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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Domingo de Resurrección: la fiesta central del cristianismo. Con los ánimos quizá caldeados por un virus, pero con la fe en su máxima expresión, la Iglesia Católica celebra este día la conclusión de una Semana Santa más.

Una Santa Misa de Pascua en la Basílica de Suyapa marcó el inicio de las celebraciones en conmemoración de la historia bíblica de cuando Jesús resucitó tres días después de su sufrimiento en un madero de tormento.

El sermón de esta mañana lo ofició el arzobispo de Tegucigalpa, Óscar Andrés Rodríguez. Llamó en sus palabras a que el sacrificio de Jesús y su consecuente regreso a la vida sea más que una simple remembranza; exhortó a que se convierta en un impulso para cambios en nuestra vida, como si se tratara de una resurrección propia.

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Cardenal: No basta con decir que Cristo resucitó 

Aunque no se contó con la presencia de feligreses en el templo religioso, el líder del catolicismo soltó una frase toral en su discurso para todos los que festejan el recuerdo de la resurrección del hijo de Dios: «No basta con decir que Cristo ha resucitado».

En ese sentido, Rodríguez expresó que estas actividades litúrgicas deben de llevar a los cristianos a plantearse mejorías en su vida.

«Él (Jesús) nos invita a que participemos de su resurrección, que resucitemos cada día, que hagamos el paso de la muerte del pecado a la vida de la gracia», afirmó.

Basado en esa aseveración, lanzó un cuestionamiento de reflexión a la población creyente: «¿Estamos dispuestos a dar el paso de la muerte a la vida?».

Según el arzobispo, ¿qué significa la resurrección de Jesús?

«La resurrección de Cristo es un sí a la vida de todo ser humano. Es un sí a nuestra vida y más profundas aspiraciones que se pueden llegar a realizar. Tenemos derecho a esperar un mundo nuevo, un mundo de amor y paz, donde brille la justicia», ilustró.

Vivir la resurrección

Según se explicó en la eucaristía, ir más allá de sólo decir «¡Cristo Resucitó!» implica vivir la resurrección. El discursante dilucidó lo que eso significa.

«Es amar como él (Jesús) amó hasta el final. Celebrar la resurrección nos compromete a luchar contra todo lo que conduce a la muerte, la violencia, la injusticia, y a los que crucifican la vida de los demás con asesinatos y sembrando corrupción», comenzó analizando.

Y prosiguió, adaptando su consideración a la realidad actual: «La resurrección nos compromete a luchar contra esta pandemia del coronavirus. Nadie puede quedarse indiferente».

Además, se refirió a una resurrección figurada, referente a toda nuestra nación.

«Si creo en que Jesús resucitó, quiero que Honduras resucite también, erradicando los virus del egoísmo, maldad, envidia y corrupción», precisó Rodríguez.

Pero, ¿qué sucede con aquellos que no tienen su corazón abierto al amor, tal como considera el cardenal que debería de ser en estas fechas?

«El que no ama, el que odia, sigue en el sepulcro y no puede celebrar la Pascua de Resurrección», aseveró.

Un compromiso

Por el mismo lado, en la homilía de este cierre de la Pascua, el cardenal aseveró que el recuerdo de la resurrección del mesías otorga un compromiso a sus seguidores.

Esa obligación consta de la defensa de tres factores. Enumeró en primer lugar a los no-nacidos, es decir a los bebés en gestación. Por tanto, considera que debe lucharse contra el aborto.

Seguido, listó a los niños, a quienes son tal vez los más vulnerables. Además, incluyó a la narturaleza.

«El ser humano que participa en la resurrección está llamado a ser el mejor cuidador de la casa común y el ambiente», opinó, haciendo una síntesis de su planteamiento.

A quienes queman los bosques: «arrepiéntanse»

Un informe provisto por el Instituto de Conservación Forestal (ICF) y reproducido por TIEMPO indica que en el primer trimestre del año en curso se registraron más de 240 incendios forestales en el territorio nacional.

Esos incidentes dejaron como afectación la pérdida de unas 10 mil hectáreas de bosque. En abril, los incendios no paran, y ya se registra al menos una decena de nuevos casos.

Ante ello, Óscar Andrés Rodríguez tuvo palabras directas dirigidas hacia los pirómanos.

«Conviértanse, acepten a Cristo resucitado y respeten la vida de nuestra naturaleza y el agua que tanto necesitamos. Sino, ustedes seguirán en el sepulcro y morirán ahí. No van a tener el gozo de decirle a Jesús que entre en su vida y transforme la negatividad en amor por la creación», explicó.

El cardenal finalizó su disertación afirmando que este tiempo de confinamiento debe estar lleno de amor y preocupación por el prójimo, además de la construcción de paz, el «don de la Pascua».

» Que el sol del Jesús resucitado no se ponga nunca en nuestra vida. Que su fuego no se apague nunca en nosotros. Felices Pascuas de Resurrección para todos», concluyó.

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