TEGUCIGALPA, HONDURAS. El 2021 está rompiendo esquemas y el COVID-19 con la nueva cepa va de la mano. La teoría de que el riesgo es mayor para las personas de la tercera edad cambió con rapidez, ahora los jóvenes se apropian de las estadísticas y lideran las cifras de muertes y contagios por el virus.
En las últimas semanas, tras las celebraciones de Navidad y Año Nuevo el aumento de casos a nivel nacional ha sido notorio. Muchos se confiaron y no respetaron las medidas de bioseguridad y hoy pasa una dura factura.
A inicios de la pandemia, principalmente en los países europeos, se creía que la enfermedad afectaba gravemente solo a los adultos mayores. No obstante, fue una teoría que con el tiempo quedó descartada.
En la actualidad, los médicos hondureños exponen que el COVID-19 está afectando a la población joven, entre los 20 y 50 años. Y no, ya no importa si hay una enfermedad de base, el virus está arrebatándole la vida a todos por igual.
Jóvenes lideran las estadísticas
Tres reconocidos médicos que están en la primera línea de combate frente al COVID-19 hablaron con Diario TIEMPO Digital sobre la preocupante situación que se refleja en los triajes y hospitales de Honduras.
El doctor Carlos Umaña, presidente de Asociación de Médicos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), junto a la neumóloga Suyapa Sosa de Tegucigalpa y el neonatólogo Samuel Santos de San Pedro Sula concuerdan en que los jóvenes cayeron en una «falsa seguridad», pues pensaron que el virus no los iba a atacar.
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Nueva mutación del virus
El doctor Carlos Umaña señaló que por el problema que se ha presentado, da la impresión de que hay una nueva mutación del COVID-19 en este momento. Sin embargo, no hay cómo probarlo científicamente por la falta de laboratorio de virología especializado.
«Se ha observado que el virus está prefiriendo a personas jóvenes y a mujeres embarazadas. Además, se ha notado que las personas menores de 35 años están resultando bastante afectadas y empiezan los síntomas al día tercero del contagio», apuntó el galeno.
Significa que es una situación grave, porque ya no solo se está presentando complicaciones por COVID-19 en los ancianos, sino que el virus se está comportando por igual sin importar la edad que tenga el paciente.
“Confianza y seguridad, sin ser inmunes”
Por otro lado, Umaña destacó que “el joven ha sido muy relajado y dado a este relajamiento hoy por hoy son los que más se están infectando, entonces, tenemos un serio problema porque creen que son inmunes o no les va pasar nada, cuando es totalmente lo contrario”.
«En este nuevo ciclo o cepa del COVID-19 que se está presentando, el virus está prefiriendo a los jóvenes», agregó. Seguidamente, pidió que, por favor, se cuiden y tomen en consideración todas las medidas de bioseguridad.
Aumento de atención hospitalaria en jóvenes
“En este momento el 50 % aproximadamente es de menores de 45 años, situación que antes no se miraba, anteriormente era el 30 %, 20 % al inicio de la pandemia. Hoy estamos ya en el 50 %, es bastante la diferencia, estadísticamente significativa«, detalló Umaña a TIEMPO Digital.
El galeno dijo que lo más grave es que las personas están presentando complicaciones sin tener enfermedades de base. “Tuvimos el fallecimiento de la doctora Victoria García que tenía 31 años, la pongo de ejemplo porque ella no tenía una enfermedad de base”.
De esta misma manera están llegando múltiples jóvenes a buscar atención médica, afectados por el COVID-19. Entonces, no hay necesidad de tener una patología de base para que un joven salga con una neumonía, aseguró Carlos Umaña.
El doctor enfatizó que «en el caso de las mujeres jóvenes embarazadas, se han visto neumonías de un 15, 20, 30 y hasta de un 40 %. Es un aspecto grave porque el virus no está respetando a la población».
En el caso de los menores de edad, Umaña explicó que se han tenido muy pocos niños con síntomas del virus, pero la gravedad se observa entre las personas de 18 a 45 años de edad.
Buscar atención tardía
Por su parte, la neumóloga del Instituto Cardiopulmonar del Tórax de Tegucigalpa, Suyapa Sosa, sostuvo que en las últimas semanas han visto ese aumento de casos en pacientes menores de 50 años y arriba de los 20. Lo preocupante es que muchos de ellos no tienen enfermedad de base.
Según su criterio, muchos de los jóvenes se creen inmunes, o piensan que es una enfermedad que solo va afectar a la gente mayor, y por esa razón suelen exponerse más, ajan las medidas de bioseguridad, andan en reuniones sociales, están en sitios con más aglomeración de personas y no saben quién puede tener el COVID-19, apuntó.
Además, la galena explicó que las personas que andan con el virus pueden ser portadores asintomáticos hasta el momento que sí ya presentan los malestares. A muchos de ellos no les gusta ir al médico, y cuando lo hacen, llegan en etapas tardías, con hasta ocho días de enfermedad.
