TEGHUCIGALPA, HONDURAS.- Este día, en la homilía dominical presidida por el obispo auxiliar monseñor Teodoro Gómez, se habló sobre el tema más destacado de la semana: la captura del expresidente Juan Orlando Hernández.
A pesar que no se hizo mención explícita sobre el tema, dejó entenderlo, pues en esta semana, muchas personas criticaron el «odio» de la sociedad hondureña hacia el exmandatario.
«Amen a sus enemigos, hagan el bien a quienes los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los injurian», comenzó diciendo el obispo.
En su intervención, el monseñor dijo que el pueblo necesita escuchar, acoger y aceptar de nuevo las palabras de Jesús. Asimismo, destacó la importancia que tiene para la vida de los cristianos el perdón, argumentando que se ha perdido en la sociedad esa capacidad de olvidar el daño provocado y que impide el avance.
«Una persona que solo vive odiando no es feliz y nuca será feliz (…) Hoy vivimos una escalada de odio y de violencia en nuestras sociedades pero ¿Qué futuro tiene una sociedad, un pueblo, una familia, una pareja, una persona, que se deja llevar por la violencia?», señaló.
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Poner la otra mejilla, dice monseñor
El monseñor Gómez citó un texto bíblico que pide «poner la otra mejilla», esto apegado a la palabra del día de hoy, el perdón.
«Al que te pegue en una mejilla, préstale la otra; si te quitan la capa, préstale también la túnica; al que te pida, dale; al que se lleve de lo tuyo, no se lo reclames; son frases gráficas y también incisivas», manifestó.
Teodoro Gómez aclaró que el poner la otra mejilla no quiere decir que Jesús esté aconsejando resignarse con su suerte, ni mucho menos está predicando la resignación ante la injusticia; sino, invitando a no usar la violencia porque esta engendra más violencia, dolor, sufrimiento y más muerte.
«Lo que Jesús nos propone a cada uno es que seamos capaces de renunciar siempre al uso de la violencia y en ocasiones a nuestros propios derechos para demostrar la capacidad de amor de los hijos e hijas de Dios», añadió.
El católico dijo que es muy fácil hacer buena cara cuando son iguales, sin embargo, el verdadero desafío está en ser agradecido en momentos de desilusión.
«¿Cuántas personas vamos encontrando que se gozan del mal de otro, que hacen fiesta. Eso no es ni humano ni cristiano», señaló.
Agregó que no hay que juzgar para que no nos juzguen. Finalmente, subrayó que lo que Jesús propone es un camino nuevo de amor y esperanza porque el único que puede juzgar es Dios y «eso lo hará al final de los tiempos».
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