TEGUCIGALPA, HONDURAS. En la homilía de este domingo 24 de julio, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez lamentó que en Honduras impere tanta violencia e injusticia, por esa razón invitó a perdonar y buscar de Dios.
Al inicio de su predica, el religioso se refirió a la guerra entre Rusia y Ucrania, asegurando que no solo afecta a las dos naciones sino que a todo el mundo. «Esa guerra no es simplemente de un país contra otro, es contra todo el mundo y todos estamos sufriendo», reprochó.
A la vez, Rodríguez se preguntó: ¿Por qué tiene que haber guerra?, ¿por qué seres humanos tienen que empeñarse en destruir a otros seres humanos?
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Al respecto, aseguró que es la falta de Dios en la vida de los humanos, quienes no dejan el rencor ni el resentimiento y no pueden perdonar.
«Si no está Dios en la cultura, lo que reina es el odio, la maldad y la muerte. Por eso la petición que sigue es perdonar nuestros pecados porque también nosotros estamos llamados a perdonar y nuestro mundo necesita el perdón de Dios», manifestó.
Agregó que «nosotros necesitamos vivir perdonando y pidiendo perdón, solo el que renuncia a la venganza y al rencor, desde una actitud abierta al perdón, puede hacerse cada día más humano».
«¿Por qué tiene que haber asesinatos cada día?»
Del mismo modo, el cardenal se preguntó por qué hay tanta violencia en injusticia en el país, donde diariamente mueren hondureños a manos de criminales.
«Por qué tiene que haber asesinatos casi cada día, por qué no aprendemos a respetarnos y amarnos aunque pensemos de distinta manera. Por qué más bien no nos dejamos ceder en los momentos de desaliento que todos podemos atravesar en la vida», cuestionó a los presentes.
Asimismo, Rodríguez aseguró que lo que se necesita es entrar en la intimidad con Cristo Jesús, pues él mismo en sus parábolas lo enseñó. «Jesucristo también propone una parábola en la que compara a Dios con un amigo a quien se puede acudir y pedir de noche con insistencia, con libertad, con confianza», expresó.
Para finalizar, enfatizó que la humanidad debe intensificar la oración con la fuerza del Espíritu Santo para no sentirse débil y poder avanzar con los retos que la vida nos presenta.
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