TEGUCIGALPA, HONDURAS. El compromiso con los pacientes y el deseo de ayudar a los más necesitados han hecho al doctor Wilmer Casco ganarse el cariño de los habitantes del municipio de San Lucas, El Paraíso.
Originario de la ciudad de Tegucigalpa, el doctor manifestó que la pasión por ayudar a las personas nació en sus años como estudiante de medicina al ver la falta de médicos comprometidos con los pacientes.
Al graduarse, y con el apoyo de sus padres, Jaquelin Elvir y Wilfredo Casco, decide abrir su propia clínica. Casco relató que una de sus mayores motivaciones para abrir su clínica fue la necesidad de muchas personas.
De esa forma, quiso aportar servicios de salud y que resultaran beneficiados con buena atención. Asimismo, indicó que otra de sus motivaciones ha sido su familia que siempre se han dedicado a servir a los demás.
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Director Centro de Salud
Aunque contaba con su propia clínica, Casco sentía que debía de contribuir con más personas. Por lo que decidió llevar su hoja de vida a la Secretaría de Salud para aplicar al puesto de director del Centro de Salud de San Lucas, El Paraíso.
Estando en el centro de salud se dio cuenta que en ese sector no contaban con un médico general que atendiera las necesidades de la población. Tras enterarse y saber del difícil acceso a la comunidad aceptó el cargo con toda la seguridad de que haría un buen trabajo.
El doctor expresó que el recibimiento de los pobladores ha sido excelente y que ha obtenido un gran cariño por parte de los pacientes.
“Las charlas en el centro de salud son diarias. Todos los días platico con los pacientes y les pregunto qué quieren que mejore en el centro de salud”, dijo.
Además añadió que ser un médico de la zona rural es una experiencia de vida; la cual está llena de retos, metas, buenos y malos momentos, entre otros sentimientos. Pero que se siente bien ser útil para la sociedad que tanto lo necesita.
En ese sentido, manifestó que al momento que lo llaman para atender a una persona acude de inmediato para atender la emergencia sin importar la hora.
“Ayudar al prójimo siempre que lo necesiten. Hago lo que está a mi alcance. La consulta, medicina y el seguimiento que necesiten es gratis”, subrayó Casco. Señaló que está al servicio del pueblo.
Momentos difíciles
Entre lágrimas, Wilmer relató que uno de los momentos más difíciles como médico ha sido atender a un niño en el Hospital Escuela Universitario (HEU).
“Estaba muy mal por un golpe en el abdomen. Todos los días lo evaluábamos con los demás médicos. En un momento estábamos los dos (el niño y yo), esperando a mi superior para realizarle un procedimiento», contó.
Me tomó el brazo y me dijo: «¡Ya no quiero seguir sufriendo! Haga algo para terminar mi dolor”, lloré y le contesté: «Tranquilo, papito, todo saldrá bien. En eso llegó mi superior y le dije que no aguantaba saber que muy posiblemente no iba a sobrevivir el niño y mi conocimiento no era suficiente para ayudarlo”, relató entre el llanto el médico.
Wilmer manifestó que ese es uno de los recuerdos que lo siguen motivando para ofrecer un trato digno a los pacientes.
Otras actividades
Aparte, Wilmer Casco se dedica a impartir charlas de limpieza bucal en las escuelas de la zona. Además, esta actividad no la hace solo; cuenta con el apoyo de varios jóvenes también dispuestos a ayudar a los demás.