También dijo que ha notado que muchos jóvenes que van a algunos triajes se automedican con todo lo que oyen en la radio o en programas de televisión, donde dicen “esta agua es buena, esta pastilla es buena”. «Al automedicarse se complican y pierden mucho tiempo, llegando en casos avanzados a los centros asistenciales», aseveró la galena.
Mortalidad
La galena detalló que la mortalidad va a estar relacionada con el grado de afectación, tanto pulmonar como de todo el organismo, a la que los jóvenes puedan llegar. Sin embargo, se ha visto que muchos de ellos pueden resolver de una manera más favorable en comparación a los mayores con morbilidades.
“Esto no quiere decir que la gente joven no tiene que cuidarse, definitivamente tiene que hacerlo, igual o hasta más porque son los que andan en las calles y son los que van a contagiar a los mayores”, advirtió la neumóloga.
Samuel Santos: Percepción que se dio al inicio de la pandemia
Por su parte, el vicepresidente del Colegio Médico de Honduras (CMH), Samuel Santos, expuso que «es una percepción por la información que se dio al inicio de la pandemia. El comportamiento se pensó que solo iba a ser en personas mayores de los 70 años y que en los jóvenes no se iba a presentar la enfermedad como pasaba con los adultos».
En tal sentido, puso de ejemplo que en Europa también hubo muchos jóvenes enfermos de COVID-19, más no muertos, solo algunos. La diferencia está en que estos tuvieron una situación de seguridad y creyeron que iban a ser inmunes a la enfermedad.
«Eso ocasionó que muchos salieran a fiestas, a las playas, no hubo miedo por parte de ellos al principio. Cuando se enferma un joven en Europa las posibilidades de sobrevivir, por el sistema de salud que ellos tienen, es mucho mayor que en los países pobres, como de África y América Latina», aseguró el galeno.
Acceso a la salud
Asimismo, el doctor Santos subrayó que en los países pobres, las posibilidades de atención médica de calidad son muy pocas. Para el caso de San Pedro Sula, lo que se tiene a lo sumo son 20 cupos en cuidados intensivos entre hospitales públicos y privados, lo máximo a llegar son 30.
«Eso es lo único que se tiene para atender a todo el sector del Valle de Sula y gran parte del noroccidente del país. Por tal razón, no es lo mismo enfermarse en Berlín, París o Ámsterdam y hasta en EE.UU. donde se tiene una gran cantidad y calidad de tecnología y hace posible darles a los jóvenes el tratamiento adecuado. Eso genera la supervivencia hablando en jóvenes entre 20 y 30 años», agregó Santos.
El galeno dijo que posteriormente se vio que los que salían a trabajar, dependiendo de la edad y que ya tienen hijos y responsabilidades, son las personas entre los 30 y 60 años. El 20% de los habitantes que mueren en Sudamérica son entre 20 y 60 años, mientras que en México llega hasta un 30 %.
Del total de fallecidos, el 30% son personas jóvenes entre los 30 y 50 años, detalló el galeno de acuerdo a cifras regionales. «En el caso de la India ya alcanza el 50 % de jóvenes que mueren a causa del COVID-19, pero también personas arriba de los 70 años», añadió Santos.
Falsa sensación de seguridad
También, el doctor Samuel Santos dijo que los jóvenes tuvieron una falsa sensación de seguridad porque se pensaba que la enfermedad no los iba a afectar. En realidad, el coronavirus siempre ha sido una patología que ha existido, solo que ahora pregona una variante llamada COVID-19.
«Y se pensó que la enfermedad solo iba a afectar a las personas ancianas o aquellas que eran hipertensas, obesos, diabéticos o tenían otras enfermedades de base que inmunológicamente los tenía más débiles», comentó Santos a TIEMPO Digital.
A su vez, el galeno aclaró que la práctica le ha mostrado el gremio médico que ahora en América Latina se combinan ambas situaciones. La enfermedad le puede dar a toda la población, desde niños hasta adultos mayores.
«En el caso de los niños es mucho más leve la enfermedad, la mayoría no presenta síntomas o son menos notorios. El virus receptor no está en igual cantidad que en las personas ya mayores», destacó.
Cambios en el sistema inmunológico
«Ya de 20 años en adelante se presentan unas variantes porque en América Latina han cambiado algunos aspectos. Estos van desde el alto consumo de la comida dañina, chatarra, y eso ha generado que muchos jóvenes no sean tan persistentes», explicó.
«Los jóvenes latinoamericanos no tienen las mismas oportunidades de ser atendidos adecuadamente, como ocurre en los países del primer mundo», agregó Santos, enfatizando en el sistema de salud que tiene Honduras.
«En Honduras, cuando se enferma un médico de 25 a 30 años, hay que andar buscando dónde colocarlo y darle, aunque sea, un sistema de alto flujo. No es la ventilación mecánica, es el alto flujo nada más y cuesta mucho encontrar el cupo», aseguró.
Vamos a cumplir un año de estar con la enfermedad, esos son los mitos que se crearon a principios de la pandemia y ahora se ve la verdad. En los países pobres por no haber los suficientes cupos y tecnologías para atender adecuadamente la posibilidad de muerte es mayor, concluyó el neonatólogo.
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