TEGUCIGALPA, HONDURAS. Con mucho color y derroche de talento este domingo 27 de marzo se celebró el Día Mundial del Teatro en Honduras.
El objetivo de este día es dar a conocer al mundo el valor cultural de las artes escénicas y su importancia en la vida de la humanidad. Por tal razón, en todo el mundo se realizan diversas representaciones de todo tipo y con artistas de diferentes edades. La primera vez que se celebró el Día del Teatro fue en 1962.
En Honduras, una de las celebraciones del Día del Teatro la realizó la Escuela Nacional de Danza, que con su grupo de jóvenes artistas caminaron por el centro de Tegucigalpa, vestidos con diferentes atuendos como bailarinas de ballet, morisquetas, y otros personajes con máscaras anti-gas como crítica a la guerra. La caminata llegó hasta el Teatro Manuel Bonilla.
En esta fecha se reconoce la importancia del teatro para la cultura a nivel mundial y también para nuestro país.
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«Hoy felicitamos y agradecemos a todas aquellas personas que se dedican a engrandecer el arte y la cultura a través de esta bella forma de expresión», escribió la Dirección Ejecutiva de Cultura, Arte y Deportes.
El teatro (del griego: θέατρον, théatron o «lugar para contemplar» derivado de θεάομαι, theáomai o «mirar») es la rama de las artes escénicas relacionada con la actuación. Representa historias actuadas frente a los espectadores o frente a una cámara usando una combinación de discurso, gestos, escenografía, música, sonido y espectáculo.
También, se entiende como «teatro» el género literario que comprende las obras representadas ante un público o para ser grabadas y reproducidas en el cine. Asimismo, es la edificación donde se presentan tradicionalmente esas obras o grabaciones. En adición a la narrativa común, el estilo de diálogo, el teatro también toma otras formas como la ópera, el ballet, el cine, la ópera china o la pantomima.
La mayoría de los estudios consideran que los orígenes del teatro deben buscarse en la evolución de los rituales mágicos relacionados con la caza, al igual que las pinturas rupestres, o la recolección agrícola, que tras la introducción de la música y la danza, se embocaron en auténticas ceremonias dramáticas donde se rendía culto a los dioses y se expresaban los principios espirituales de la comunidad. Este carácter de manifestación sagrada resulta un factor común a la aparición del teatro en todas las civilizaciones.
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