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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. El capitalino José Tomás Rodríguez, es un luchador sin igual, que a pesar de presentar muy poca movilidad en la parte izquierda de su cuerpo, se levanta desde muy temprano a preparar tortillas para vender y ganarse el sustento de cada día. La fe en Dios, las ganas de recuperarse pronto y su espíritu positivo, hacen de José un luchador que no se detiene por más difícil que se vea panorama.

José, cuenta que los médicos le informaron que él padece de mielopatía, un trastorno que afecta el sistema nervioso. Señaló que su problema se agravó luego que le extirparon dos hernias que le encontraron en la nuca.

A partir de la primera cirugía, la cual le provocó una infección en el cuello, José relata que su condición física se ha agravado rápidamente y que cada vez se le dificulta más poder moverse, a menos que sea con un andador. Sin embargo, ha sufrido fuertes caídas ya que de repente pierde la fuerza de sus músculos.

“Aun no sé si debido a la última operación que me hicieron en el cuello quedé en mi condición actual. Mis familiares dicen que lo que sucedió es que los médicos hicieron mala praxis al momento en que me operaron”.

“Ahora no puedo ni usar mi bastón para caminar, debo sostenerme de las paredes de mi casa para poder moverme y así llegar a la cocina para empezar a elaborar las tortillas, solo puedo utilizar andador, pero a veces pierdo la fuerza y he sufrido varias caídas, me he dado fuertes golpes», comenta.

Ayudó a su madre desde niño

José, vive totalmente solo desde que sus padres fallecieron hace algunos años. Cuenta que siempre cuidó de ellos, por lo que nunca se interesó por casarse y formar una familia. Actualmente, él se encuentra solicitando ayuda para poder seguir con sus tratamientos, realizarse estudios médicos y hacer frente a su dificultad física, con el propósito de recuperar la movilidad.

«Yo comencé a moler maíz desde los trece años junto con mi mamá. Mi madre era una señora muy humilde, así nos logró criar, así llegamos a sexto grado. Siempre quiso que estuviéramos en la escuela y aprendiéramos aunque sea a leer y escribir».

«En el trayecto del tiempo, a la edad de 17 años, emigré hacia los Estados Unidos, estuve un tiempo allá, pero me deportaron y tuve que regresar a mi país. No obstante, cuando a uno lo deportan lo agarran desprevenido y vuelve sin nada a su país, por eso vine a lo mismo, a comenzar de nuevo con el negocio de las tortillas que dejó mi mamá, hablo del año 2014, cuando recién me habían deportado».

«A Honduras llegué enfermo, me enfermé desde que estuve en la prisión de migración. Venía muy enfermo, y ese año en el mes de junio comencé un tratamiento en el Hospital Escuela, ahí es cuando ya comencé a tener bastante dificultad para caminar, tenía dolores, empecé a mostrar inmovilidad en el cuerpo», explicó.

Entonces, José relató que los doctores iniciaron a realizar chequeos en su cuerpo, y empezaron a pedirle exámenes médicos, placas resonancias, pero no contaba con todo el dinero para los estudios médicos que le pedían.

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Secuelas de las cirugías

En los primeros exámenes médicos, a José le detectaron dos hernias en la parte posterior del cuello. Aunque por medio de cirugía se las extirparon, ese padecimiento le dejó secuelas que le han afectado desde hace varios años.

En lugar de mejorar, su situación se ha agravado, cada vez presenta menos movilidad en la parte izquierda de su cuerpo y mayor dolor al intentar trasladarse de un lugar a otro.

“Ese problema se me ha aumentado cada día, en el año 2015 me tuvieron en tratamiento y chequeos, pero luego de unos meses me volvieron a ingresar al hospital, para poder realizarme las cirugías en el cuello. Yo andaba con bastón para poder moverme, mi mamá aún estaba viva, mi papá luego enfermó y yo los cuidaba a ambos aun así con mi dificultad para moverme”.

José cuenta que siempre cuidó y vivió con sus padres, ya que sus hermanos hicieron su vida, se casaron y decidieron irse a vivir a otros lugares. Recuerda que su padre murió en el año 2015 a causa de un infarto. Su madre sufrió un derrame el año 2016 y al poco tiempo también murió, por lo que José quedó viviendo solo.

“Con mis dolores y malestares yo he seguido, seguí en tratamiento en el hospital, pero a veces no podía ir por dificultades económicas. Lamentablemente no he contado con personas que me extiendan la mano y sin la compañía de mis padres me he sentido peor, pero continúo siempre en la lucha».

“Hace como diez días visité de nuevo el Hospital Escuela y me evaluaron médicos estadounidenses que forman parte de una brigada médica. Me chequearon unas placas que yo tenía anteriormente, pero me dijeron que necesitaban unos estudios nuevos para verificar lo que hace que mi problema de salud persista y afecte mi columna”.

Sé que volveré a caminar

José buscó ayuda en varios medios de comunicación para que dieran a conocer su historia y obtener ayuda, pero la mayoría no le ayudó. «Yo no he sido una persona que se deja caer, gracias a Dios tengo un alta autoestima y moral muy positiva. Yo sé que Dios tiene un propósito en mi vida y un milagro, sé que volveré a caminar, no sé cuándo, pero Dios sí sabe», señaló.

“Voy a necesitar ayuda económica, no solo por si me hospitalizan, sino que recordemos que en los hospitales no hay ni medicamentos y que los médicos solo extienden las recetas y uno debe comprar lo que le indican. Además, el dinero me servirá para comprar comida, a veces he tenido solo unas botellitas con agua en mi refrigeradora y nada más”.

Comentó que hace algunos días visitó otro hospital, donde le hicieron una resonancia magnética, de la cual espera los resultados, para que los doctores puedan proceder a diagnosticar qué problema tiene en su cuerpo e indicarle si necesita realizarse otra cirugía.

“Cuando tuve mi primera cirugía me ingresaron de emergencia al hospital porque se me hizo una infección. Me volvieron a hospitalizar durante un mes y luego me dieron de alta. Sin embargo, yo siempre seguí sufriendo de dolor. Ingresé de nuevo al hospital, luego cuando llegué a la cuarta operación mi situación se puso peor. Mi familia sostiene que mi mal viene de la negligencia médica, porque la primera vez que llegué al hospital yo podía caminar con mi bastón y me valía por mí mismo”, señaló.

«Antes yo tenía movilidad en las dos manos, ahora solo puedo mover la parte derecha de mi cuerpo. De mi parte izquierda ya ni siquiera puedo mover los dedos. Estuve yendo a terapias en el Hospital San Felipe, pero debido a la falta de dinero dejé de ir. Los taxis me cobraban muy caro y yo tenía que ir a terapia dos veces por semana. Obviamente no poder ir a terapia también me afecto grandemente”, lamentó.

Ayuda a José

Si usted gusta ayudar a José, no dude en utilizar la siguiente información:

Número de cuenta de banco:

Banrural 03801010023277

Números de teléfono para ayudas:

97422604 y 95039604

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