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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Un total de 118 mujeres han muerto de forma violenta en Honduras durante 2020, según reveló Migdonia Ayestas, la directora del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Además, dio a conocer que 45 de esos femicidios se registraron desde a mediados de marzo, cuando el Gobierno ordenó el confinamiento domiciliario debido a la emergencia sanitaria por COVID-19.

Las cifras las proveyó en el marco de una conferencia virtual regional. La misma se denominó «La pandemia del feminicidio en Centroamérica en los tiempos de COVID-19». Participaron féminas que representan -mediante organizaciones- al género en el área y especialistas en Derechos Humanos y Derecho Penal.

En virtud de conocer que el flagelo no es propio del istmo, también se describió cuál es la situación en España. Se argumentó por qué, a criterio de las instituciones que protegen a la mujer, las damas no están a salvo aunque sea un tiempo de permanecer en casa.

«Fue un evento al cual se convocó a tres países de Centroamérica. En la presentación se habló sobe la violencia que sufren las mujeres en El Salvador, Guatemala, Honduras y España; esto ayuda a entender el fenómeno de las mujeres y evidencia las vulnerabilidades que sufren por quedarse en casa», comenzó explicando Ayestas.

Y prosiguió: «(El confinamiento) pone a las mujeres en mayor riesgo, porque están viviendo con el agresor; es decir, la pandemia sólo está perpetuando la violencia contra la mujer y eso es lamentable».

Incluso, apuntó que Honduras es el país centroamericano con mayor incidencia de la problemática (femicidios) y, en el 60 % de los casos, se le atribuye la culpabilidad al cónyuge.

Nota relacionada: Tres mujeres asesinadas en las últimas horas; dos de ellas por su pareja

Bloqueo de auxilio

La experta amplió sobre las consecuencias de la mujer quedándose en casa por la pandemia imperante. Señaló que imposibilita su acceso a solicitar ayuda ante cualquier agresión física o verbal.

«Aparte de permanecer en sus hogares junto al agresor, se restringen las movilidades. Recordemos que no hay transporte público, impidiendo que la mujer pueda salir para pedir ayuda. Tampoco pueden hacer llamadas, es decir, tienen mayor riesgo porque tienen menos recursos económicos para enfrentar la pandemia; sin empleo ni dinero, no pueden atender sus necesidades básicas, como las de sus familias», detalló.

Asimismo, en el encuentro se habló sobre las afectaciones de las mujeres que son víctimas de la problemática de maras y pandillas. El control de territorio que se ejerce -y que se busca a toda costa- impide a las féminas dejar sus barrios o colonias, describieron en la conversación virtual.

Denuncias

En cuanto a las mujeres que toman valor para dar a conocer lo que sufren, Ayestas desveló el registro de denuncias que se reciben a través de la línea de emergencia 911.

De acuerdo a las datos, el sistema recibe unas mil 700 denuncias mensuales. Es decir, unas 425 semanales y 57 diarias. Pero, en tiempo de pandemia, la cifra incrementó en unas 71 denuncias por semana.

Ayestas señaló que, respecto a las denuncias en 2019, sólo se atendió de manera judicial un 3.2 % de los casos. «Es decir, que de cada 10 casos sólo a tres fueron evaluados como una mujer que fue agredida o maltratada», enfatizó.

Edades y municipios de mayor riesgo

La violencia aqueja desde las pequeñas de nueve años hasta las mujeres de 30, explicó Ayestas. Además, especificó que el rango de edad con más exposición es entre los 15 y 39 años.

Los municipios con más muertes violentas de mujeres son el Distrito Central y San Pedro Sula. En el tiempo de confinamiento, se registraron 17 y 5 muertes en esos lugares, respectivamente. Les siguen El Progreso y Santa Rita, que reportaron dos muertes cada territorio.

En ese sentido, la académica lamentó que esas áreas concentran el 57.7 por ciento de los fallecimientos violentos de las féminas.

¿Ayudará el nuevo Código a contener el problema?

A la directora del ONV-UNAH se le preguntó si la afectación del flagelo de los femicidios disminuiría con el nuevo Código Penal. Está previsto que el mismo entraría en vigencia el 25 de junio del año en curso.

«El movimiento de mujeres en Honduras establece que se proyecta un aumento a la pena, pero, realmente no se hace nada por la persecución del delito. Sobre todo, no se está puntualizando en el tema de la prevención, y el por qué del odio», interpretó Ayestas.

En 2019, según el mismo observatorio, se registraron 319 femicidios.

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