TEGUCIGALPA, HONDURAS. Ante tanto dolor e injusticias que existen en el país, la Iglesia católica, en su homilía dominical, hizo un llamado a los hondureños para aumentar la fe en Cristo.
El obispo auxiliar de Tegucigalpa, monseñor Teodoro Gómez, dijo que octubre debe de ser un mes para testimoniar la fe en Cristo que es el único salvador.
“Esta es la oración de los primeros discípulos a Jesús. Los discípulos están sinceramente interesados en seguir a Jesús y en poner en práctica sus exigencias. Cualquiera de nosotros habríamos hecho la misma petición con toda sinceridad. No tanto por buscar un poder excepcional, sino con el deseo de liberarnos de nuestros miedos, de vencer nuestras resistencias y de lograr llegar a ser audaces en el seguimiento de Jesús», aseguró.
En ese sentido, el religioso señaló, que vivimos en un momento de desencanto, de indiferencia y de secularismo.
«Quizás, nosotros mismos sintamos que nuestra fe se desvanece o que a veces, está bloqueada. ¿Es posible desbloquear esa fe amenazada de muerte? ¿Es posible descubrirla de nuevo en el fondo de nuestro ser como una fuerza vital capaz de dinamizar toda nuestra vida humana? ¿Podemos creer de nuevo en “esa dulce y secreta intuición” de un Dios cuya ternura podemos experimentar en nosotros mismos? Y esto solo será posible si nos volvemos a Dios», contextualizó.
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Jesús es la razón última
Dentro de ese orden de ideas, recalcó que Jesús es la referencia definitiva para nuestra vida y para toda la Iglesia.
«Jesús es para nosotros la razón última, la fantasía del futuro, el definitivo discurso sobre Dios y sobre el ser humano, la parábola inagotable sobre Dios, abierta a todos los tiempos», aseveró.
Asimismo, el obispo se refirió al mes de las misiones que estamos iniciando, “que sea este tiempo propicio para testimoniar abiertamente el Evangelio de Cristo».
«Testimoniar nuestra fe en él, testimoniar que él es nuestra confianza, nuestro único Señor y salvador aun con el esfuerzo y sacrificio que esto conlleva», agregó.
De igual forma, exteriorizó que Honduras vive sumergida en el dolor y las injusticias, “pero ya es momento que cada hondureño aumente su fe ante tanto mal”, indicó.
En consecuencia, remarcó que estamos llamados a iluminar nuestras vidas pese al dolor, el mal y las injusticias.
«Es por eso que se necesita creer en nuestro Dios. Debemos confiar que la esperanza y la claridad de su presencia podrá verse en medio de la lucha”, sostuvo.
Diariamente, en Honduras se registra un promedio de 10 muertes violentas, lo que genera luto y dolor en las familias que exigen justicia y que los casos no queden en la impunidad.
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