TEGUCIGALPA, HONDURAS. Sibyl Ananry Castañeda, de 39 años de edad, es una valiente madre hondureña que viajó hasta a España a trabajar para sacar adelante a su familia.
Nació en la capital del país, pero luego se pasó a vivir a la ciudad de Choloma, en Cortés. Fue desde allí donde partió para el país europeo en busca de una mejor calidad de vida para ella y su familia.
Sibyl Castañeda se dedica al trabajo de la albañilería y los fines de semana cuida a personas de la tercera edad. Un verdadero ejemplo de perseverancia y sacrificio.
Historia de Sibyl
Es madre de tres hijos, una joven de 20 años, un adolescente de 15 y un niño de 10. Se ha desempeñado en el oficio de la construcción por toda la ciudad de Cataluña, España. Su jefe es autónomo y de origen ecuatoriano.
Su historia de superación la hizo pública el presidente de la Asociación de Hondureños Solidarios, Julio Tróchez. La valiente mujer escribió: «Hola Julito! Mire a mucha honra le envío este video donde salgo trabajando en la obra, ya que veo que algunas hondureñas vienen a robar a España también habemos hondureñas honradas».
Tróchez comentó que al ver el vídeo que Sibyl le envió quedó «boca abierta», ya que en España es muy raro ver a una fémina trabajando en la obra.
Sí las hay, pero muy pocas y de otros países, pero de Honduras, en 9 años que lleva a cargo de la asociación, es la primera mujer que ve que trabaja como cualquier hombre.
Sueños
Tróchez aseguró que ella tiene su admiración y respeto. «Hace años trabajé como 4 meses en la obra y eso es duro es bastante matado y cansado y es por eso que hoy hago esta publicación, ya que es digno que sea compartida», agregó.
La aguerrida mujer expresó: «A veces las personas y compañeros me preguntan cómo puedo trabajar con las uñas largas. Yo solo les respondo: ‘Antes muerta que ¡sencilla!'».
Además le comentó a Julio Tróchez que las uñas se las hace una hondureña y se las elabora de manera que resistan a su trabajo.
Cuidando a personas mayores
Los fines de semana esta hondureña labora cuidando abuelitos y confiesa que a ellos los quiere mucho, pues los cuida, les da cariño y los trata con mucho amor y respeto. Esto se vuelve una especie de «contraste», ya que su trabajo durante la semana se podría catalogar como «rudo».
Pero Sibyl disfruta mucho sus dos empleos y profesiones, ya que se sacrifica por sus 3 hijos que viven en Honduras. Los cuales son su motor de vida y el principal impulso para seguir luchando día a día.
La catracha expresó que para quienes han trabajado en la obra saben que como dirían en Honduras: «No es comida de trompudo». Ya que este trabajo es de los más duros y difíciles que hay en el mundo, se sufre en verano, el calor, y en invierno, el frío.
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Mujeres trabajando en Europa
A lo largo de los años, muchas mujeres hondureñas han optado por viajar a España o países europeos con la finalidad de tener una mejor calidad de vida. Los empleos en ese continente varían, desde niñeras, cuidadoras de animales o acompañantes de ancianos.
Las historias de esmero, lucha y superación son muchas, demostrando la capacidad de las mujeres catrachas. Esta historia es una evidencia clave del querer y poder.
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