de la población y hay 20.4 % personas esperando por un trasplante.
Según informaron, ambas fueron operadas simultáneamente el 10 de mayo por cirujanos de dos clínicas: hospital de Weston y Clínica Cleveland en Ohio. Esa última es uno de los mayores centros de trasplante de hígado de donante vivo en EE.UU.
«No sabía que se pudiera hacer esto, que una persona podía vivir un 40 % de su hígado y luego se regeneraba», comentó la donante.
Hondureñas en la historia
Según comentaron, la pareja de latinas fueron las primeras pacientes en practicarles ese tipo de trasplante en el hospital de Weston.
Asimismo, Patricia Darrigan dio a conocer el porqué los donantes latinos no se atreven a donar a personas que necesitan un trasplante.
De acuerdo a una investigación, hay tres limitantes principales:
1. Creencia que al donar un órgano, los donantes no pueden optar a un tratamiento médico que salve vidas.
2. Concepto erróneo que la donación no es respaldada por la religión.
3. Los latinos no se informan con las fuentes fidedignas y expertos en el tema, solamente se dejan llevar por la desinformación.
Declaraciones de Heydi Lima
Según informaron, Iris hace cinco años ha estado mal de salud y luego empeoró por el deterioro de su hígado ya que padecía una hepatitis B desde que vivía en Honduras.
Al complicarse, la hondureña debía someterse a transfusiones de sangre cada dos semanas y el trasplante demoró de dos a tres años.
La donante argumentó que el miedo no le ganó y decidió ayudar a su madre con toda la disposición desde que tuvo esa opción. «Saber que podía extender la vida de mi madre me dio fuerza y valor para hacerlo», detalló Heidy.
Por último, concluyó diciendo que todo va evolucionando bien y ha recuperado casi el 100 % de su órgano después de casi un mes de la operación.
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